Todos dicen que ella es la villana, que su pobre hermana, la heroína, es una victima de sus maldades y envidias, así que ella les demostrará lo que en verdad es ser villana y les arrebatará todo, a los que se atrevieron a menospreciarla. Layla Amary, los hará desear haberla tratado mejor...
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capítulo 22...
En el palacio, la emperatriz era informada sobre el fracaso de la misión, los mercenarios que contrato Olga, no habían logrado su objetivo, por lo que la emperatriz estaba furiosa, pero le mencionan que para lograr lo que quiere, deben atacar solo a Layla, si Hades esta presente, es lógico que este pueda derrotar a un pequeño grupo de mercenarios, prácticamente no son nada comparados a la cantidad de soldados que tuvo eliminar en la guerra.
— maldita...pero no descansaré hasta acabar contigo.— murmura para si misma.
Sea como sea, necesita acabar con Layla, esa chica lamentará haber puesto sus ojos en Hades. La emperatriz escribe una carta y la envía con una de sus fieles doncellas, debe informarle a Olga que debe de vigilar primero a Layla y cuando este sola, atacar, si Hades esta con ella, es peligroso y podrían descubrirlas.
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Esa misma noche, la doncella ha salido para dirigirse a la zona roja, los delincuentes, mercenarios y prostitutas, se reúnen en ese lugar, así como los nobles que están involucrados en negocios sucios. La doncella llega a un burdel donde le pide al guardia ver a Olga, este, como ya conoce a la doncella le permite pasar y una de las servidoras del lugar la guía hasta la oficina de la madame. La doncella entra pero se detiene al ver que en la silla donde siempre esta Olga, estaba sentada aquella joven de cabello negro y ojos rojos, mientras que a un lado, estaba de pie Olga, quien se veía asustada y temblando, los ojos llorosos, con la boca llena de sangre, al ver esto, la doncella intenta irse, pero al darse la vuelta, Hades iba entrando y cierra la puerta, quedándose de pie.
— madame Olga esta indispuesta, así que yo recibo sus mensajes.— Layla estira la mano mostrando la palma, en espera de que entregue el recado.
— n-no es eso...yo solo venía a saludar...— responde nerviosa.
Ella quiere salir, pero Hades no se piensa apartar.
— ¿y bien? ¿Serás buena niña?— pregunta con una voz amable.
La doncella dirige su mirada a Olga, preguntándose que le habrán hecho para que su boca este ensangrentada. Olga asiente, así que saca la carta y se la entrega a Layla. Ella lee tranquilamente el breve escrito y ríe.
— esa patética mujer cree que sin mi esposo puede acabar conmigo.— la risa resuena por la habitación.
La doncella estaba encogida de hombros, asustada al ver la mirada afilada de la azabache y se sobresalta cuando le dirige la vista.
— dime, ¿cuantas veces has traído cartas así de la emperatriz?—
— e-es la primera vez...lo juro...—
Layla toma un pequeño balde que tenía en el escritorio y lanza el contenido a los pies de la doncella, esta grita al ver que se trata de una lengua humana.
— Olga no quiso hablar, así me encargue de que no lo haga de nuevo. ¿Quieres que haga lo mismo?—
La doncella niega y voltea hacía Hades, buscando compasión de este, pero Hades solo se encoge de hombros. Layla se pone de pie, con una pequeña navaja en la mano.
— m-muchas veces...más de cincuenta...— grita asustada.
— ¿por qué lo haces? ¿Te amenaza o solo lo haces por el dinero?— balancea la daga de un lado a otro.
— s-si no lo hago me encierra en el calabozo...— expresa asustada.
— bien, buena chica.— Layla ya estaba cerca de ella y le acaricia el cabello.— ahora volverás y fingiras que nada paso, si la emperatriz se entera, sabre que fuiste tú, ¿de acuerdo?
