Soy Gabriela y está es mi Historia:
"El nudo en mi garganta se hace cada vez más fuerte. Dejar a mi familia es una herida que nunca sanará por completo, pero la esperanza de un futuro mejor me impulsa hacia adelante. El Nuevo Mundo me ofrece un lienzo en blanco, una oportunidad para reinventarme. Sin embargo, el miedo a lo desconocido me acecha. ¿Podré adaptarme a una nueva cultura, construir una nueva vida? Y ¿qué lugar habrá en mi corazón para el amor cuando Edward, con su mundo de éxito y poder, se cruce en mi camino?"
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Capitulo XXII
Edward llega a su oficina, está alegre. Generalmente es un hombre muy serio. Saluda a todos.
Edward: ¿Cómo está, señorita Campbell?
La secretaria tarda en responder.
Secretaria Campbell: Estoy bien, señor.
Ella piensa: “¿Y a este qué le pasa? ¡Sabe sonreír! Tan guapo y siempre tan amargado.”
Edward: ¿Podrías llamar a Marcos a mi oficina?
Secretaria Campbell: Claro, señor, de inmediato.
Marcos entra en la oficina de Edward.
Marcos: Hola, amigo. Ayer te tomaste el día. La señorita Gabriela firmó el contrato. ¿Y por eso estás tan contento?
Edward: Ni siquiera me acordé del contrato. Me imagino que quedó en el auto. Ayer pensé que se había ido y me volví como loco. La desesperación fue enorme hasta que su amiga me dio la dirección de un nuevo apartamento que alquilaron las dos. Al llegar, se resistió un poco, pero me dio una oportunidad. Con ella me siento tan bien, es tan distinta a todas las mujeres que he conocido.
Marcos: ¿Estás enamorado, Edward?
Edward: Aún no lo sé.
Marcos: ¿Cómo que no, hermano? Estás haciendo cosas que nunca hacías, como dejar el trabajo. Esa cara de felicidad es rara en ti.
Edward: Hablé con mi madre.
Marcos: Ves, te lo dije. Estás enamorado.
Edward: Lo veo pronto para afirmar eso.
Marcos: Bueno, a trabajar, que tengo que salir con Gabriela al mediodía.
Edward: ¿Me estás diciendo que hoy también dejarás tu trabajo? Ay, amigo, estás perdido.
Edward: Ya déjame trabajar.
Marcos se retira y, antes de salir, dice:
Marcos: ¿Cuándo es la boda?
Marcos sale de la oficina.
Edward se queda pensativo. ¿Boda? Eso no…
......................
Gabriela en el apartamento decide llamar a su madre.
Gabriela: Hola mamá, ¿cómo estás?
Madre: Hija, extrañándote tanto. Tu vacío acá es fuerte. Perdona que te lo diga, trato de no decirte cosas así, pero me haces mucha falta y no lo puedo evitar.
Gabriela: Mamá, tranquila. Estoy trabajando para que volvamos a estar juntas. ¿Y mi hermanito, cómo está?
Madre: Él está bien, extrañándote también.
Gabriela: ¿Recibiste el dinero que te envié?
Mama: si hija, gracias por tu ayuda.
Gabriela: Mamá, tengo que contarte algo.
Madre: ¿Te pasó algo?
Gabriela: Bueno, Beatriz y yo alquilamos un apartamento pequeño y vamos a abrir un negocio. Claro, no será fácil, pero vamos a lograr este sueño.
Madre: ¡Qué noticia tan maravillosa, hija! Estoy muy orgullosa de ti. ¿Qué tipo de negocio van a abrir?
Gabriela: Vamos a abrir una pequeña cafetería. Beatriz es una excelente repostera y cocinera y yo me encargaré de la administración y la atención al cliente.
Madre: Suena perfecto. Sé que les irá muy bien. ¿Cuándo piensan inaugurarla?
Gabriela: Aún es pronto para dar una fecha.
Madre: No puedo esperar para ver todo lo que han logrado.
Gabriela: Yo también te extraño, mamá. Pero sé que todo este esfuerzo valdrá la pena. Te mantendré informada de cada paso.
Gabriela: Mamá, otra cosa. No quiero tener secretos contigo. Conocí a alguien.
Madre: Hija, ¿de verdad? Me dejas sin palabras. Sé que por mi culpa se te dificulta creer en el amor.
Gabriela: Mamá, para mí no es fácil. Tengo miedo.
Madre: Hija, tienes que vivir y esas cosas no se planean. Cuando aparece esa persona que te hace sentir, y no lo puedes evitar, tienes que tomar una decisión de vivirlo o no. En ambas decisiones tienes que vivir con las consecuencias. Hija, eres joven, nunca has experimentado el amor. Vívelo con cuidado, pero vívelo. ¿Y se puede saber quién es?
Gabriela: Es el hijo de la señora que me ayudó. Es guapo, mamá. Es un hombre interesante e inteligente. Se me olvida mi nombre cuando estoy cerca de él.
Madre: Hija, nunca te había escuchado decir eso. Pero estoy feliz. Por favor, cuídate. No salgas embarazada.
Gabriela: Mamá, ¿qué dices?
Madre: Hija, ve mi ejemplo. Un hijo tiene que venir al mundo con una familia sólida.
Gabriela: Mamá, por ahora estoy comenzando y eso no está contemplado.
Madre: Hija, si te hace sentir como me dices, eso no tardará en pasar.
Gabriela: No, madre, te aseguro que no será así.
Madre: Bueno, hija, te amo. Adiós.
Gabriela: Adiós, mamá.
Gabriela se queda pensativa. “Eso no pasará aún. Esto con Edward me parece irreal. Siento como que solo será algo fugaz. No sé qué pensar.”