Cuando la desesperanza te invade pueden soplar vientos de paz si encuentras el verdadero amor, esta verdad la comprobaron Estrella y Samuel, dos jóvenes que tienen un huracán de problemas pasados y presentes encima, pero con ayuda mutua logran salir adelante, aunque no se sabe si esten destinados a ser más que amigos.
Pese a que su padre ha sido acusado de un delito muy grave, entre ambos lucharán no solo para revelar la verdad, sino para curar todo el dolor que el mal tiempo dejó.
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Agradable compañía
Samuel contrató dos investigadores privados para que investigaran el caso de don Carlos Vans, ellos viajarían a ciudad N e investigarían por separado, la idea era avanzar en el caso.
Por otro lado, al llegar sábado doña Susan fue al salón de belleza con Estrella en donde les hicieron manicure, pedicure, tratamientos de hidratación para el cabello y aplicación de maquillaje aunque a Estrella le aplicaron poco maquillaje y colores naturales se veía muy bella, sus ojos marrones sobresalían con el delineado suave que le aplicaron y sus gruesos labios fueron cubiertos por un labial rosa que la hacían ver delicada.
Al llegar a casa su look fue completado con un vestido de marca Chanel de la línea francesa Couture, en color perla y bordados paillettes XS por todo el corte, de largo hasta los pies y tallado al cuerpo, valorado en 100.000 dólares.
Estrella: Este vestido es el que estaba en la tienda.
Doña Susan: Sí, aunque no lo querías lo pagué porque me encantó cómo se te ve, está justo a tus medidas.
Estrella: Sí también me gusta cómo se me ve, yo le reembolso su valor después del evento.
Doña Susan: para nada, por favor, tómalo como un regalo de todos tus cumpleaños, en los cuales no estuve presente.
Estrella: No muy convencida acepta el vestido. Por último se coloca las joyas de su madre, que tiene en su equipaje, usa estas para no hacer demérito a su vestuario, ya que son joyas de Tiffany & Co. Al terminar se ve al espejo y queda impactada por su imagen, no sabe por qué se dejó convencer por doña Susan, ella siempre ha sido un poco más sencilla al vestirse, no porque no pueda comprarse un vestido como este, siendo hija única nada le es negado, pero no es materialista, le gusta más llamar la atención por su intelecto y nobleza de corazón.
Al bajar es conducida por don Robert hasta el auto, un BMW plateado, en donde la espera Samuel quien al igual que ella luce espectacular vistiendo un Smoking de la casa Brioni en color negro valorado en 43.000 dólares más unos zapatos de cuero a juego con su cinturón y un reloj Rolex para completar su look. Mira a Estrella, del brazo de don Robert, con ese vestido ceñido al cuerpo resaltando sus atributos muy bien dotados y le encanta esa vista y reconoce que es una mujer muy atractiva y sexy, pero debe de mantener la calma. Por el contrario, Estrella casi tropieza al verlo a él, don Robert la sostiene y la ayuda a estabilizarse, Samuel se acerca a ayudarle.
Samuel: ¿Estás bien, Estrella?
Estrella: (muy apenada) sí, creo que me enredé en algo.
Samuel: Qué bueno que estás bien, luces preciosa.
Estrella: Igual, eh, quiero decir también luces muy elegante.
Samuel: (sonriendo) Gracias, vamos, (abre la puerta del auto y ayuda a Estrella a subir).
Al llegar al evento don Robert, abre la puerta y quien sale primero es Samuel, seguidamente, ayuda a Estrella a salir y la sostiene mientras ella arregla su vestido. Pero, el escote de su vestido le hace sentir frío, al notarlo don Robert le pide a Samuel un momento a solas.
Don Robert: Samuel, creo que la señorita Estrella tiene frío, su vestido es precioso, pero no es adecuado para este clima.
Samuel: Ve a una tienda y cómprale un abrigo, cuando vuelvas envíamelo con algún ayudante. Toma mi tarjeta, este es su PIN.
Al entrar al salón son recibidos por el doctor Adolfo Ruíz, Ceo de la compañía Ruíz y asociados, quien es organizador de este evento.
Doctor Ruiz: Ingeniero, Varela, señorita, sean bienvenidos es un honor contar con su presencia. Agradezco que se hayan tomado el tiempo para asistir y deseo se sientan cómodos en todo momento.
