Dilata reencarna en su primera vida, con recuerdos de la segunda. Hará de todo para poder tener una mejor vida y ser feliz junto a su hijo.
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Dos lobos y un zorro
El pequeño lobo negro en vez de calmarse comienza a correr en dirección al bosque, antes de entrar por completo se voltea y sigue ladrando dando a entender que quiere que lo siga.
Miro a Raymond quien se encuentra con mis hijos.
–¿Puede ver a mis hijos un segundo?
–No es problema.
Me giro para seguir al pequeño lobo hacia el bosque, con cuidado voy mirando el piso y apartando las ramas para no hacerme daño.
Llevamos unos diez minutos caminando cuando veo otro cachorro de lobo pero esta vez blanco y a su lado hay lo que parece un zorro blanco azulado.
Me acerco más para darme cuenta de que está herido.
–Oh pobrecito.
Acaricio su cabeza para que confíe en mi antes de poder tomarlo en brazos.
–Aguanta un poco pequeño.
Comienzo a caminar y me doy cuenta de que los lobos no me siguen así que me detengo.
–Vamos pequeños.
Saltando con alegría los lobos comienzan a seguirme.
Llegamos a la entrada del bosque en donde me espera Raymond con los niños.
–Creo que necesita un doctor, está herido.
–Vamos, yo conozco uno.
Nos lleva por las calles empujando el coche de Elliot hasta que llegamos a una clínica.
–¿Cree que lo atiendan aquí?
–Conozco a uno de los médicos, él puede hacer el intento.
Entramos y se acerca a la recepcionista.
–Necesito ver al doctor Ethan Lloyd.
–¿De parte de quien?
–Raymond Theran.
–Un segundo.
La recepcionista un poco nerviosa sale de su puesto de trabajo para caminar por un pasillo a su derecha, llega hasta una puerta que toca antes de entrar. Dos minutos después vuelve a salir.
–Él doctor dice que pueden pasar.
–Muchas gracias.
Nos dirigimos a la misma sala a la que fue la mujer, tocamos y entramos cuando nos dieron permiso.
En la sala había un hombre de unos 40 años, cabello celeste, corto y bien peinado, ojos grises y gafas. Vestía como los típicos doctores con bata blanca.
–Saludos su majestad.
El hombre se levanta de su asiento y hace una reverencia.
–Buenas tardes Ethan.
–¿En que le puedo ayudar su majestad?
–Mi amiga encontró un zorro herido y queríamos ver si nos puedes ayudar.
–No es problema, pase por aquí.
Señala una camilla que hay junto a la pared, camino hasta llegar a ella y dejar al zorro con cuidado.
–Veamos.
Comienza a inspeccionar al zorro con cuidado, hay un momento en el que hace una pausa y se muestra sorprendido.
–¿Qué sucede doctor?
–Este no es un zorro cualquiera señorita –se hace un lado para que pueda ver mejor –Es un zorro de nueve colas.
–¿Qué?
Me acerco para darme cuenta de que tiene razón y es por eso también que lo sentía tan esponjoso.
–Es maravilloso.
Es una criatura hermosa y fantástica.
–Lo bueno es que la herida no es profunda, se puede tratar fácilmente –se mueve por la habitación buscando cosas para después volver –Le podré unos calmantes y anestesia en el área para poder suturar, solo necesita unos cuantos puntos –toma una jeringa para inyectar cerca de la herida, espera unos minutos para comenzar a suturar.
–¿Con eso estará bien?
–Es una herida menor pero tiene una falta de energía severa, creo que estará dormida mucho tiempo para recuperarla.
–¿Dormida?
–Es un zorro hembra.
–Oh.
Pasó un tiempo más antes de que el doctor estuviera listo y pudiéramos regresar al castillo.
•••••••
–¿Quieres quedarte con él cariño?
–Sí mami.
–Está bien, tienes que ponerle un nombre.
Desde que llegamos al castillo ha estado jugando con el cachorro de lobo blanco y el negro ha estado junto a Elliot en todo momento. Al llegar revisé a ambos lobos para conocerlos mejor, estuve observando a mi hijo desde que los encontramos como para saber que se quería quedar con él, ambos cachorros son machos.
La otra pequeña está descansando, al llegar le di un cristal para que recuperará su energía, fue todo muy sorprendente, al instante en que lo puse en su boca se derritió y la herida comenzó a sanar.
–Creo que lo llamaré Lorcan ¿Te gusta?
Lorcan comienza a lamer su cara y mover la copa.
–Al parecer si le gusta.
–Sí.
–Tú te llamarás Tyr y cuidarás al pequeño Elliot.
Me mira como si me entendiera, ladra una vez antes de seguir acostado a un lado de Elliot.
–¿Ya te encuentras bien pequeña Rhys?
Me mira asintiendo con la cabeza, al ser una criatura mágica posee inteligencia y puede entender nuestro idioma. Criaturas como estas son las que Vincent captura para venderlas.
•••••••••
–¿Querías hablar conmigo?
–Sí princesa.
Estoy nerviosa, le contaré de nuevo mi historia pero también la suya, cambiaré algunas cosas porque no le quiero decir a nadie de mis otras vidas.
–Es algo sobre su seguridad princesa.
–¿Mi seguridad?
–Antes no les conté toda la verdad.
–No entiendo.
–Sobre mi vida, mi pasado.
–Todo eso era mentira.
–¡No! –no me doy cuenta cuando levantó la voz, respire para tranquilizarme –Todo era verdad, pero no conté todo.
–¿Qué no nos contaste?
–Casi un mes antes de mi escape escuché una voz que decía que estaba en peligro y luego imágenes en mi cabeza –hago aparecer la pantalla para mostrarle mi sueño –Me mostraba la muerte de mi hijo, la mía y lo que pasaría con usted.
Mira la pantalla muy concentrada, cada vez que sucede algo un poco fuerte cierra los ojos por unos segundos, hasta que llega el momento de su secuestro.
Como Elaria la golpea para desahogar su ira.
De Vincent tratando de abusar de ella.
Y finalmente la llegada del príncipe a su rescate.
Unas lágrimas caen de mis ojos.
–Lo siento mucho.
–¿Qué sientes?
–No haberlo dicho antes, pude haberla puesto en peligro.
De repente siento como unos brazos me envuelven.
–No tienes que disculparte, entiendo que también tiene que ser difícil para ti.
–Me asuste mucho en ese momento, mi hijo lo es todo para mi y no quería perderlo.
–Descuida, ahora nos tenemos la una a la otra.
no se arrepiente solo es su marido el dilema debería acabar con esa farsa ya que tiene apoyo así no va sola no le hará nada y este Raymond de todo por ella ya que puede ser que pronto haya bebe a bordo