— n-no dire nada, lo juro, le daré toda la información que sea necesaria, pero no me haga daño.—
— así se habla. Mientras no interfieras en mis planes, estarás viva.— voltea a Olga.— bien, ahora puedes irte, dile que diste el mensaje con éxito y calladita.
La doncella asiente y sale huyendo de esa oficina, mientras que Layla voltea hacía Olga, quien se veía toda temerosa.
— contigo, tengo algo muy especial, porque no solo eres amiga de la emperatriz, también eres una perra que secuestra jovencitas.—
Lanza la daga dándole en el hombro a la mujer y esta cae al suelo gritando de dolor.
— me voy a divertir mucho.— se acerca sacando la daga.
La mujer trata de pedir clemencia, pero solo se escuchan balbuceos de su boca, mientras se baña el rostro de lágrimas. Layla se agacha, deslizando la daga por el cuello de la mujer, sintiendo esta el dolor cuando el filo corta su piel. Ella tiembla más, pero Layla no esta dispuesta a tenerle compasión, menos a esa mujer cuyo historial es demasiado malo, pues se sabe que ella suele secuestrar jóvenes de los pueblos y venderlas al mejor postor.
— tu negocio jamas lo habría descubierto de no ser porque eres quien hace el trabajo sucio de la emperatriz.— sonríe con malicia.
Layla toma la mano de la mujer, hundiendo la daga entre la uña de del dedo medio, la mujer deja salir sonidos parecidos a gritos de su boca, su mirada era de pánico al ver que Layla disfrutaba su dolor.
— esto no es nada comparado al infierno que le has hecho pasar a esas mujeres.— toma otra daga pequeña y hace lo mismo en otro dedo.
Y así, los gritos de la mujer resuenan en el segundo piso de aquel edificio, pero nadie escucha nada, porque Hades hizo que la habitación sea insonorizada con ayuda de magia. Al final, la mujer no puede resistir tanto dolor y se desmaya, mientras tanto Hades revisa los documentos en esa oficina, encontrara a las chicas que esa mujer ha vendido y se encargará de esos hombres que se han atrevido a comprar a una joven inocente.
— la llevaremos, la emperatriz aún no debe saber que ella esta en nuestras manos.— menciona Layla.
— yo me encargo.—
Al salir, varios caballeros de Hades entran para asegurarse de recoger todo y no dejar señales de lo que ha sucedido. Ambos caminan hacía la salida trasera del local.
— debo decir que me sigue sorprendiendo, sus enemigos si que temerán de usted.— menciona Hades.
— eso estaría bien, saber que ellos me temen me da más poder.— responde con una sonrisa.
Ambos suben a un carruaje y los caballeros salen poco después, cargando una especie de costal el cual suben a un carruaje viejo. Ahora a esperar la desesperación de la emperatriz cuando vea que sus planes no están saliendo y madame Olga no ha hecho lo que le pidió.
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Por otro lado, Celestine iba llegando a su casa de campo, ahí fue recibida por sus sirvientes y el joven Alexis, quien se alegra mucho de verla, Celestine también estaba feliz de ver al joven.
— has crecido mucho, la última vez que te vi eras más bajo, ahora eres de mi estatura.— menciona con emoción Celestine.
— y aun me falta por crecer.— bromea.
Ambos pasan a la mansión, donde Alexis le cuenta a Celestine sobre su estadía en la academia, aunque fue un poco problemático porque solo era representado por los Amary y proviene de una familia de plebeyos, pero afortunadamente logro hacerse de dos amigos, a los cuales extrañará mucho.
— puedes invitarlos a la villa durante sus vacaciones.— menciona Celestine.
— ¿de verdad? Estoy seguro que les encantará venir.— se emociona.
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Y después de un atareado día, Layla y Hades disfrutan de una cena en el balcón después de darse un refrescante baño. Layla le informa que su abuela ya programo la reunión con sus aliados y que deben presentarse para demostrar que Hades esta totalmente apto para volverse emperador.
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