Samuel: Dr. Ruiz, gracias a usted por extendernos su invitación.
Ambos son conducidos por los edecanes a sus respectivos lugares bajo las miradas escudriñadoras tanto de damas como de caballeros todos con diferentes pensamientos. Unos desean tener oportunidad para entablar asociaciones de negocios, otras desean tener oportunidad para convertirse en la señora Varela y hay quienes desean acercarse a Estrella con pensamientos lujuriosos.
Samuel en seguida se dio cuenta de las intenciones de los presentes y se preocupó por Estrella, sería un problema que alguno intentara acercarse mientras él se distraiga.
Samuel: Estrella, sería bueno que no te alejaras mucho de mí.
Estrella: Bien, no te preocupes, sé a lo que te refieres.
Mario: Samuel, ¿quién es la modelo que te acompaña en esta ocasión? Es muy bonita, preséntamela ¿Sí?
Samuel: (muy molesto, pero conteniéndose para no perder la cordura) Mario, ella no es modelo, es una buena amiga, la señorita Vans y venimos exclusivamente a apoyar este evento de beneficencia así que con tu permiso. (se aleja tomando a Estrella de la cintura para dirigirse a su lugar).
Estando sentados en su lugar se acerca una joven, muy coqueta, para saludar a Samuel.
Sabrina: Hola, Samu, ¿cuánto tiempo, cómo te va?
Samuel: Hola, señorita Sabrina, estoy bien gracias.
Sabrina: (Un poco incómoda porque Samuel es muy frío con ella) ¿Y esta joven? No la reconozco.
Samuel: Ella es una amiga y creo que van a dar inicio deberías volver a tu lugar.
Sabrina: (Tratando de ocultar la vergüenza y el enojo) Sí, nos vemos luego Samuel.
La actividad inicia con palabras de agradecimiento del doctor Ruiz.
El maestro de ceremonia explica la agenda a seguir. Seguidamente, se da inicio anunciando la rifa de un automóvil Suzuki del año donado por una empresa que distribuye esta marca. La ganancia de esta rifa será sumada a los fondos de niños con cáncer del Hospital Central.
Se acerca a Samuel un joven edecan y le entrega un abrigo, al mismo tiempo Samuel le pide a Estrella que se levante y se lo coloca. Estrella se sorprende y agradece, en realidad tenía frío y este abrigo es tan cálido, suave y delicado, hace una combinación perfecta con su vestido, simplemente se enamoró de él primera vista.
El siguiente punto de agenda es la subasta, donde se subastan pinturas de grandes y reconocidos artistas, joyas preciosísimas, vinos añejos y varios objetos pertenecientes a estrellas de música, cine, televisión y deporte. Samuel no se interesó en ninguno, simplemente dejaría un cheque de unos cuántos dígitos y listo.
Al terminar la subasta se dejó un espacio para socializar. El momento es aprovechado por varias jóvenes que se acercan a Samuel, sin embargo él logra escaparse de ellas.
Estrella trata de ahogar una risita, en tanto que Samuel voltea los ojos .
Estrella: Veo que tienes algunas admiradoras.
Samuel: Y tú no te quedas atrás, acabas de llegar, pero ya tienes varios admiradores también.
Estrella: ¿En serio? No me he dado cuenta.
Samuel: ("¿no se ha dado cuenta?"). Sí, mira a tu alrededor.
Estrella voltea y ve a varios hombres viendo en su dirección, provocando que ella inconscientemente se acomode su abrigo.
Samuel sonríe ante su reacción, pero le agrada su actitud. Estrella aprovecha esta oportunidad para ir al baño. En el sanitario de damas escucha algunos comentarios de chicas que anhelan tener una oportunidad con el joven Varela, escuchar este tema le provoca incomodidad y siente celos por esas chicas que parecen decididas a cualquier cosa por lograr su objetivo. Cuando sale del cubículo todas la quedan viendo con envidia y otras con sonrisas burlescas.
Ella se da prisa y sale de ahí, pero al ir por el pasillo se encuentra con Mario.
Mario: Hola, belleza, soy Mario Funez, amigo de Samuel, me gustaría ser tu amigo, ¿Qué opinas si me regalas tu número de celular?
Estrella: Disculpe no le doy mi número a desconocidos. (Trata de alejarse, pero Mario la detiene del brazo)
Mario: No te hagas la difícil solo quiero ser tu amigo.
