UNA MISTERIOSA LATINA

(Alessio)

Uff que ardiente, que mujerón, ¡¡Dios mío que mujerón!!

Salí de su habitación con un ardiente deseo de tenerla, ella me gritó que saliera y cerrara la puerta, Yo en lugar de eso deseaba caminar hasta ella, tomarla entre mis brazos, recorrer su piel con mis manos, así como estaba casi desnuda, deseaba levantarla y llevarla a la cama, hacerla mía, por el resto del día, si eso es lo que deseo hacer...

Pero en cambio de eso, salí de su habitación, sintiéndome un niño regañado...

Me llamo pervertido y me mando salir de su habitación.

Y aqui estoy, en serios problemas, es que parezco un adolescente, estoy dentro de este baño con mi amigo más despierto que nunca, mi pantalón parece una carpa de circo, tanto que me duele y lo peor de todo es que mi mente no ayuda para nada, pues tengo su imagen gravada en mi memoria.

Jamás en mi vida me había sentido tan atraído por alguien y es que no es solo su belleza física, es esa personalidad que tiene; es tan segura de sí misma, tan extrovertida y a la vez tan sénsata para comportarse, Dios porque me siento así, que es lo que siento por esa mujer.

Trato de controlar a mi Amigo, me lavo la cara con agua fría por unos minutos, para tratar de quitarme este calor...

No me queda otro remedio que hacer ejercicios de respiración para relajarme; pero cuando creo que lo estoy logrando vuelvo a cerrar los ojos y de nuevo su imagen me hace volver al inicio...

A pesar que tarde unos 15 minutos en el baño, salgo con la esperanza que Gracia aún este en su habitación; pero para desgracia mía, esta sentada en la sala esperandome, al verme se pone de pie.

Me quedo de nuevo en Shock, esta mujer tiene una obsesión con los zapatos de colores llamativos y lo mejor es que se le ven tan bellos, sus pies son preciosos.

Yo jamás me fije en los pies de una mujer, siempre veía otras cosas de su cuerpo, pero ella lo tiene todo tan bello, desde la cabeza hasta sus pies.

Llego hasta donde está, la veo de pies a cabeza, lleva puesta una falda blanca muy pegada a su preciosa figura, una blusa rosa maravilla y acentúa su pequeña cintura con un cinturon blanco; pero esas sandalias amarillas, hacen que mi ojos se bayan directo a sus pies.

—¿Por qué te tardaste tanto dentro del baño Alessio?, nesecitamos irnos de una vez. —Me dice viendo su reloj y sin darle nada de importancia a lo que paso hace unos minutos.

Yo no puedo creer que esta mujer no sienta nada, está como si nada le importa, hablándome fríamente.

—Discúlpame, lo que pasa es que recibi una llamada y aproveche la privacidad del baño para hablar.—Le digo igualmente frío.

—OK entonces vámonos, no perdamos más tiempo... —Me dice y Yo solo pienso en que me duro muy poco el gusto de verla, sonreír para mí.

Pues de nuevo tiene su rostro inexpresivo.

Ella sale caminando y Dios de mi vida, ella va sería, fría pero su rostro su piel, su cuerpo sigue siendo lo más hermoso del mundo.

Salimos en total silencio, ella camina a mi lado, la veo, su mirada fija en el camino y eso no le quita nada de su hermosura es más atrayente aún.

Entra primero al ascensor, yo detrás de ella, ya dentro del pequeño espacio, nos paramos frente a frente, nos miramos a los ojos por microsegundos, pero su mirada tiene algo, ya no es la misma mirada de hace un momento; cuando venía aún con su ropa manchada de chocolatada.

Los segundos que dura el ascensor, pasan en un suspirar, las puertas se abren y ella sale caminando muy rápido, aunque por más rápido que camine el tamaño de sus piernas y las mías hacen que la aventaje en un paso.

"Hasta luego Leandro", Le dice al conserje, él la mira y le dice sonríe.

Llegamos al estacionamiento, le abro la puerta, ella sube sin decir ni una sola palabra, doy la vuelta y cuando estoy adentro, me percato que aún no se ha puesto el cinturón.

Con cautela me acerco, ella abre sus bellísimos ojos de oro con una evidente sorpresa; siento su aliento tibio, me quedo viendo sus pequeños y carnosos labios color rosa, Dios y lo que quisiera hacer con ellos es comermelos, mas debo mantener mi cordura, pues esta mujer es un caso aparte; nuestras miradas se cruzan y se fijan en un encantamiento indescriptible; Yo solo pienso en besarla, quiero besarla, quiero probar sus labios, necesitó hacerlo.

Dios es una nesecidad en mi...

Y quizá lo hubiera hecho; pero en ese momento Ella me dice.

—Alessio es tarde, tu Padre, Alonzzo y Johel están esperando, debemos darnos prisa.— El solo hecho de oír en sus labios el nombre de otros hombres, aunque sean mi familia me inquieta, y eso es porque no tengo la certeza de sus sentimientos hacia ellos, cuando conmigo se comporta así de distante.

Yo enciendo el carro y estoy a punto de empezar la marcha; pero me detengo, no puedo irme sin pedirle que me explique su actitud.

—Sí, tienes razón Gracia; solo quice abrochar tu cinturon.

Pero antes de irnos quiero preguntarte por qué eres así conmigo, cuando veníamos a tu apartamento, me diste el honor de regalarme tus miradas, tus sonrisas y eso me encantó; pero ahorita vuelves a tener la misma actitud distante ¿Por qué Gracia?.—Le digo viéndola a los ojos,

—Mira Alessio, voy a ser muy clara contigo, pues cuando aprendas a conocerme te darás cuenta de que una de mis cualidades es ser sincera y no sé si te vas a burlar, o te va a dar igual lo que te voy a decir.

Lo más seguro, es eso que te dé igual; pero no me importa la actitud que tú tomes, yo siempre he sabido manejar cada situación en mi vida y esta no será la excepción.

Yo, Alessio, actuó así porque tu me gustas y me gustas mucho, me gustaste desde que te vi dando tu discurso en la gala, eres un hombre demasiado atractivo e impresionante.

Pero se que eres un mujeriego, que tienes una mujer diferente es tu cama, cada noche.

Y como estoy segura, de que yo también a ti te gusto, decidí tener esta actitud distante contigo, porque Yo Alessio no soy mujer de una noche y aunque me guste un hombre, como me gustas tu; se decir no, cuando algo no me conviene.

Tu Alessio Ferreira no me convienes, por eso, para que ni tu, ni yo, tengamos espacio de que pase algo que perjudique nuestra relación laboral, decido guardar distancia y tu debes hacer lo mismo.

Así que te voy a pedir, que te mantengas al margen, nuestra relación debe ser estrictamente laboral, es más de ahora en adelante usted será El Señor Ferreira y Yo seré la señorita Castillo.—Escuche todo en silencio, solo viendo sus ojos y sus labios.

Pero dentro de mí hay una emoción inesperada, escuchar de sus labios a esta mujer, decir que le gustó es lo mejor que alguien me ha dicho en mi vida...

Pero siendo honesto, jamás en mi vida conocí a una mujer así, tan genuina, tan transparente, tan inteligente...

Dios ahora más que nunca quiero hscer mia a esta mujer...