Melissa es una chica que después de 3 novios y un matrimonio fracasado, juro no volver a amar, pero el destino le tiene nueva jugada, ¿Conocerá Melissa el amor verdadero? o ¿se quedará sola como juró hacerlo?
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Bernardo busca a Melissa
Cuando Bernardo y Julia salieron del despacho el ama de llave le pasó el sobre a Bernardo le dijo que la señora Melissa fue a entregar eso y se marchó de inmediato.
- Hace que tiempo?
- Más o menos dos horas señor.
- Escucho algo?
- No creo\, no tardó mucho en salir.
- De acuerdo te puedes retirar.
- qué es eso amor? ¿ya la estúpida firmó las acciones?
- Sí\, tengo que salir...
- Ni se te ocurra buscarla\, ¿o me vas a decir ahora que te enamoraste de la
muchachita?
- Tengo trabajos julia Camila.
- No soy ninguna estúpida Bernardo y no te siento muy feliz de que la cuatro ojos haya firmado el traspaso de las acciones.
- Haz lo que quieras.
Bernardo salió de la mansión como alma que lleva el diablo, fue directo a la habitación donde vivía Melissa, pero los vecinos les dijeron que ya a partir de hoy no vivía ahí.
- Baben dónde fue?
- No señor
Bernardo llegó al Spa y preguntó, pero recibió la misma respuesta, Melissa ya no estaba.
No sé porque estoy buscando a Melissa, o bueno sé que es para descargarme en su boca, ya me acostumbré a eso, también quiero probarla.
Mejor me voy a la empresa, tengo que buscar nuevos contratos, pero sobre todo tengo que tratar de buscar contratos internacionales y más de Estados Unidos, no puedo estar siempre con las mismas empresas de Puerto Rico.
Al llegar a la oficina Bernardo le dijo a la secretaria del segundo piso que la necesitaba en su oficina, esta de inmediato entendió a que se refería, fue al tocador a arreglarse y subió con una falda corta entregada por el asistente de Bernardo a todas las empleadas que Bernardo eligió para cuando él quisiera estar con ellas no tener que perder tiempo quitándose la ropa.
- Podías venir con ropa normal\, solo quiero que me haga un oral y claro que terminaré en su boca.
- Como usted diga señor.
Dijo la chica arrodillándose ante Bernardo y colocando su miembro en su boca, cuando este terminó ella se sentó con las piernas abiertas arriba del escritorio.
- No necesita nada más señor?
- Ya que insiste.
le dijo Bernardo entrando de una sola estocada en ella.
- Ahh\, Ahh.
- Cállate.
Bernardo entraba con todas sus fuerzas hasta que volvió a terminar en su boca, de inmediato tomo la chequera y esta al ver que colocarían ya la suma a pagar se tragó su esencia y comenzó a lamer su miembro.
- Toma ya lárgate\, te seguiré buscando\, pero nunca se te ocurra buscarme tu a mí.
Al salir la chica Bernardo comenzó a tomar y fumar, y continúo llamando a Melissa, a pesar que estaba con la secretaria del segundo piso su obsesión con Melissa comenzó a reflejarse.
Llego a casa tarde de la noche y muy tomado, cuando entro encontró a Julia con una lencería roja puesta.
- No tengo deseos de nada\, acaso no fue suficiente con lo de esta mañana.
- De seguro te cogiste con una de las secretarias ya y por eso no quieres\, porque no me digas a mí que es solo por lo de esta mañana.
- Me voy a dormir.
Bernardo se retiró a la habitación y Julia se colocó una bata y salió a jardín en busca de uno de los empleados, la misma se había tomado un estimulante y necesitaba cumplir con su necesidad sexual.
Al llegar al jardín vio que la mayoría de los empleados ya se habían retirado, si dirigió con lujuria a donde los dos morenos grandes que se encargaban de la seguridad de Bernardo, lo miró con cara de querer devorarlo, se acercó a ellos y se desnudó.
- Señorita que haces? ¿se siente usted bien?
- Les conviene hacerme llegar al mejor orgasmo de mi vida\, sino estarán ustedes
despedidos.
- Lo siento señora no podemos dejar las puertas solas\, tampoco podemos tocar la señora del jefe.
- OK\, ven tu conmigo
- Señora yo...
- Voy a contar hasta cinco para que uno de ustedes decida estar conmigo\, de lo contrario considérense despedidos y presos 1...\,2....\,3....4\,...
- Iré yo.
Le dijo el otro hombre, que no era el que julia había elegido.
- De acuerdo\, pero tu ni creas que te me vas a escapar\, le dijo colocando unos de sus dedos en la intimidad del otro hombre.