Diana León, una joven de 24 años que lucha día a día por sus sueños. Ilusionada con el amor.
Marcus Smith, un joven de 27 años, hijo de familia adinerada, trabajador, mujeriego y odia el compromiso.
Sus caminos se verán cruzados con una incómoda situación, alguien los ha casado por error y los jóvenes deberán asumir esa responsabilidad sin ninguna otra opción.
Podrán Marcus y Diana sobrellevar la situación sin involucrarse sentimentalmente?
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Capítulo 17
Diana
Nuevamente estoy subiendo al cuarto de Marcus , ya es de noche, debo curar sus puntos y darle su ultima medicina del día.
Toco la puerta pero nadie responde, entonces la abro lentamente, pero todo está oscuro.
Enciendo la luz y veo a Marcus dormido y temblando con el rostro bañado en sudor.
Rápidamente tomo su temperatura y noto que está volando en fiebre.
- Marcus! Marcus despierta! - digo tocando su hombro.
Él sólo murmura algo que no logro entender , pero insisto en despertarlo, hasta que abre sus ojos. Me mira sorprendido.
- Qué ocurre? Tengo mucho frío - dice él envolviéndose aún más en sus cobijas.
- Ven, levantate, debes tomar una ducha bien fría para que se vaya la fiebre - digo y por arte de magia él hace caso a mi propuesta, lentamente se pone de pie y se recarga sobre mí para ir hasta el cuarto de baño.
- Ayudame a quitarme la ropa - dice él en un susurro.
Entonces lo ayudo, quita su playera y rodea sus brazos alrededor de mi cuerpo.
Su temperatura es tan alta que siento que quema mi cuerpo.
A duras luchas lo posiciono debajo de la ducha y abro la llave de agua. Al sentir el agua fría sobre su cuerpo su primera reacción es aferrarse a mí, haciendo que ambos nos mojemos con la lluvia artificial.
- Oye, tranquilo solo es agua - digo intentando salir de su agarre.
Pero él no responde, solo toma mi rostro en sus manos y se acerca. Puedo sentir su aliento caliente golpeando mis labios, intento separarme pero él sostiene mi rostro y de golpe junta mis labios a los suyos. Y decido seguir su beso.
Nuestros labios se mueven suavemente y al mismo compás, pero de pronto su beso se vuelve desesperado, su lengua caliente invade mi boca y todo mi cuerpo estremece.
Ahora con una mano me sostiene por la nuca y con la otra mano, me agarra de la cintura y me acerca a su cuerpo. Dejo fluir mis manos, las cuales toman de su nuca, acariciando su húmedo cabello.
Luego su mano baja de mi cintura hacia mi trasero y me acerca a su pelvis, haciéndome sentir su dureza a través de nuestras prendas.
Tal es mi asombro al sentirlo que casi me ahogo con nuestro propio beso, entonces me aparto.
Él aún con los ojos cerrados suelta un suspiro, sus labios están mas rojos e hinchados que lo normal.
- Oye Marcus estás bien? - una conocida voz que provenía del cuarto nos interrumpió.
Mi corazón latía acelerado, no sabía que hacer en ese momento, y la voz volvió a hablar.
- Marcus? Acaso estás en el baño? - dice y toca la puerta del baño.
Entonces me acerco y abro.
- Diana - me mira con sorpresa.
- Alex - digo soltando una bocanada de aire, mi respiración aún es agitada.
- Lo siento, pensé que estaba Marcus solo, yo me marcho ustedes sigan - dice el chico rubio que ahora está rojo como un tomate.
- No Alex, no es lo que piensas, él está volando de fiebre y lo metí a la ducha, es todo. Por favor ayúdalo a cambiarse, sí? - digo intentando calmar mi respiración.
- Claro entiendo - dice Alex lanzándome una mirada dudosa - seguro, yo lo ayudo - dice él entrando al cuarto de baño.
- Perfecto, yo vendré en un momento, iré a ponerme ropa seca - digo y salgo casi corriendo del cuarto de Marcus rogando no encontrarme a nadie camino a mi recamara para no tener que dar explicaciones, es que ni siquiera yo entiendo que acaba de pasar.
Luego de unos minutos regreso al cuarto de Marcus, allí está él junto a Alex.
Ambos me miran con los ojos grandes al entrar. Al parecer Marcus ya está consciente pero aún se ve mal.
- Esta es la ultima píldora del día, y también déjame ver los puntos, no es bueno que estén húmedos, se pueden infectar - digo alcanzandole la pastilla y un vaso con agua.
- Gracias - gesticula Marcus.
Luego de revisar su herida y chequear que todo esté bajo control, me despido de los muchachos y me dirijo a mi cuarto.
Me puse mi pijama y me acosté, aún puedo sentir el aroma de Marcus en mi piel.
Daba vueltas y vueltas en la cama, no podía conciliar el sueño, sabía perfectamente que aquel beso me ha dejado encendida, ha despertado mis deseos mas profundos de estar con un hombre, y no cualquier hombre, tenía deseos de estar con él, con Marcus.