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Entre Las Páginas Del Destino

Entre Las Páginas Del Destino

Status: En proceso
Genre:Espadas y magia / Romance / Viaje a un mundo de fantasía / Yaoi / Aventura / Fantasía LGBT
Popularitas:2.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Shion Miller

Cleoh era solo un nombre perdido en una línea secundaria de una novela que creyó haber olvidado. Un personaje sin voz, adoptado por una familia noble como sustituto de una hija muerta.

Pero cuando despierta en el cuerpo de ese mismo Cleoh, dentro del mundo ficticio que alguna vez leyó, comprende que ya no es un lector… sino una pieza más en una historia que no le pertenece.

Sin embargo, todo cambia el día que conoce a Yoneil Vester: el distante y elegante tercer candidato al trono imperial, que renunció a la sucesión por razones que nadie comprende.

Yoneil no busca poder.
Cleoh no busca protagonismo.
Pero en medio de intrigas cortesanas, memorias borrosas y secretos escritos en tinta invisible, ambos se encontrarán el uno en el otro.

¿Y si el destino no estaba escrito en las páginas del libro… sino en los espacios en blanco?

NovelToon tiene autorización de Shion Miller para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO 23

—No, no puedes —repitió Anne con más firmeza aún, plantándose frente a su hermano como una muralla de apenas metro y medio— Y además, no tenemos tiempo, ¿Verdad, señorita?

Cleoh asintió rápidamente, demasiado abrumado para articular palabra. Sentía que si hablaba, su voz grave lo delataría de inmediato. Prefería mantenerse en silenciosa agonía.

Erian los observó a ambos con una ceja arqueada.

—¿Desde cuándo tú decides con quién puede o no puede pasear alguien tan divina como ella? —preguntó él, cruzándose de brazos.

—Desde que soy yo quien la acompaña —refutó Anne, inflándose como un gato ante un perro entrometido— Y desde que soy su amiga, que te recuerdo NO eres tú.

Erian puso los ojos en blanco.

—Anne, relájate. Solo quiero ser amable con la chica. ¿Es delito ser cortés?

—En tu caso, sí —escupió Anne.

Cleoh habría reído si no estuviera al borde del colapso social.

Erian suspiró dramáticamente y se acercó un paso.

Anne imitó el movimiento, como si fuera a evitar que su hermano se lanzara encima de Cleoh para llevárselo por la fuerza.

—Está bien, está bien —dijo Erian levantando las manos— No voy a raptarla.

Aunque sí me gustaría saber su nombre…

—¡No! —estalló Anne.

Cleoh se sobresaltó.

—¡Por… por favor! —exclamó Anne, intentando bajar el tono pero sin conseguirlo—Ella es… muy reservada, y no quiere… no quiere dar su nombre. ¿Verdad?

Cleoh asintió con tanta rapidez que casi se le cae la peluca.

Erian los miró en silencio.

Primero a Anne… luego a Cleoh… luego de nuevo a Anne.

Su sonrisa desapareció.

—Anne —dijo de repente, entrecerrando los ojos— ¿Estás… escondiendo algo?

El corazón de Cleoh se detuvo.

Anne palideció como leche derramada.

Pero entonces Erian soltó una explosiva carcajada.

—¡Es broma, hermanita! —dijo, dándole un suave golpe en la cabeza— Eres tan hilarante cuando te pones nerviosa.

Anne soltó un suspiro tembloroso… y Cleoh también, aunque por dentro rogaba a todos los cielos que aquel chico se fuera pronto.

—Bueno —dijo Erian, recuperando su tono coqueto mientras guiñaba a Cleoh— Si no puedo invitarla a pasear… al menos déjenme acompañarlas un rato, nunca se sabe qué tipo de gente peligrosa anda por aquí durante los festivales.

Anne abrió la boca para negarse de inmediato…

Pero Cleoh la vio detenerse de golpe al darse cuenta de algo.

