Quiero Amarte - Libro 2

Ma había desperta dos horas antes que Samantha, y verla dormir es lo segundo mejor que me paso en la vida. Aun que esta es la tercera. Samantha, sabia como dominarme y yo solo puede caer en sus manos, no es algo malo pero no quiero admitirlo, que estoy enamorada de ella. Pero no sé si ella de mi.

Acaricio sus cabellos, su rostro y beso su frente. Al notar que aún no sale el sol, volteo dándole la espalda quedándome dormida.

Una hora después.

Escuchar como alguien más respira cerca de mi oído es tan placentero, que logra despertarme. Los susurros sobre mi odio, hacen que volteo dándola la espalda, pero dejo al descubierto mi parte trasera, Samantha acaricia mi espalda, con sus dedos, usando la yema haciendo que mi piel se erice.

—¿Bonnie? —

—¿Qué? —

—¿Te quedas conmigo? —

Tres preguntas, una respuesta simple. Y me quedo sin palabras, me giro por completo para mirarla directo a los ojos, pero mis ojos quedan a la altura de su pecho. El cual bese, sintiendo como su respiración se agita y esta me detiene.

—Bonnie, hablo enserio. — levanta mi cabeza. — Quiero intentarlo contigo. —

—Sam, si quiero estar contigo... — beso sus labios. — Pero eres tu, el que se decida. Y tienes que aclarar tus problemas con Jia. —

—Eso ya está arreglado. — aclaro.

—Entonces, a partir de hoy y ahora somos pareja. — dije sonriendo.

Ella solo me abraza, cuando escucho que somos pareja, no sería un problema si todo se mantiene tal y como está, pero también sé que nada es color de rosa. Sé muy bien que tendremos altos y bajo, y que no todos aceptan la relación entre dos mujeres.

Ahora sería el gran dilema de contarles a los demás, de esto. Este tema delicado, luego el desafío más grande sería mi madre, ella sabe por todo lo que pase con Samantha, antes que descubriera de su verdadera identidad.

Entre otras cosas, Kuan-Yin aún no sabe que Samuel y Samantha Cho son la misma persona. En aquel revele muchas cosas, como el secuestro de Jia y Julia, mi cercanía con Theo Flammer, y mi intento de suicidio en España.

Brando estará en contra de mi relación con Samantha, al igual que Hansol, se que tienen muy buenos puntos para estar en contra pero eso sería otro problema, porque tendría que contarle a Chris y Luka lo que paso, entre nosotros cinco. Eso deja un mal sabor de boca.

Me siento feliz de lo que estoy logrando.

Hoy tendría que volver a hablar con Lan Fen y contarle lo que paso con Contacto cero despues de un año. Aun que dudo que no lo haya resuelto a estas alturas.

Me levanto, subiendo en su regazo cubriendo mi cuerpo con las sabanas, riendo de manera juguetona. Me agacho para volverla a besar y sus manos tocan mi espalda, de arriba hacia abajo, deteniéndose en mi trasero. Ambas reímos, entre besos y caricias, la intensidad se vuelve un desafío. Sus manos, me nalguean haciéndome gemir.

En un solo movimiento, ella queda encima de mí, sonriendo de manera picara quitándome las sabanas tirándolas al suelo, me cubro el cuerpo desvían la mirada.

—¿Ahora te harás la tímida? — me quita las manos, y las pone en su nuca.

—Si… — vacilé al responder.

—Cuando ayer, te comía completa, cuando me pedias que no parar… — susurro.

—Bas~ta —

—Mis dedos conocieron tu interior, una infinidad de veces… — muerde mi oreja.

Muerdo mi labio inferior, al escucharla y sentir como su pierna hace fricción en mi entre pierna, retorciéndome por el placer que esta me provoca. Escuchamos que alguien golpe la puerta.

Samantha se levanta de la cama, agarrando la sabana para cubrir mi cuerpo. Se viste poniendo su pantalón y la camisa de ayer.

—¿Jay? — abotona su camisa. — ¿Qué sucede? —

—Lamento molestarlo, señor pero la señorita Jia, solicita una reunión con usted. —

—Hoy no puedo. Nada más. — aclaro cerrando la puerta.

El resto del día permanecimos en la cama, hablábamos de tema que pudimos hablar cuando nos conocimos. Una de sus empleadas nos traía comida, entre besos, caricias, risas y demás, supe que ella no es alguien egoísta, pero tampoco es santa. Siempre tuvo un lado malo que no pude ver, pero Jia lo descubrió por las malas. Samantha, sabia el trauma que me había provocado el secuestro, es por eso que mantuvo las cortinas abiertas todo el día, la oscuridad se volvió mi enemiga, luego de ese día.

Descubrí que Samantha de niña, solía llorar mucho pero su padre le demostró que llorar no siempre es algo malo. Sus padres se separaron luego de que Samantha decidiera revelar su sexualidad y cambiar su apariencia, no por quiera, fue para mantenerse segura. Theo, la extorsionaba con varios videos de ella con él, en donde se la ve a ella consumiendo sustancia ilícitas.

Samantha resultaba ser una chica que solo quería una vida normal, pero le toco soportar los berrinches de una niño caprichoso. Hasta que me conoció y puse su vida de cabeza.

Mantenían la imagen de una familia perfecta cuando no fue así. Su madre decidió engañar a su esposa con una mujer más joven. Y su padre no se quedo atrás. Busca la manera más baja de vengarse, usando a su cuñada. Samantha fue creciendo, viendo como el engaño es parte de la vida de una pareja, de casados y de novios. Jia tomo la misma decisión de engañarla, sin saber que Samantha haría lo mismo. Lastimando así a un chica que no es de su entorno.

