Elizabeth Mc Carthy es una mujer de tan solo 18 años, llegó a New York sola, procedente de Irlanda.
Es pelirroja, de fuerte carácter y con mucha decisión.
Es el año de 1840, las caravanas de aventureros comenzaban a salir en busca de fortuna, hacia el lejano Oeste.
Las circunstancias obligaron a Elizabeth Mc Carthy, a embarcarse en ésta aventura. A través de ella va a pasar por tantas vicisitudes y acontecimientos que la van a obligar a echar mano de toda su fortaleza de espíritu y carácter para poder lograr su sueño.
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8- LEWENWORTH-FORT-1
La marcha lenta y penosa había comenzado, los ojos de Petra y Elizabeth ya no reflejaban tristeza, solo se veía la decisión de ir a completar la larga y complicada ruta que habían iniciado. Katherine y Henry, eran ya un recuerdo hermoso.
Ahora solo importaba el camino que tenían ahí enfrente. Nelson se acercó y preguntó si todo estaba bien. Elizabeth le dijo que sí. No había problema, la carreta estaba nueva y recién engrasada, así que no le sonaba nada. El primer reto fué atravesar el Río Misissipi, los guías los llevaron 10 millas al norte, ahí el Río es angosto y poco profundo.
Los guías ordenaron que debían pasar uno por uno, teniendo que esperar cada una a que la carreta delantera termine de cruzar, para evitar posibles accidentes fatales. En total eran 40 carretas, la de Petra y Elizabeth ocupaba el lugar 10, así que tuvieron que esperar 2 horas para su turno.
Mientras todos los ocupantes de las carretas estaban alertas, en caso de tener que ayudar, por si sucede que alguna carreta colapsara ante el paso de la corriente del Río.
Por fin tocó su turno a las hermanas, Nelson se acercó y les dijo que en estos momentos la corriente está tranquila, pero que trataran que fuera rápido, no se sabía en qué momento cambiaría la corriente.
Gracias Nelson. Vamos allá.
Elizabeth inició la marcha, atusando con suavidad al par de cuacos, estos obedecieron y se lanzaron lentamente, pero con decisión a atravesar la corriente, fueron avanzando paso a paso, Liz los arreaba con cuidado, seguían avanzando, ya estaban en el centro de la corriente y una rueda resbaló ligeramente, moviendo un poco la carreta en forma lateral. Elizabeth detuvo momentáneamente.
Liz!!. Gritó Petra. No pasa nada hermana. Tranquila.
Perdón Liz, no volverá a pasar.
Elizabeth volvió a sentir firmeza en el piso y reanudó la marcha. Llegó el momento de salir del agua y había que trepar por una pendiente pronunciada, entonces Elizabeth arreó a los caballos con mucha energía, los caballos buscaron ellos solos, un lugar firme para impulsarse y lo lograron, después de salir del Río, avanzaron unos 100 metros, y ahí, Norman les dio la orden de esperar a los otros pioneros que faltaban de atravesar. Al atardecer terminó la última carreta de atravesar y la caravana se enfiló hacia el Oeste, ahora sí, en ruta firme al Oeste, en busca del Lewenwoth Fort, antes de abandonar Missouri y pasar por Kansas. La noche los alcanzó en un valle completamente plano, que les daba una vista amplia hacia los cuatro puntos cardinales, los guías ordenaron parar las carretas en círculo y que nadie, por seguridad, puede salir estar fuera del círculo, y que por lo menos un pionero deberá hacer guardia desde su respectiva carreta, viendo siempre hacia afuera.
Como para Elizabeth fue agotador conducir la carreta para cruzar el Río, pidió a Petra que ella hiciera guardia hasta el cambio de vigilancia.
Elizabeth preparó algo para comer rápido, hizo unas tortitas de Maíz y Café. Comieron las dos hermanas con avidez y luego de limpiar los trastes, Petra volvió a su puesto de guardia, me despiertas por si acaso.
Si Liz. Tú descansa. Te quiero hermana.
Todo parecía tranquilo, hasta que Clark, uno de los Pioneros de la carreta vecina a las hermanas, le hizo una seña a William Nelson para que se acercara y le señaló una tea encendida a lo lejos. El guía dijo todos alertas.
Petra le movió la pierna a Liz con la culata del rifle y Elizabeth saltó alertada. Toma tu rifle hermana.
Así lo hizo Liz y preguntó qué pasaba, Petra le señaló la tea a lo lejos, mira. Qué es eso Nelson?, el hombre se había acercado y pidió que estuvieran alertas.
Las otras mujeres entraron en las carretas y abrazaron a sus hijos. Y debían permanecer quietos y acostados.
Petra se quedó en la parte delantera de la carreta y Liz se fue a la parte trasera. Y desde ahí cubrían todo su carruaje.
Solo se escuchaba el crepitar de las llamas de las fogatas y así deberían dejarlas, si eran atacados, podrían ver de dónde vendría la agresión y así poder defenderse mejor.
Todos tenían la vista fija en la lejana luz. De repente en el lado opuesto, apareció otra fogata a lo lejos. Y el pionero que fue el primero en verla, dijo: Nelson, por acá.
El guía dijo: Creo que tratan de rodearnos. Son varios, si trataban de sorprendernos, no lo lograron.
En otro punto apareció otra fogata y así en los cuatro puntos cardinales.
Rifles amartillados, ordenó William Nelson.Y todos los hombres y mujeres que cargaban un arma lo hicieron. De pronto se oyó un disparo a lo lejos.
Todos cubiertos. Gritó Nelson, no abandonen su sitio. De pronto se oyó el galope de un caballo y un jinete con una tea encendida y al tratar de lanzarla contra una carreta, Elizabeth disparó y dio la impresión de que el tipo había chocado contra un muro y cayó muerto con el corazón atravesado por la bala de la chica.
Nadie más disparó. Las fogatas se apagaron.
Y a lo lejos se oyó el galope de caballos cada vez más lejanos.
Nadie abandone su puesto. Clark, ve donde está ese fulano, nosotros te cubrimos. Llega arrastrándote. Clark bajó de su carreta y comenzó a avanzar, arrastrado debajo del carruaje y llegó hasta donde había caído muerto el jinete.
Clark lo despojó de un rifle y un revólver Colt 45 y el cinturón con cartuchera y se oyó otro disparo que dió cerca de Clark. Nelson gritó, no te levantes Clark, regresa arrastrándote. Así lo hizo el muchacho y hubo otro disparo, ahora fué Nelson el que respondió el fuego con un tiro hacia el lugar que fué iluminado por las chispas del disparo y se oyó un grito de dolor. Otro menos, exclamó William.
Todos en sus puestos, Clark regresó a su lugar de vigilancia. Estás bien?. Preguntó Petra.
Si, solo un poco asustado.
Entonces eres una persona normal. Yo también estoy asustada, pero ver a mi hermana aquí a mi lado, me da tranquilidad.
Dispara muy bien tu hermana, le dio en el corazón.
Si es buena tiradora.
Todos callados y alertas hasta el amanecer, ya falta poco. Dijo Meredith, otro de los guías.
Y con el amanecer, llegó la tranquilidad. Nelson salió a buscar al otro tipo herido y ya estaba muerto, recibió el balazo en la cabeza.