Siendo Esa Princesa

La ajetreada rutina de Diana comenzó de nuevo. La mañana después de vestirse pulcramente, la mujer de largo y ondulado cabello castaño fue a visitar la escuela de magos en el centro de Berna con Mulanie, 6 guardias reales y un joven enviado de la familia del Duke Arken que no pudo asistir hoy. porque estaba enfermo.

El duque Antonius Arken es el jefe de la familia Arken. Un hombre de 65 años que se desempeña como ministro responsable de supervisar todas las escuelas de magos y las escuelas públicas para nobles comunes.

Supuestamente, fue el anciano que acompañó a Diana hoy en la inspección de la escuela de magia. Sin embargo, debido a que su estado de salud empeoró repentinamente hace dos días, esta tarea fue asumida por su segundo hijo. Stevanus Arken.

Stevanus Arken es un hombre inteligente.

La explicación que le dio a Diana fue de gran ayuda para que la mujer entendiera los entresijos del sistema educativo en el reino.

Sin embargo, lo único que no le gustó a Diana del hombre que era dos años mayor que ella eran sus ojos que nunca dejaban de escanear el cuerpo de Diana de arriba a abajo. No sé de qué manera estará juzgando a Diana.

-¿Hay becas para niños que tienen capacidades especiales pero provienen de familias desfavorecidas?- Preguntó Diana.

Hasta donde ella sabía, casi todos los estudiantes de la escuela de magos provenían de la nobleza.

-Hasta ahora no, Su Majestad. Porque, hasta donde sabemos, sólo los niños de la nobleza se matriculan en esta escuela- Stevan respondió directamente.

Es cierto, debido a que la tarifa de entrada a una escuela de magos es 3 veces más cara que la de una escuela pública normal, ciertamente sería difícil para la gente común inscribir a sus hijos incluso si tienen talento.

Sí, la magia se posee no sólo por el linaje. La mayoría de las veces aparece de forma aleatoria dentro de una persona. Aunque no tiene un linaje que tenga magia, es posible que tenga ese poder sin que se lo pidan ni lo esperen.

Sin embargo, si no se afila adecuadamente, la fuerza desaparecerá lentamente por sí sola. Se diferencia de quienes lo tienen porque es un linaje. Incluso si no se afila, la fuerza seguirá ahí.

-¿No existe la posibilidad de que haya niños de círculos comunes y corrientes que tengan habilidades especiales?- Esta vez, Diana se volvió hacia el director.

Un hombre cuya apariencia no era muy diferente a la del gran mago.

Sólo que el cinturón que llevaba parecía diferente al del gran mago. Esto indica que su nivel y rango está por debajo del hombre conocido como Sr. Vernand.

Si el cinturón del archimago es dorado, el cinturón que lleva el director es plateado.

-Hay uno, Su Majestad- respondió el director.

-Su nombre es Daisy. Sólo tiene 7 años pero sus habilidades mágicas ya están en un nivel intermedio.

-¿Oh, sí? ¿Dónde está ella ahora?- preguntó Diana emocionada.

El director exhaló un largo suspiro.

-Desde la semana pasada dejó de ir a la escuela. La persona que pagó su escuela todo este tiempo ha muerto.

Mientras tanto, su familia no sabe dónde está. Era una pequeña esclava que el señor Lorraine compró hace 4 años. Y cuando el señor Lorraine se dio cuenta de que la niña era especial, la envió a la escuela aquí.

-Pero, debido a que el Sr. Lorraine murió, la escuela se vio obligada a suspender porque las dos hijas del Sr. Lorraine se negaron a mantener a la niña más.

-¡Trae a la niña aquí!- Diana dijo sin pensar.

-Pero, ¿el costo?

-Asumo la responsabilidad- dijo Diana.

-Lo mismo ocurre con los niños de otros círculos comunes y corrientes. Cualquiera que tenga talentos especiales puede ir a la escuela con los gastos pagados por mí.

El director ciertamente se alegró de escuchar las palabras de la Reina.

Si fuera lo suficientemente rico, tal vez habría hecho algo similar.

Sin embargo, ¿qué puede hacer? De hecho, es un noble. Sin embargo, no todos los nobles tienen abundantes riquezas. Y estaba incluido en las filas de los nobles que no eran muy ricos.

-¡Su Majestad, ella es Daisy!- dijo el director mientras tomaba la mano de una niña hacia Diana quien se relajaba mientras observaba a los niños practicar magia en el campo de la escuela.

-¡Hola!- dijo Diana, doblando su cuerpo para estar al mismo nivel que la pequeña.

