Rowellin sólo quería una familia, un hogar propio y un esposo amoroso, pero, en lugar de eso, se encontró con demonio, el mismísimo diablo llamado; Artemis Winchester.
Atención, esa historia es moralmente cuestionable, no apto para sensibles. Rowellin es la hija de Kendric Maynard (Historia de "Ya no te amo").
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Capítulo 14
Él me llevó a su auto y, con mucho cuidado, me ayudó a sentarme en el asiento del copiloto. Aún no había parado de llorar, me sentía una idiota, ¿Por qué debía vivir éste tipo de situaciones? ¿Por qué no podía ser una niña normal, con padres amorosos y sobreprotectores? ¿Por qué tengo que ser un adulto cuando aún me gusta jugar con muñecas? Tenía muchas preguntas y ninguna respuesta, porque no había nadie que pudiera responder mis dudas.
Miré a Artemis, él estaba muy molesto, lo supe porque su mandíbula estaba tensa y sus nudillos blancos. Me miró y la tensión en su rostro se suavizó, levantó una mano y secó mis lágrimas.
—No llores, conejito, me parte el corazón verte tan triste –murmuró, mientras me alzaba, haciéndome sentar en su regazo. Me abrazó con fuerza y pode sentir el consuelo de su afecto, me acurruqué en su pecho y nos quedamos en silencio, con el sonido de mis sollozos llenando el vacío–.
Cuándo finalmente me calmé, limpie mí rostro y lo miré directamente a la cara.
—N-No me lleves a la mansión, la señora Malenka ya me echó...
—Ella no puede echarte, esa es mí casa, Rowellin. Quién decide si te vas o no, soy yo.
—Lo sé, pero... –Guardé silencio un momento, no quería regresar a ese horrible lugar, allí todos me trataban mal y con desprecio. Excepto por Nana y Buford, pero sé bien qué ellos no podrán protegerme siempre–. D-Dijiste que me darías una casa y todo lo que quisiera si aceptaba ser tuya... –murmuré, mientras apartaba la mirada de sus penetrantes ojos verdes–. ¿Esa oferta aún está en pie?
De reojo pude ver cómo una sutil sonrisa apareció en su perfecto rostro, él tomó mí barbilla y me obligó a mirarlo nuevamente. Su pulgar acarició mí labio inferior, acercó su rostro al mío, causando que nuestras narices se rozaran entre si.
—Sí, conejito, la oferta sigue en pie... –Un suspiro de alivio se escapó de mis labios, antes de que él continuara–. Pero me hiciste esperar, creo que merezco una recompensa, ¿No lo crees? –Acarició mí mejilla con su pulgar, mientras sonreía–.
Me preocupé un momento, la vergüenza invadió mí ser, ¿Él quería que yo le diera algo a cambio? ¿Cómo qué? Yo no tenía nada que ofrecerle realmente, quiero decir, el millonario aquí era él.
—¿Q-Quieres que te dé algo a cambio de ayudarme? –Apenas logré murmurar, mis manos comenzaron a sudar, no estaba asustada, pero sí me sentía presionada, ¿Acaso así sería mí vida de ahora en adelante? ¿Siempre que quiera algo debo dar algo a cambio?–.
—Sí, conejito. No necesito dinero, eso me sobra, quiero algo más valioso... –Acomodé su cabello rojo detrás de sus hombros, dejando su delicioso cuello expuesto–.
No sabía que ofrecerle, ¿Y si le devolvía el collar? No, eso fue un regalo de su parte, dudo que quiera aceptarlo de nuevo. Además, odiaría que se lo diera a la señora Malenka. Pensé pacientemente en silencio qué podría ofrecerle, finalmente se me ocurrió algo, no era mucho, pero peor era nada.
Tomé su rostro en mis pequeñas manos, podía sentir su leve barba raspando mí piel, incliné levemente su cabeza y acorte la distancia de nuestros rostros, uniendo nuestros labios en un beso.
Lo sentí sorprenderse, pero rápidamente se recompuso. Enterró una de sus manos en mí cabello, y la otra bajó a mí trasero, manoseandolo a su antojo. Su lengua ingresó en mí boca, profundizando nuestro beso, no podía respirar muy bien, pero él estaba extasiado de poder tragarse mis jadeos y gemidos.
Cuando finalmente nos apartamos, ambos respirabamos con dificultad. Besó mí frente, mis mejillas y la punta de mí nariz.
—Juegas sucio, conejito... –Gruñó, volviendo a besarme–. Pero tú ganas, ese pago está bien, al menos por el momento –susurró contra mis labios–. Ahora vamos, te compraré una casa.
Gracias a q la despediste ,fue q se decidió handar con tu esposo!!
Ella no gusta de Rowellin