Esta pareja se separó por culpa de él. Todo lo malo que él le hizo vivir fue demasiado para ella y con el corazón roto salió de su vida para siempre...
Anya se casó por amor, Alex no. Él ya amaba a alguien más y fue obligado a separarse de ella; pensando que Anya era la culpable, le hizo la vida miserable.
Su esposa pensó que con el tiempo él podría enamorarse de ella; sin embargo, eso no pasó en todo el tiempo que estuvieron juntos.
Una noche, fue el comienzo del fin para que ella lograra salir del fondo del pozo donde estaba viviendo.
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16
Capítulo 16
Cuando Alex llegó a la casa, le preguntó a las empleadas por Anya, ellas le dijeron que estaba bien y todavía en reposo, como el médico lo ordenó. Al saber esto, él se fue directo a la habitación de ella a ver como estaba y a preguntarle si necesitaba algo.
Al llegar a la puerta de ella, golpea suavemente y al segundo, escucha la voz de ella que desde dentro le responde que pase.
-Hola, Anya. ¿Cómo te has estado sintiendo?
Pregunta él con sinceridad, ya que en verdad quiere saber como esta.
-Hola, Alex. Me siento bien, no tienes por qué preocuparte.
Le responde ella un poco tímida porque él le esta preguntando algo que hace años no hacía.
-Ok. Sabes ayer no lo hablamos, pero me gustaría que cuando termines tu semana de reposo, ir directo a un obstetra para que te revisen y nos diga si todo esta bien con el bebe.
-Por mí esta bien. No tengo problemas en que me revise un médico.
Le responde ella. Ella también quiere saber si todo esta bien con su pequeño hijo.
-Ok, empezaré a buscar uno para que te atienda.
Después de decir esas palabras, él se acercó a la cama y se sentó en ella. Anya no sabía por qué se estaba acercando tanto a ella, poniéndola muy nerviosa, hasta que él colocó la mano sobre su vientre.
La cercanía y el contacto de su mano a ella le encantaron; sin embargo, retiro la mano de él de su vientre de inmediato. La rapidez con la que sacó la mano de Alex de encima de ella, le sorprendió mucho. Incluso él se veía sorprendido por la acción de ella, por lo que ella le quiso explicar.
-Disculpa, pero tu cercanía me lastima. Por favor no me toques de esa manera.
Dijo ella mirando a sus propias manos que ahora estaban sobre su vientre.
-No era mi intención, solo quería tocar a mi hijo.
Le dijo él mirándola extrañadísimo por la actitud de Anya.
-Lo sé, eso es lo que me lastima Alex. Que no me quieras tocar a mí, por eso te pido que no lo hagas, me toques.
Alex estaba dividido entre decirle a Anya que lo que le planteaba era una idiotez y la idea de que lo que ella le decía era razonable. Él sabía de los sentimientos de ella hacia él. Los sabía desde siempre, solo que mientras eran amigos los ignoro para no arruinar su amistad, además él se enamoró de Silvina, por lo cual no iba a corresponder a Anya.
Con esto en mente y sabiendo que podría lastimar a su hijo si lastimaba a Anya, se levantó y salió de la habitación sin decirle nada a ella.
....
Una semana después, en medio de la mañana, Alex llegó del trabajo a la casa donde vivía Anya y se encaminó a la habitación de ella. Golpeó la puerta y después de escuchar el permiso de Anya ingresó.
Anya estaba terminándose de arreglar, solo se estaba poniendo una chaqueta y le faltaba agarrar la cartera para poder salir.
-Hola, Alex. Ya casi estoy, solo me falta la cartera y ya nos podemos ir.
-Ok, ¿puedes bajar las escaleras o te espero y te ayudo?
Preguntó él un poco dudoso, ya que sabía que ella no quería que la tocara así porque sí. Ella entendió a que se refería por lo que le dijo.
-Sí, por favor. Ayúdame a bajar.
Esto lo dijo por qué si bien se sentía mejor, podría pasarle un accidente y eso sería una desgracia.
Cuando Anya agarro su cartera, salió de la habitación seguida por él. Al llegar a las escaleras ella bajo con una mano sobre la barandilla y la otra siendo sostenida por Alex, quien bajaba con cuidado a su lado.
Al salir se subieron al coche y partieron de inmediato a la clínica, donde el obstetra la atendería.
Al llegar bajaron del vehículo y se acercaron a la entrada del lugar, llegaron a la recepción y le dijeron a la mujer allí a que habían venido. Ella muy amables le dijo a qué piso tenían que ir y ellos se fueron al ascensor.
Al llegar al piso, bajaron y se acercaron a la secretaria que estaba allí y le dijeron que venían a ver al obstetra, Julia Montes.
-Ok, la doctora montes en este momento esta con otra paciente, pero ya casi termina así que por favor espérenla unos minutos, por favor.
Dijo la secretaria mientras apuntaba a las sillas del lugar.