Varias personas estaban mirando a Cleoh, hombres y mujeres, Jóvenes y adultos. Demasiadas miradas.

Un par incluso intentó acercarse… hasta que Erian, con su sonrisa pícara y su aire de “no me importa comenzar una pelea”, se interpuso inconscientemente.

—Ves —dijo Erian con una media sonrisa triunfal— La gente hermosa siempre atrae problemas, déjenme quedarme, prometo no coquetear más… por ahora.

Anne resopló, frustrada hasta el alma, pero sabía que tenía razón. No podía proteger a Cleoh sola, no en medio de toda esa gente.

—Está bien… —gruñó al final— Pero ni una palabra más, Erian. Y no te le acerques demasiado.

Erian sonrió como si ese fuera un reto divertido.

—No prometo nada —dijo guiñando.

Cleoh quería desaparecer, enterrarse en la tierra, fundirse con el aire, cualquier cosa antes que seguir atrapado entre un exceso de atención y un Erian demasiado cerca

...**********...

Al principio, Cleoh creyó que lo peor había pasado, que el torbellino llamado Erian se retiraría, o al menos dejaría de mirarlo como si fuera algún tipo de criatura mística bañada en luz celestial.

Pero no, Erian caminaba a su lado, demasiado cerca.Tanto que Cleoh podía sentir el calor de su presencia como un sol insolente. Y lo peor: no apartaba la vista de él.

Cleoh tragó saliva, intentando mantener el mentón bajo, oculto tras la capucha y la peluca rubia, pero incluso así, cada vez que levantaba la mirada… ahí estaba Erian, sonriendo como si el universo le hubiera regalado un secreto precioso envuelto en cintas.

¿Por qué me mira tanto? ¿No puede mirar a Anne? ¿O al cielo? ¿A un árbol? ¿A cualquier cosa que no sea yo?

Sentía las mejillas ardiendo, no de vergüenza ajena… sino de una mezcla peligrosa de incomodidad y atención indeseada.

Nunca había tenido a alguien persiguiendo su mirada con tanta insistencia, nunca había tenido a alguien coqueteándole sin freno, sin pausa, sin nada que lo detuviera.

Era abrumador, era demasiado.

Al caminar, notó cómo Erian se inclinaba un poco hacia él, como si quisiera hablarle a solas.

—¿Está cómoda, princesa? —susurró con ese tono suave y pícaro que le hacía hervir los nervios. Cleoh contuvo el aliento.

No soy una princesa. No soy ni siquiera una mujer. Por los cielos, ¿qué está pasando

?

—E-estoy bien… —logró murmurar, imitando una voz ligeramente más suave para que no sospechara.

Erian sonrió como si aquella respuesta fuera un regalo, Cleoh tuvo que apartar la vista, sintiéndose ridículamente consciente de cada paso, de cada movimiento, incluso del modo en que sostenía sus manos, lo asaltaba la sensación absurda de que cualquier gesto podría “delatarlo”, aunque en realidad no había nada que delatar. Erian simplemente… lo veía como una chica hermosa. Y esa idea lo descolocaba por completo.

Anne, unos pasos por delante, hacía todo lo posible por interponerse constantemente entre ellos, pero Erian era más ágil, más alto, más insistente; Siempre encontraba un ángulo desde el que volver a mirar a Cleoh.

—No tiene por qué temer —dijo él de pronto, inclinándose un poco más—Yo cuidaré que nadie la moleste.

Cleoh casi tropieza.

¿Nadie me moleste? ¡Si el que me está molestando eres tú!. Sin embargo, las palabras se quedaron ahogadas en su garganta.

La presencia cálida de Erian, su voz confiada, esa sonrisa descarada… lo habían dejado sin aire. Intentó distanciarse, caminar más cerca de Anne, pero Erian simplemente ajustó el paso para seguirlo.

...**********...

