Domesticando A Un Villano

Dos días habían pasado ya, desde el "Accidente" de la princesa Ray, accidente, ya que así todos lo creen y aunque no es así, no tienen modo de saberlo, después de todo la chica todavía no había despertado.

— Vaya vas bien — Raquel, que esquivaba los ataques de Damon sonríe con burla — Tendrás que esforzarte para hacerme un corte.

El chico seguía atacando a pesar de no haber logrado ni siquiera tocar a la chica. Incluso el mismo está Sorprendido, sabe muy bien que la emperatriz jamás dejaría a su hija aprender esgrima, entonces ¿Cómo sabe todo eso la chica?

Ya finalmente, al haberse cansado, ambos se encontraban en césped.

— Eres la buena de lo que pensaba.

— Te lo dije, no. — La chica sonríe con arrogancia para limpiar su rostro con la toalla.

— Pero lo que me preguntó, ¿Cómo sabes todo eso? Sé que la bruj- digo la emperatriz jamás te dejaría aprender esgrima ni menos combate de puño.

— No necesito permiso de la emperatriz para hacer lo que me gusta. — La chica se levanta del pasto extendiendo su mano hacia Damon, quien lo toma levantándose.

— ¿O sea que ella no sabe nada?

— No tiene por qué saberlo. — Lo que menos le importaba la emperatriz es su hija, esta quería dar un hijo varón, pero al final termino siendo niña, y esa es la más clara razón que no le importaba ni un poquito a Raquel, en la novela dejo que el emperador hiciera lo que quisiera con la chica, comprometiéndola con viejos.

Damon solo suspira, para mirar a la chica.

— ¿Cuánto tiempo piensas quedarte en mi palacio?

— Digamos que por siempre — Desde ayer Raquel se había mudado en el palacio de Damon, por supuesto, después de limpiarlo, ya que el lugar no tenía ni una doncella y aunque tuviera ninguno haría nada.

— Pensé que estabas fingiendo por eso, deje que te quedarás, y en unos días te aburrirás.

— Entonces es mejor que andes haciéndote la idea que me verás todos los días en tu palacio, porque no pienso salir.

— Vaya, hablas cómo fuera tuyo

— Pues es mío ahora, ¿no? Estoy viviendo en ella.

El chico solo rodea los ojos, si hubiera pensado que Raquel se quedaría ni siquiera le hubiera dejado quedarse, pensó que era capricho de la chica y que pronto se aburriría de su pequeño palacio.

Ambos llegaron al palacio y Raquel se fue a darse un baño primero, tenía planeado salir, para comprar algo.

Saliendo del baño con una bata mojado mientras se seca el pelo, se dirige en su habitación.

— ¿Qué haces aquí? — Mira Damon sentando en su cama. El chico al ver a Raquel desvía la mirada para otro lado.

— C-creo que vendré después — Se levanta en la cama dispuesto para irse; sin embargo, Raquel lo detiene.

— Porque estás huyendo, no me digas que es la primera vez que vez alguien así — Raquel sonríe con Burla hacia el chico, es claro que no estaba desnuda, pero la bata no estaba tapando todo, debido a que era muy transparente.

—N-no estoy huyendo. — Mira Raquel, enojado quién seguía burlándose de ella.

— Haré como que te creo. — La chica se acerca a este, Damon sin dudarlo retrocede, hasta que termina chocándose con la pared. Mientras que Raquel lo acorrala en esta.

— ¿Q-que crees que estás haciendo?

— Dime algo — Mira Fijamente al albino — No me digas que ese beso en el jardín fue tu primer beso.

De inmediato el chico se sonroja por la pregunta de Raquel, mientras que aquella escena del beso hacen flashback en su mente.

— Q-que te importa — A pesar del tartamudeo del chico Raquel sonríe, de verdad aquel beso en el jardín fue el primer beso del chico. Y pesar que fue ella, no puede evitar que algo se mueve dentro de ella.

— Vaya, parece que así fue — Se acerca al rostro de Damon gasta quedar cerca de sus labios — Entonces ¿Te gustaría tener tu segundo besó? — Mira los labios de Damon para acercarse a este; sin embargo, antes de llegar a los labios del chico, la puerta se abre de golpe, siendo nadie más ni nadie menos que Calix.