Eloíse, una mujer hermosa de cabello negro, ojos profundos, grises como un día nuboso, corazón noble, pero con una vida miserable, al morir su madre, Eloíse es obligada a casarse a la mayoría de edad por su madrastra Karelin, la cual no soporta tenerla bajo su mismo techo, sus dos hermanastras se casan con el hombre de sus sueños, pero Eloíse debe casarse sin amor y sin recibir un cortejo como toda dama de la alta sociedad debería de recibirlo. Karelin se dedicó a buscar por todos lados al hombre con menos prestigio y malo del reino, sus amistades le aconsejaron cual sería el indicado, el duque Ciro, un hombre descrito como salvaje, malo y de poco prestigio por ser un heredero bastardo, el cual es buena opción para Eloíse, según karelin.
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Capítulo 09 ¿Qué me espera con éste hombre?
Eloíse
Estoy acostada en el suelo y escucho pasos, los cuales se detienen en la puerta, tiemblo de miedo, cierro los ojos y recuerdo sus manos, ese hombre es un animal.
Abren la puerta y me hago la dormida en el suelo.
— Niña, a partir de mañana te quiero fuera de mi habitación.
Estoy de espaldas, no quiero responder, se supone que él firmo el acta matrimonial.
— Sé que me escuchas, no te hagas la tonta.
— Lo he escuchado señor.
— No soy señor, llámame duque.
— Cómo usted diga.
Cierra la puerta de un portazo y yo me levantó temblorosa, me acuesto en la cama y al poco tiempo me quedo dormida.
A la mañana siguiente tocan mi puerta.
Rápidamente, me levanto, él me da más miedo que Karelin.
— ¿Puedo pasar? Soy Eliza.
— Si claro.
Eliza ingresa.
— Válgame Dios como tienes ese cuello, mi hijo ha sido muy brusco. Vengo a pedirte perdón por él.
— ¿Acaso él no sabe que soy su esposa?
— No querida, por qué no te conoce, pero debes interactuar con él, es que una vez una mujer quiso atacarlo mientras dormía, es como un trauma me comprendes.
Yo también he tenido traumas, cuando karelin comenzó a golpearme, yo despertaba asustada por las noches.
— Sí, comprendo cuando alguien tiene traumas.
Ahora entiendo por qué quería atacarme.
— Gracias, querida por entender, el viaje lo tiene estresado, así que si actúa mal... Entiéndelo por favor.
— Claro que si duquesa.
— Si quieres puedes bajar a desayunar.
— Me siento nerviosa, ayer me dijo que cambiara de habitación.
— Claro que no, tú te quedas aquí.
— Bueno, muchas gracias, solo tomaré un baño y bajo a desayunar.
— De nada querida.
Tomo una ducha rápido y bajo a desayunar, lo único que veo es su enorme espalda, es un hombre alto, tiene el cabello largo y no viste como un duque.
— Muy buenos días, digo en voz baja.
Doy un brinco al escuchar que truena la mesa con sus cubiertos.
— Acaban de arruinar mi desayuno, lo dice levantándose sin voltear a verme.
— Siéntate querida, déjalo, cuando se estresa se pone de un humor... insoportable.
— Claro, muchas gracias.
Desayuno pensando en él, no he visto aún su rostro, quisiera hablarle, ella dice que tiene traumas, puedo intentar presentarme.
Al terminar el desayuno camino hacia el jardín, lo veo de espaldas, mi corazón late y no entiendo el porqué.
— Duque...
— ¿En qué momento te autoricé acercarte?
— Yo solo quería presentarme, su madre me dijo que...
— Mi madre te mintió, yo ni quería ni quiero estar casado, así que evita toparte por mi camino.
Es un insolente, no voltea a verme.
— Como usted quiera duque.
Ya no me responde nada, así que no me queda de otra que retirarme, que insolente, no puedo ni verme.
Me encaminó hacia mi habitación e ingreso, desenredo mi cabello rizado, veo mi pómulo morado, ese tonto me lastimó cuando me atropelló en la pared, veo mi cuello y tengo su agarre marcado, también tengo su mano marcada en mi brazo, ese hombre me hubiera matado si su madre no hubiera entrado.
¿Qué me espera con este hombre?
A ponerse las pilas porque después viene otro y la conquista