El festival bullía con luces cálidas, música y el olor mezclado de frutas dulces y aceite caliente. Entre risas y voces superpuestas, el gentío se movía como un solo organismo viviente, y en sus bordes, justo donde la penumbra empezaba a ganar terreno, tres figuras se mantenían quietas, observando. No eran del lugar, no bailaban, no comían, no sonreían, solo miraban. Esperaban.

El primero en fijarse fue el de las cicatrices, un hombre cuya expresión parecía hecha de aristas, su mirada se detuvo en una figura que avanzaba entre los puestos: Cleoh, caminando cerca de Anne y Erian, atento a cada detalle del festival.

El muchacho tenía los ojos llenos de curiosidad, el porte discreto, casi delicado, y su ropa —aunque sencilla— insinuaba un origen más cuidado que el de la mayoría allí.

—Ahí —murmuró el líder, apenas moviendo los labios.

El corpulento siguió la dirección de su mirada y soltó una risa baja.

—Vaya joya… —musitó— Se nota que no ha pasado hambre nunca.

El tercero, el más joven del grupo, frunció el ceño.

—¿La chica? ¿O…? —parpadeó, confundido.

—La del centro —aclaró el de las cicatrices, sin apartar la vista— La que va entre los dos aldeanos.

El joven entrecerró los ojos, estudiándolo con más cuidado. Cleoh inclinaba la cabeza con una suavidad que, desde la lejanía, podía confundirse fácilmente, su postura reservada, sus facciones finas, adormecidas por las luces del festival. La forma en que Anne lo tomaba suavemente del brazo para señalarle un puesto.

—vaya… —susurró el joven, entendiendo por qué el líder había mostrado interés— Sí. Es… hermosa

El corpulento se relamió los dientes, como si viera ya una moneda caer en su mano.

—Ese tipo de chica no va a un festival de pueblo porque sí.

—Exacto —dijo el líder, con voz grave— Y mucho menos acompañada de dos pueblerinos que la tratan como si necesitaran protegerla. Ese contraste siempre significa dos cosas:

—Una, que no pertenece a este lugar.

—Dos, que alguien pagaría muy bien por recuperarla.

El joven frunció el ceño con cierta inquietud.

—Pero… parece menor…

—Mejor aún —escupió el corpulento— La gente se desespera más rápido cuando se trata de alguien así.

El líder no sonrió; simplemente afiló la mirada.

—No necesitamos tocarla aquí, hay demasiada gente.—observó cómo Anne y Cleoh se separaban un poco del bullicio, arrastrados por la curiosidad de ver un puesto de máscaras, mientras Erian discutía sobre precios con un mercader— Ya están abriéndose huecos entre sí sin darse cuenta.

El bosque estaba cerca

—Esperaremos a que se alejen del centro del festival —decidió el líder—. Lo suficiente para que nadie note la ausencia de inmediato. Y cuando el momento sea exacto… —sus dedos se cerraron suavemente, como atrapando un insecto invisible.

El joven tragó saliva.

—¿Crees que podrás manejarlo sin que los otros dos reaccionen?

—Claro —respondió el corpulento—. ¿Viste cómo se ríen? Cómo se distraen? A esa “chica” no la están vigilando… la están mimando, será cuestión de segundos.

El líder observó una última vez el brillo de las luces reflejado en el rostro de Cleoh. Un rostro que para él no tenía nombre, ni historia, ni género, solo potencial, solo valor.

—Prepárense —sentenció— Esta noche será nuestra.

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Arin Wang
🥰
Shian Leen
muy buena historia, estaré esperando más capítulos
Lex
Me encanta💕
Lenn
me encanta
BodySnatcher
Me encanta como escribes, me hace sentir parte de la historia. Espero poder seguir leyendo más de tus obras.
Shoot2Kill
más capítulos porfavor
Zorro Rojo
Muy buena historia🎉✨ a mi me gustó hasta ahora, y quería saber si podrías leer alguna de las mías y darme tu opinión 😅
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