En un mundo lleno de secretos familiares, traiciones y sueños rotos, Maite está a punto de enfrentar la decisión más importante de su vida. En el día de su boda, descubre que todo lo que creía saber sobre su familia era una mentira. La verdad sobre su relación con Alex, su futuro y la verdadera razón de su compromiso empiezan a salir a la luz. Maite Descubre que, aunque el amor pueda parecer eterno, las mentiras pueden destruirlo todo, Pero ¿Será el amor lo suficientemente fuerte como para sanar viejas heridas? ¿Será capaz Maite de desafiar las expectativas y construir su propio destino, o cederá ante las presiones de aquellos que la rodean? Acompaña a Maite en su viaje hacia la verdad y la libertad, en una historia llena de giros inesperados, decisiones difíciles y la búsqueda de su propio futuro.
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La boda.
Me encuentro en la habitación de la novia junto a Loren, Anna, mi tía Elena y algunas amigas más. Todas estamos esperando ansiosas a que Loren salga del vestidor.
—Mi niña, ¿cuándo vas a traer un novio para presentárnoslo? —pregunta mi tía, observándome con una mezcla de curiosidad y ternura.
—Tía, el amor está cancelado por ahora. Después de todo lo que pasó, mi corazón se cerró y me enfoqué completamente en mi carrera. Pero te prometo que, cuando encuentre a un buen hombre, serás la primera en conocerlo.
—Mi niña, sé que has sufrido mucho, pero solo quiero verte feliz, como hoy está mi hija. Desde que Loren llegó contigo de la mano cuando eran unas pequeñas niñas, yo te consideré como otra hija. Solo quiero lo mejor para ti.
Sus palabras llenan mi corazón de consuelo y alegría. Me acerco para abrazarla, y en ese momento, Loren aparece. Parece una princesa.
El vestido, con un corsé de encaje que realza su figura y una falda de tul vaporosa, la envuelve en un aura de ensueño. Es como si se hubiera materializado un cuento de hadas.
—Estás hermosa, amiga. Ese hombre se ganó el premio mayor contigo —dice Anna mientras corre a abrazarla.
—Gracias, Anna. Estoy tan nerviosa... No puedo creer que en pocos minutos estaré casada con el amor de mi vida.
—Hija, créetelo. Te mereces esto y más —dice mi tía Elena, tomando las manos de Loren y mías—. Ustedes dos son mis niñas, y no hay nada que me haga más feliz que verlas realizadas. Hoy, Loren, cumples un sueño, pero Maite, no te preocupes: también llegará tu momento.
Nos abraza a ambas, y yo extiendo mi mano hacia Anna, incluyéndola en el abrazo.
—Bueno, basta de tanta cursilería. ¡Es hora de ocupar sus lugares! —anuncia mi tío Diego mientras se acerca a su hija con una sonrisa de orgullo.
En el altar.
La marcha nupcial comienza a sonar, y le susurro a Loren:
—Llegó la hora.
Ella asiente con una sonrisa radiante.
Como dama de honor principal, soy la primera en caminar hacia el altar con un ramo de tulipanes en la mano. La boda se celebra en un jardín hermoso, rodeado de flores y luces que parecen suspendidas en el aire.
Camino con una sonrisa, tratando de absorber cada detalle. Al mirar hacia el altar, veo a Sebastián. Su sonrisa refleja una mezcla de amor y nerviosismo. A su lado están los padrinos, de pie, atentos.
Subo los escalones y ocupo mi lugar al lado donde se situará la novia. Anna se une a mí poco después, seguida por las demás damas de honor. Finalmente, Loren entra del brazo de mi tío Diego. Su sonrisa ilumina el lugar como un sol, llena de amor y felicidad.
Sebastián tiene lágrimas en los ojos al verla. Cuando Loren y mi tío llegan frente a él, Diego le dice unas palabras antes de entregarle la mano de su hija. Sebastián la ayuda a subir los escalones, y ella, antes de ocupar su lugar, me toma de la mano y me dedica una sonrisa que guardaré para siempre en mi memoria.
Aparto la mirada, tratando de calmar las emociones que empiezan a abrumarme. Respiro profundamente y, cuando logro serenarme, siento una extraña energía en el aire, como si algo —o alguien— me estuviera observando.
Dirijo mi mirada hacia el lugar donde están los padrinos, y entonces lo veo.
Mi corazón se acelera como nunca antes. Una corriente eléctrica recorre todo mi cuerpo al encontrarme con esos ojos verdes, profundos y penetrantes, que parecen mirar más allá de mi alma.
Es, sin duda, el hombre más guapo que he visto en mi vida.
Mi respiración se entrecorta. Aparto la mirada, tratando de recuperar la compostura, pero es inútil. Mi corazón sigue latiendo con fuerza, y mi piel aún siente la intensidad de su mirada.
¿Quién es este hombre? ¿Y por qué ha provocado en mí este torbellino de emociones con solo una mirada?