Agostina Fernández es una hermosa e inocente adolescente que lleva meses esperando con mucha ilusión su cumpleaños número quince, pero lo que tenía que ser su noche soñada se termina convirtiendose en su peor pesadilla, después de esa noche su vida cambiara para siempre, deberá de afrontarse a muchas dificultades ella sola, pero con un solo objetivo en mente, vengarse de todas las personas que le hicieron tanto daño, podrá llevar a cabo su venganza?
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CAPÍTULO 4
...ALDANA...
Cuando éramos niñas mis abuelos siempre nos llevaban a pasear al campo, allí fue donde conocí a Luciano, éramos apenas unos niños de ocho años, pero era tan lindo que con el pasar del tiempo me fui enamorando de él, Luciano y yo solíamos jugar por horas, no puedo creer que se olvidará de eso, de lo bien que nos llevábamos cuando éramos niños, amaba los fines de semana por el simple motivo de verlo a él, pero todo se terminó cuando mis abuelos murieron y mis padres ya no me permitieron seguir viendo a Luciano, debo de admitir que tengo una pequeña obsesión por él, en mi habitación tengo un gran póster con su cara, mi fondo de pantalla en la notebook es una foto del que se sacó haciendo deporte en su gimnasio y además tengo varios álbumes con fotos de él, ya que no solo lo sigo en Instagram sino que cada vez que sube una foto o una historia la imprimo rápido y guardo en mi álbum
El es tan hermoso, tan musculoso, atlético, millonario, tan varonil y se viene a fijar en la poca cosa de mi hermana, estoy que me lleva el demonio del odio que cargo.
No lo entiendo, juro que no lo entiendo, siento que se me va a explotar el corazón y no precisamente de felicidad o amor, sino todo lo contrario, siento tanto odio en este momento que podría matar a ahora mismo a la estúpida de mi hermana con mis propias manos, quisiera ponerle una bolsa en la cabeza y apretarla fuerte hasta que se quede sin aire, maldita sea!!
Mío, Luciano tiene que ser mío, como pudo elegir a la pelirroja tonta de mi hermana? Me siento humillada, despreciada, ella no es la mitad de hermosa que yo, es tan grasa, la odio como nunca creí que podría odiar a alguien, juro que me las va a pagar, esto no se va a quedar así, algo se me tiene que ocurrir
Luego de destruir toda mi habitación y darme un relajante baño de espuma, tomé mi celular y llame a mis amigas para ir al centro comercial a comprar ropa nueva, ya que la mía la acabo de destrozar toda con mi tijera, cada vez que destrozaba una prenda me imaginaba que era a Agostina a la que le clavaba con fuerza la tijera y que bien se sintió.
Sonreí mientras me observaba en el espejo el único que quedó sano junto a la única muda de ropa que me voy a poner, una blusa mangas largas y hombros al descubierto en roja, mi color favorito y el cual me hace lucir tan sexy, una falda de cuero negra y unos borcegos negros, tomé mi bolso de diseñador y salí de casa, no sin antes despedirme de la estúpida poca cosa de mi hermana, digamos que le jugué una pequeña bromita y la deje encerrada en el baño, que divertido...
- Va a salir señorita? - me pregunta el estúpido chófer
- No imbécil voy a salir a barrer la vereda, eres ciego o que? No te das cuenta de que voy a salir bueno para nada - dije molesta no sé porque mis padres contratan gente tan ineficiente
- Lo siento señorita, adónde la llevó? - pregunto el chófer una vez que abrió la puerta para que yo entrara
- Al centro comercial, pero antes iremos a otro lado - dije con una sonrisa en mi rostro le haré una pequeña visita a alguien
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Llegamos al mejor club de la ciudad, me retoque mi brillo labial y caminé con confianza hasta donde se encontraba Luciano entrenando con sus amigos, ese uniforme lo hacía lucir tan guapo, que mi corazón dio un salto, lo amo, lo amo demasiado que le voy a hacer?
- Hola Lu - lo saludé provocando que no solo él se diera vuelta sino todos los chicos que estaban jugando al básquet con él
- Que haces aquí Aldana? - pregunto frunciendo el ceño - Agostina viene contigo? - pregunto con una sonrisa de bobo al nombrar el nombre de la cucaracha
- NO!! - dije casi gritando - Vine sola, vine para hacerte abrir los ojos, Luciano es que no te das cuenta? Tú eres guapísimo, elegante, con mucha clase y además rico, dentro de poco deberás de asistir a ciertas cenas en dónde habrá gente muy poderosa, tendrás que ir cócteles y fiestas y mi hermana no es para eso, Agostina es muy distinta a nosotros, ella ni siquiera sabe vestirse, es que no la has visto? ¡Parece la hija del chófer en vez una Fernández!! No tiene clase, Luciano estás cometiendo un grave error, ella no es para ti
- Y supuestamente quién es para mí? - pregunto algo molesto - Tú? - pregunto levantando una ceja
- Pues si, yo soy como tú, además mi madre me ha entrenado desde niña para asistir a esos tipos de eventos, yo jamás te dejaría en ridículo, seríamos una pareja perfecta, hasta parecemos modelos!!
- Aldana yo ya elegí a Agos, no insistas porque no vas a conseguir nada y por favor ya no vuelvas a molestarme de acuerdo?
- Es que acaso has olvidado como nos divertíamos cuando éramos niños? La pasábamos genial no entiendo por qué has cambiado tanto conmigo - dije fingiendo tristeza
- Porque cambie? ¿Te olvidas lo que hiciste la última vez que nos vimos?
- Claro que lo recuerdo nunca lo he olvidado, todas las noches antes de dormir lo recuerdo, no se porque pareces molesto que tiene de malo? - mencioné con una sonrisa
- Me besaste Aldana!! Me besaste a la fuerza frente a todo el colegio, me hiciste pasar la vergüenza de mi vida, mis amigos se burlaron por semanas por eso!! - gritó como si le hubieran pinchado el trasero, que tiene de malo que lo haya besado? ¿Quien no quiere que yo Aldana Fernández lo bese?
- No es para tanto Lu!! - quise abrazarlo y me rechazó
- Aldana por la amistad que tuvimos cuando éramos niños te pido que respetes mi decisión y no quieras interponerte entre Agos y yo, ahora por favor vete!! - señalo con molestia la puerta
- Lu.. - No pude seguir hablando, ya que él literalmente me dejó parada como una tonta ahí sola mientras él volvía a jugar con sus amigos
Molesta salí del lugar, la desgraciada de mi hermana me las va a pagar, juro que Luciano será mío o me dejó de llamar Aldana.
Subí furiosa al auto el cual me llevo al centro comercial, ya en el lugar mis amigas me estaban esperando, no hay nada mejor que gastar unos cuantos Miles de ropa que no usaré para calmar un poco mis nervios
Maldita Agostina...