Estrella: (Forcejeando) Suélteme, no quiero ser nada suyo y si no me suelta gritaré.
Samuel: Mario, suéltala ¿qué crees que haces?
Mario: Solamente estamos conversando, no pasa nada, ¿verdad, primor?
Estrella: (Propinándole una cachetada a Mario) Yo no soy tu primor y tampoco me tocas sin mi permiso.
Mario: (muy alterado) ¿qué te crees, mujerzuela? A mí no me golpeas y...
Samuel: Mario, cierra ese hocico de perro rabioso y agradece que estamos en este lugar, te conviene no hacer escándalos o tu padre se enterará. No es el lugar, pero pronto te buscaré para arreglar cuentas contigo.
Mario: Cuando quieras no te tengo miedo.
Samuel toma a Estrella de la mano y los dos se dirigen al salón antes que más gente se acumule ahí para chismear.
Samuel: ¿Estás bien, Estrella? Discúlpame por no llegar a tiempo.
Estrella: (muy nerviosa) Estoy bien llegaste justo a tiempo.
Samuel: Si quieres que nos vayamos nos podemos ir ahora.
Estrella: No, no es necesario, esperemos a que termine.
Samuel: ¿Estás segura? En estas ocasiones nos encontramos con gente muy desagradable y no quiero que pases otro mal momento.
Estrella: Yo...
Lea: Hola, Samuel, ¡Qué gusto de verte!
Samuel: Señorita Lea, ¿Cómo está usted?
Lea: Bien gracias, ¿ella es una de las modelos que suelen acompañarte en estos eventos? Hola, querida, eres muy profesional en tu trabajo, lo digo por tu vestuario, te debe costar caro el alquiler.
Estrella: No, querida, no soy una modelo, no porque no pueda, con mi figura no me sería difícil, no lo hago porque no me acostumbraría a esa profesión. Soy una muy buena amiga de Samuel, estoy de vacaciones y me hospedo en su mansión y este vestido no me lo alquilé es un regalo de la madre de Samuel, no porque no me lo pudiera pagar, mi padre me compraría una docena de estos si yo quisiera, más bien doña Susan me insistió y me dio pena decir que no. ¿Necesitas saber algo más, querida?
Lea: (con la cara roja de vergüenza) no, todo bien, nos vemos Samuel.
Samuel: Nos vemos. Wow, me sorprendes, Estrella.
Estrella: Perdón, creo que me pasé, lo siento, Samuel, pero me molestó esa tal Lea.
Samuel: No, está bien estuviste genial, ella fue muy grosera, iba a ponerla en su lugar, pero te me adelantaste.
El evento terminó y pronto todos los invitados se despidieron incluyendo a Samuel y Estrella. En un lugar apartado esperan a don Robert que llegue por ellos.
Samuel: Gracias Estrella por acompañarme esta noche, perdón por todos los malos momentos que pasaste. Eres una agradable compañía
Estrella: Hubo momentos desagradables, pero por lo demás todo muy bonito, hasta este abrigo me gustó, te lo devolveré al subir al auto, porque tengo frío.
Samuel: ¿Por qué me lo devolverás es tuyo?
Estrella: Pensé que era prestado
Samuel: No, yo lo compré para ti, porque tenías frío.
Estrella: (con tanta emoción como una niña al recibir un premio) ¿De verdad? Gracias, Samuel. Se acerca y le da un abrazo a Samuel quien no se niega, todo lo contrario le corresponde, y por breves minutos se ven a los ojos.
Estando así sus corazones se aceleran y Samuel se acerca más a ella robando sus labios en un tierno beso. Estrella se paraliza al inicio y después trata de corresponderle, pero Samuel es muy sensible y se da cuenta de que ella no sabe besar. Se separa y con voz un poco ronca
Samuel: Perdón, no debí.
Estrella: (Con su rostro sonrosado) Fue mi error, yo...
Samuel: Me refiero a que tú no eres una mujer cualquiera, debí pedir tu permiso porque era tu primer beso.
Estrella: pero yo lo permití, no era así como lo imaginé que sería.
Don Robert llega y se baja para abrir la puerta, pero los jóvenes siguen su conversación. Así que decide esperar en silencio.
Samuel: ¿Cómo te lo imaginabas?
Estrella: Mas especial, bajo la luna o al atardecer durante el crepúsculo.