— Melisa espera. — La llamé pero me ignoró. — Melisa por favor. — Tomé su brazo. — Tú sabías que ésto podía pasar. — Ella me observo y negó con la cabeza. Luego jalo su brazo.
— ¿Qué sabía? ¿Qué sólo me veías cómo la opción de repuesto? ¿eso debo saber?
— Eres mi amiga, mi socia.
— Yo quería más. Y tú, me has cambiado por una colegiala. — Dijo con rabia.
— No te cambie, entré tu y yo nunca ha habido nada.
— ¡Por qué tú no has querido! — Gritó con desesperación. — Pero siempre has sabido de mis sentimientos por ti. — Sus ojos se pusieron llorosos. — Te has comprometido con una niña de 21 años, la pregunta es por qué. ¿La amas? ¿o es que te casas con ella para que te dé su virginidad?
— No sé de qué hablas.
— Te escuché hablando con Ramiro. Dijiste que es la primera vez que conoces a alguien virgen con esa edad y belleza.
— No es lo que piensas. ¿Creés que me casaría con ella por una razón tan tonta?
— No lo creó. Si esa fuera la razón te habrías casado conmigo hace mucho tiempo
NovelToon tiene autorización de Regina Cruz C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Narcisista adorable
Roberto.
Salí a comer y quise invitar a Melisa. Pero me sentía inseguro. Después pensé, ¿Por qué no debería? Es mi novia, aunque era más fácil tratar con ella cómo amiga. ¿Por qué soy tan cobarde?
— Hola. Hola. ¿Roberto estás ahí? — Luciana me llamo.
— Aquí estoy. ¿Qué pasa?
— Pase por tu lado y ni siquiera me viste. ¿Qué ocurre contigo? Es tu nueva estrategia.
— ¿Estrategia?
— Si es eso, conmigo no tienes por qué usarla. Sabes que siempre estoy libre para ti. — Ella se colgó de mi cuello.
— Gracias. — Quite sus brazos con delicadeza. — Ya estoy saliendo con alguien.
— ¿Y eso que? No sería la primera vez que estamos juntos mientras sales con otra.
— Es diferente ahora.
— ¿Diferente?
— Es algo serio.
— ¿Tú? ¿En una relación seria? — Ella se rió. — Si te aburriste de mi sólo tienes que decirlo. No inventes relaciones.
— No invente nada. Estoy saliendo con alguien. Y mientras ella sea mi novia, no me interesas ni tu, ni nadie. — Vi una mirada sorprendida en ella.
— Te estoy creyendo todo esté cuento. Me voy antes de que se me pegue lo enamoradiza. Bye.
... Melisa.
Recibí un mensaje de Roberto. Era para invitarme a comer. No le ví problema en ir con el. Pero estoy algo lejos de la empresa, se lo conté y me dijo que vendría el.
Al principio me rei por qué pensé que estaba mintiendo. Pero igual lo espere y si llego.
— Qué rápido. — Demostré mi sorpresa.
— Son las cosas que hace uno por amor. — Dijo el y besó mis labios. Nunca me había sentido tan incómoda al recibir un beso. Pero no es por qué el sea feo, o de besos horribles. Es por qué siempre hemos tenido una relación amistosa. Cambiar eso a una romántica no es nada fácil. — ¿Qué quieres comer?
— No se. Vamos a ver. — Revisamos la carta y ordenamos algo, mientras comíamos lo noté estresado, probablemente Benavides esté haciendo de las suyas. Yo sabía que eso podía pasar, pero no me importó, o tal vez si pero quería que Diego supiera cuanta falta le hago. Y hablo del sentido profesional. No del romántico.
— Le dije a Diego que rechazaste la propuesta de trabajo. Y no me creyó.
— Creó que es normal. Piensa que mi vida gira a su alrededor.
— ¿Y no es así? — Murmuro pero escuche.
— ¿Dudas de mi? — Pregunté sin elevar el tono de mi voz. No quiero que piense estoy alterada.
— Te conozco. Eres inteligente, determinada, siempre buscas tu beneficio, y siempre sabes cómo ganar. De ti puedo esperar cualquier cosa.
— Parece que he creado una mala reputación. — Dije sería.
— No es eso. Admiro y me encanta tu forma de ser. Eres una mujer como pocas. Por eso me enamoré de ti. — Roberto tomó mi mano y le dió un beso.
— Contestame algo.
— Lo que quieras.
— ¿Desde cuándo tienes sentimientos por mi? — Nos conocemos de años, y nunca note algo raro en el. Quizás esto lleva poco tiempo.
— ¿Recuerdas esa vez que me diste una bofetada? — Eso fue cuando no éramos amigos. Y paso como un año para que tuviéramos una amistad. — Creó que si lo recuerdas.
— ¿Fue amor a primera bofetada? — Me burle de el.
— Me enamoró que te dieras tu lugar. Y que salieras a desfilar sin importarte que tú vestido estuviera manchado. Pero la bofetada si me dolió.
— Supongo que te dolió el orgullo.
— ¿No deberías disculparte?
— No eres merecedor de una disculpa. — Se quiso pasar de listo después de ensuciar mi vestido.
— ¿No te arrepientes de haberme golpeado verdad?
— Te la merecías. Tiraste jugo sobre mi. Y no conforme con eso quisiste robarme un beso.
— ¿Qué podía hacer? Eres preciosa, me tentaste.
— No mientas. Luciana te reto a besarme. Yo lo escuché. Lo hiciste por una noche de pasión con ella.
— ¿Celosa?
— De Luciana jamás.
— Tienes razón. Tú eres más guapa.
— Gracias por tu buen gusto. — El se rió.
— Eres una narcisista adorable.
— ¿Incluso te gustan mis defectos?
— No considero que eso sea un defecto.
— ¿Conoces todos mis defectos?
— La mayoría.
— ¿Y cuáles son?
— No quiero meterme en problemas.
— Te los voy a enumerar. Y me dirás como vas a lidiar con ellos.
— Estoy preparado.
— Tengo mal carácter.
— Con un beso se te quita.
— Soy manipuladora.
— Usaremos eso en nuestra cama. — No creó que estemos ahí pronto.
— Soy egoísta.
— No me molesta ser tuyo y de nadie más.
— ¿Por qué piensas que puedes solucionar todo con tu cuerpo?
— Por qué cuándo tengas problemas mis oídos te escucharán. Cuándo te sientas sola mis brazos te abrazaran, cuando quieras llorar podrás hacerlo en mi pecho, cuando quieras un halago mi boca te lo dará, y si lo que necesitas es amor, siempre estoy disponible.
— ¿Con cuánto tiempo de anticipación preparaste tus palabras conmovedoras?
— Lo acabo de inventar ahora mismo. — Ambos reímos. Aunque intente parecer indiferente, lo dijo me movió. Es que parece tan sincero. — ¿Te gustó?
— Fue conmovedor. — Dije en tono de broma, pero era en serio.