Son tantas las lágrimas que he derramado en mi vida, que mi corazón se volvió de piedra. No me juzguen, soy Marina y ésta es mi historia.
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La Denuncia
Don Reymundo
Cuando se acostó Marina, nos tomamos un café, eran poco mas de las siete de la mañana.
--Cómo estás hijo?
Estoy bien, solo embebido en mi trabajo. Yo no tengo mucho que contar. Pero usted sí al parecer.
--El favor que me pidió tiempo atrás que averiguara, lo hice.
--Me pidió que buscara a una mujer. La encontré, sigue viviendo tal como usted me dijo, en un pueblito "Rio Tijeral"... Es una...... prostituta. --Tiene su pareja y la pareja tiene un hijo. Viven juntos. Nadie más vive con ellos.
--No hay ninguna hija pequeña ?
--No.
--Tenía una niña pequeña que debería tener entre tres y cuatro años.
--Pero hace dos años ésta mujer hizo una denuncia contra una adolescente a la que ella le daba albergue, la muchacha enloqueció y atacó a su pareja.
--Saqué una copia para usted.
Se levantó y fue a buscar una carpeta y se la entregó.
-- El hombre quedó gravemente dañado por quemaduras en su cuerpo y su rostro. La denuncia es por intento de asesinato. Es grave.
--Hay una orden de busqueda para la adolescente. --Que ahora recordando tenía como características que la menor tenía ojos de diferentes colores.
--Pero me podría contar usted de ésta niña.?
--Como la encontró ? Es la misma niña que la mujer ha denunciado, verdad ?
--Si, es la misma.
--Don Raymundo usted tiene dos salidas. La primera es entregarla a las autoridades, que se lo digo porque como oficial de policía, debo hacerlo. --Pero se que no lo hará.
--Y la otra es sacarla del país y que ella no vuelva hasta que la denuncia se olvide ....o nunca más salir del Edén.
--Usted sabe que mi deuda para con usted es eterna y yo lo ayudaré en todo lo que pueda.
--Pero como le digo sólo hay dos salidas.
--José y .....
--Hablar con la mujer? y ofrecerle dinero, para que retire la denuncia?
--Aunque se que ella no dará pie atrás.
--Usted conoce a ésta mujer? Don Raymundo ?
--No, pero por mi Marina se como es ella. Es una mujer deplorable, es su mamá, aunque ella no le diga así.
--Su mamá ???
--Si yo te contará José....
--Tiempo es lo que me sobra, pedí unos días. Igual voy a ir a la oficina pero para dejar unos documentos.
--Asi que lo escucho...
Le Conté como nos conocimos y como llegó a mi vida. No me guardé nada. El era de mi entera confianza y podía contar con él.
--Me gustaría ir hablar con la mujer y ver si hay alguna posibilidad de que quite la demanda, hijo.
--Yo lo puedo llevar, pero no le puedo acompañar, a dialogar con la mujer, no puedo involucrarme en el caso. Por cualquier cosa necesito estar desligado, para seguir ayudando.
Marina
Me acosté a dormir con mis perros estaba cansada, ya era de día dejé a los hombres en la cocina conversando.
Desperté sola, eran las diez treinta de la mañana. Papá seguro los sacó. Me levanté y saqué ropa de mi mochila. Entré al baño, era un lugar muy masculino, todo muy bonito y ordenado en tono gris. Habían muchos perfumes, los olí, algunos eran muy fuertes y otros muy suaves y tenía una gama de shampoo.
Y. ....me encontré con cremas femeninas. Don Pepito tenía esposa !!!! Seguramente anoche estaba dormida.
Me bañé peiné y vestí.
Papá estaba afuera en el patio haciendo sus ejercicios y los perros observando.
Preparé el desayuno. No había pan!! solo galletas de agua. Nooo. busque y encontré huevos y harina, rápidamente hice unos panqueques dulces, llamé a papá por señas que todo estaba listo.
Lo saludé a él y mis perritos.
--Y los dueños de casa?
--Está durmiendo aún, le dolía un poco las heridas y se tomó algo para el dolor.
--Y su esposa ?
--Pepito casado? jajaja no me hagas reír él es un soltero empedernido.
--Ohh. yo creí que sí. Vi unas cremas de mujer...
--Que muchacha más observadora.
Era él que hablaba a mis espaldas.
No quería que me viera enrojecidas mis mejillas.
--Perdón andaba buscando un jabón se me olvidó traer el mío.
--Los jabones están en el último cajón.
--Gracias.
Se sentó a la mesa, no lo quería mirar, pero tuve que hacerlo cuando dijo
--Pero que rico está ésto, los hiciste tú muchacha ?
--Me llamo Marina don Pepe
--José, ese es el mi nombre, si tú me dices José, yo te diré el tuyo, Marina.
--Está bien.
Me dió su mano y al dársela. Vi su uniforme.!!!
Era un policía.
Miré a papá de una vez.
El con su mirada tranquila me dijo.
--El sabe todo. Le conté
Me pare y me fuí al dormitorio donde había alojado.
Eran muchas emociones que tenía. José era un policía y yo escapaba de la policía.
Tenía miedo, pero a la vez me preguntaba papá jamás haría algo en mi contra.
Me dije madura Marina. Así que volví a la cocina.
Estaban sentados aún desayunando.
--Lo lamento, el temor me hace ser desconfiada.
--Disculpe José, se que papá no haría nada que me hiciera daño.
--Fue solo sorpresa yo escapé de la justicia, llámelo ignorancia, en esos años que huí del lado de esa mujer era una niña tonta.
--Soy una nueva persona, pero principalmente soy lo que hizo de mi en éste tiempo Raymundo Silas.
--Te entiendo, no te preocupes, Don Raymundo me pidió ayuda, como verás soy policía, tengo el grado de Mayor.
--Porque lo conozco y se que es verdad los ayudaré.
--Hoy iré a mi oficina y de ahí iremos a tu antiguo pueblo.
--Estamos a tres horas de aquí. Tu papá quiere hablar con tú .. ..
Me pare y fuí donde él....a rogarle.
-- No papá, no....ella es una mujer oscura no vayas. Deja todo así ...
-- Capaz que haga algo en tu contra. No la conoces como yo.
--Mírame estoy toda llena de cicatrices, todas me las hizo ella.
--Gozaba haciéndome sufrir, no vayas papá por favor. Compremos los víveres y volvamos al Edén.
--Cariño, escúchame ella te denunció. Si no hacemos algo esa denuncia te perseguirá por siempre. Pasarán años y esa denuncia no te dejará.
--Tengo que tratar de convencerla de que la quite
--No importa, yo nunca saldré del Edén.
--Hija no...
--Mientras tenga una posibilidad..... lo haré, hablaré con ella.
José dijo:
--Marina, en algún momento vas a querer tomar la vida de una mujer normal. Es insano que vivas escondida para siempre. Eres joven y en unos años más querrás otras cosas. Siquiera en veinte años más esas denuncias se desechan. Don Raymundo tiene razón.
--Usted no me conoce, a mi me gusta la vida que llevamos. Yo soy diferente.
--Y cuando él y tus perros no estén ..?
--Cállese, cállese por favor, no quiero escuchar nada.
No podía escuchar más, sabía que algo malo se avecinaba.
No podía parar de llorar....
Tenía miedo, y sabía que no estaba equivocada.