Sin previo aviso, Daisy de repente agarró la mejilla de la Reina y sonrió. Naturalmente, todos se sorprendieron.

Varios guardaespaldas incluso se prepararon para dar un paso adelante para bloquear a la niña, pero Diana los detuvo usando señales con las manos.

-¿Qué pasá?- Diana le preguntó a Daisy, cuya sonrisa se ensanchó aún más. La mano de la niña todavía sostenía la mejilla de Diana.

-No puedo leer nada- respondió inocentemente la niña.

-¿Eh?- Diana arqueó las cejas confundida.

-¡Daisy tiene la capacidad de leer la mente de las personas, Su Majestad!- Dijo el director.

-¿Ni sosteniéndome las mejillas así?- Diana preguntó con curiosidad.

-No. Incluso desde la distancia, ella podría hacerlo. Pero parece que con su majestad no puede hacerlo.

-Oh...- Diana asintió y luego se arrodilló en el suelo. Ahora, su altura es realmente la misma.

-Aya intenta leerlo de nuevo, ¡en qué estoy pensando!- Diana preguntó mientras sostenía la pequeña mano que también sostenía su mejilla.

Daisy volvió a sonreír.

-La Reina es la persona más fuerte que he conocido. ¿Es porque la Reina viene de un lugar muy lejano?- El cuerpo de Diana se puso rígido. Las palabras de la niña parecían insinuar algo.

-¿Qué ves sobre el lugar donde vengo?

-Hay muchas cosas que nadie ha visto nunca. Castillos con paredes relucientes. Muy altas, Reina.

-De hecho, hay un pájaro grande que transporta a muchas personas en viajes largos- Daisy frunció el ceño.

-¿No tienen miedo de estar en el vientre de ese pájaro grande, Reina? De hecho, tú también te subiste a uno- añadió en su tono inocente.

Seguramente todos pensaron que de lo que estaba hablando Daisy era del lugar de nacimiento de la reina Diana Esmerald, es decir, la ciudad de Urk en el Reino del Este.

Nadie, excepto Diana, se dio cuenta de que de lo que Daisy estaba hablando en realidad era del futuro.

Después de regresar de la escuela de magos, Diana mayoritariamente soñaba despierta.

Mulanie, que iba en el mismo carruaje que ella, ciertamente se dio cuenta de ello. La niña sabía que Diana se había quedado callada por lo que dijo Daisy.

-¿Echas de menos tu hogar, Su Majestad?- Mulanie intentó romper el silencio que estaba durando.

-Por supuesto, Lanie- Diana respiró hondo. La bella mujer inclinó la cabeza mientras levantaba una pierna sobre la silla.

-Su Majestad, no debe levantar las piernas así. Es de mala educación- regañó Mulanie.

Diana puso los ojos en blanco con pereza.

-No hay nadie aquí excepto nosotras, Lanie. Está bien.

-Su Majestad, no puede hacer esl. Usted es una Reina. No es apropiado comportarse como un bandido por ahí.

-Lanie...

Diana gruñó. La molestia ha llegado a lo más alto.

-Si no te gusta, cierra los ojos. ¿Está bien?- Mulanie fulminó con la mirada las palabras de su Reina.

La chica pareció sorprendida. ¡Caramba! A medida que avanzaba el día, el comportamiento de Diana se volvió cada vez más difícil de controlar.

-¡Ha llegado, Su Majestad!- dijo Mulanie, despertando a Diana que se había quedado dormida.

La mujer, que hoy llevaba un vestido color crema con un gran lazo en la espalda y el pelo recogido en un elegante moño, pareció estirarse y luego bostezar ampliamente al abrir los ojos.

Mulanie rápidamente apartó la mirada. Finge no ver en lugar de cargar con la desagradable sensación de no poder reprender a Diana.

-¡Diana!- La llamada resonó y obligó a Diana a detenerse cuando estaba a punto de entrar a su habitación.

Dio la vuelta. De repente, su cuerpo se puso rígido cuando se dio cuenta de quién eran las figuras que estaban parados frente a ella con unas miradas arrogante.

-¿La familia de tu madre está de visita y así es como los saludas?- La duquesa Levrina resopló molesta. Sus ojos eran tan cínicos y condescendientes.

-Tu chica no tienes ética- dijo sarcásticamente.

Al escuchar los insultos de alguien que decía ser un familiar, Diana se limitó a sonreír con los ojos que ahora empezaban a condensarse.

Tenía las manos apretadas con fuerza a los costados. Todo su cuerpo se calentó con emociones centradas en un corazón repentinamente dolorido.

-¿Familia?- Diana sonrió.