Me levanto de la cama, y comienzo a vestirme, para salir y buscar mi celular, sé muy bien que tendría muchos mensajes de Mei-Mei… en especial de Mei-Mei. Entro a la habitación y esta como la deje anoche, buscando mi celular noto las fotos que hay en los porta retratos.

Una Samantha inocente y completamente alegre, abro las cortinas y la habitación está decorada como si la usar una adolecente. Entre las fotos, encuentro un mía, de cuando asistí a la fiesta en Japón, esa noche fue la última que vi a Morgan bien, y conocí a Jia y a Julia. Samantha y yo en una sola foto, la única foto de la habitación.

En una pequeña mesa de noche, un libro sin nada en la porta de color verde. La agarro para abrirlo y ver el nombre, sonriendo al saber que es el libro de Caperucita Roja. Me lo llevo junto a mi celular y vuelvo a la habitación con Samantha.

De camino, escucho una voz femenina gritan desde abajo. Vuelvo, y la voz se vuelve más fuerte y empiezo a reconocerla. Siento como mi corazón se agita al igual que mi respiración, me acerco al barandal y veo a Jay, Jia y Samantha hablando. Jay se voltea al igual que Samantha.

Decido bajar, para arreglar todo de una vez por todas.

—¿No que estabas solo Samuel? — pregunto con tono de sarcasmo.

—No te importa con quien este. — respondió, extendiendo su brazo para me acercara a su lado.

—Hola Bonnie. Te vez bien. — bromeo.

—Te ves un poco sola. ¿Y tu sombra? — respondo.

—Cuidado, Bonnie te no vayas a tropezar. — en curva una ceja. — Supongo que debí matarte. —

—Siempre supe que eres mala, en una simple tarea, nunca pudiste hacer dos cosas al mismo tiempo. —

—Controla a tu mascota. —

—Basta las dos. —

Aun que quiero golpearla, sé que si lo hago seria rebajarme a su altura. Y le estaría dando la razón, en todo. Con una mirada hacia su apariencia, supe dos cosas. Jia consume drogas y al parecer está enferma.

Samantha le pide que fuéramos a hablar en la sala y acabar con todo esto de una buena vez.

—Me da curiosidad saber que fue lo que te dijo para que te quedaras con ella Bonnie. — Se cruza de piernas, apoyando su codo en su rodilla y su mano sostiene su mentón.

—Algo que a ti jamás te dijo. — Samantha carcajea.

—Siempre a la defensiva. — se echa hacia atrás. — es bueno, eso quiere decir que me ves como una amenaza. —

—Jia, porque no terminas de una buena vez, lo que querías hablar conmigo. — hablo molesta.

—Porque quiero contemplarte un poco más. — con sus manos en su piernas, las acaricia. — Aun no olvido de aquellos días, en donde nos las pasábamos metiéndonos los dedos. ¿Lo recuerdas? —

—Y yo no me olvido, en la manera en la que me engañaste. — protesto.

—Jia, contempla esto. — Me levanto, para sujetar el rostro de Samantha y plantarle un beso.

Siento la molestia de Jia, pero no dejaría que eso me molestara. Samantha continúa el beso, a tal punto que se volvió sonoro y largo.

—Perra. —

Nos separamos, y salgo de la sala. En el pasillo, me quedo parada sosteniéndome del pilar agitada tras el beso que le di a Samantha. Camino a la puerta de entrada y escucha la voz de Jay, hablando con alguien y me asomo a la puerta para encontrarme con Theo, discutiendo con Jay, para que lo dejara pasar.

Suspiro mirando la escena y Theo me observa y camino a ellos.

—Señorita Bonnie. —

—Tranquila Jay, puedes quedarte pero dame espacio. — exprese tranquila.

—Estaré a once pasos. — sonrió y miro a Theo.

—Se rápido y claro, tengo que volver con Samantha. — exigí.

—Supe de tu ataque. — lo miro extraña. — Bonnie, no puede volver a confiar en Samantha. —

—Para ti ella se llama Samuel. ¿Y porque tendría que confiar en ti? — ataque. — Tú y ella me mintieron. Al menos Samuel, reconoce que me traiciono y me pidió perdón, está intentando arreglar las cosas pero tú…—

—Samuel, no es la persona que tú crees. ¿Tu sabia que ella y Jia se estuvieron viendo hasta hace unos meses? — revelo.

—¿A qué te refieres? —

—Cuando Samuel, estuvo internada, Jia fue a visitarla y pasaban todo el día juntas, cuando tú no estabas. Si no me crees, puedes preguntarle a Brandon él estaba ahí. — eso me helo la sangre.

—Eso lo hablare con Brando. — retrocedo dos pasos. — ¿Cómo supiste de mi ataque? —

—No importa como lo supe. Solo quiero que te des cuenta, la clase de persona que es Samuel Cho. — insistió nuevamente, evadiendo mi pregunta, de manera nerviosa.

—¿Theo como supiste que fui atacada? — al no tener respuesta, escucho los pasos de Jay.

—Sera mejor que se retire o llamare a seguridad. —

Theo, camina hacia atrás mirándome, sus expresión cambio de manera repentina. No quise preocupar a Jay pero mi palidez no me favorecía muhco. Sujetando mi brazo, Jay me lleva a dentro directo a la cocina, para darme algo de azúcar.

—Gracias Jay. —

—A sus ordenes Bonnie. —

—¿Tu crees que esto acabe pronto? —