La Esclava Del Virrey

Madre de Felipe: —Ema por favor sirve la cena...

Ema: —Sí señora

Madre: —Querido, Felipe ¿Han tenido disfrutado de la tarde de paseo juntos?

Padre: —Sí bastante, hemos paseado por la ciudad y fuimos a tomar un mate cocido con unas tortas fritas espolvoreadas con azúcar en el bar de Carmelita. Estaba delicioso querida, tienes que probarlo...

Felipe: —Es verdad madre... Aunque creo que deberías probar unos mates también...

Padre: —¡Ah, claro! Pienso que con unos pastelitos de membrillo quedaría bien...

Felipe: —¡Sí! Puedes pedirle a Carmelita que te los prepare... Ella cocina muy bien...

Madre: —Veo que han disfrutado el paseo juntos, me alegra mucho.

Cecilia: — A mí me gustaría conocer la ciudad...

Madre: —Claro que sí querida. Felipe te puede acompañar... ¿No vas a ser descortés con la dama, verdad Felipe?...

Felipe: —Madre, Cecilia, discúlpenme, pero tengo asuntos urgentes que atender... Ema me puedes servir el jugo de naranjas por favor. Debo irme, ya es tarde y mi familia me está esperando...

Madre: —Claro cariño... Ema deja le serviré yo a mi hijo

La madre colocó el somnífero en la bebida de Felipe. Al rato...

Felipe: —Me siento exhausto, mejor me iré... Sigan con el postre sin mí...

Madre: —Pero Felipe ¿a dónde irás así? No sé te ve bien... Es mejor que te quedes por esta noche. No te preocupes de que me encargaré de ordenarle a Carlos que vaya a avisar a tu mujer...

Felipe: —Está bien iré a mi habitación...

Padre: —¿Qué le habrá pasado repentinamente a Felipe? Hasta hace un rato se lo veía bien, es raro...

Cecilia: — Creo que yo también me iré a dormir, estoy cansada he leído mucho hoy y mañana temprano empezaré clases de piano. Permiso.

Madre: —Claro querida.

El padre de Felipe observó a su esposa y a Cecilia, pensativo, intuyendo que algo estaban tramando, y que no era algo bueno.

Madre: —Querido, creo que es mejor que dejemos el postre para otra ocasión, también me quiero ir a dormir.

Padre: —Está bien, ve tú. Yo me quedaré a terminar el postre...

Madre: —Querido ya has comido mucho dulce el día de hoy.

Padre: —Fueron solamente un par de tortas fritas espolvoreadas con azúcar.

Madre: —Bueno, está bien, no tardes... Te espero en la habitación...

Padre: —No te preocupes, no tardaré.

El padre se quedó en la sala comiendo un delicioso budín de pan, y le pidió una taza de café para acompañarlo, mientras leía un libro. Aparentemente, su esposa se durmió. Fue a corroborar y como lo había pensado, era así. Volvió a la sala. Estaba seguro de que su esposa tenía planeado destruir la pareja de Yasí y Felipe. No sabía bien en qué consistía el plan, pero no lo podía permitir. Aunque no estaba de acuerdo con la relación de Felipe con Yasí, él quería la felicidad de su hijo. Entonces decidió quedarse despierto un rato más...

Padre: —Esta mujer, cree que me va a engañar a mí que hace treinta años que la conozco...Seguiré leyendo mi libro y tomando mi café, estoy seguro de que esta noche alguna cosa ha de acontecer... Supuso.

Un tiempo después, escuchó que se abre una puerta y unos pasos suaves por el pasillo que daban a los dormitorios. Decide sacarse los zapatos y acercarse discretamente a ver qué ocurría. Una figura femenina se acercaba a la habitación de Felipe, era alta y esbelta, llevaba puesto una bata larga de seda que la cubría hasta los pies: ¡Cecilia!. El padre de Felipe, al ver la escena, pudo deducir fácilmente el plan de su esposa y Cecilia. Cuando decide entrar a la habitación, seguidamente, y reprochar a Cecilia su comportamiento, se levanta su esposa y también entra a la habitación... Desconcertado se quedó un rato más espiando... Al rato su esposa sale de la habitación y se dispone a recorrer la casa, —me está buscando, dedujo nuevamente. El padre de Felipe simula salir del baño...

Madre: — ¡Querido! Estabas aquí, te he estado buscando... Aún no pude dormir preocupada por Felipe. Entonces fui a decirle a Cecilia que se encargara de cuidarlo esta noche por mí, ya que no se lo veía bien en la cena.

Padre: ¡Pero mujer! ¡¿Cómo se te ocurre enviar a Cecilia a la habitación de Felipe, si sus padres se enteran se molestarán con todo su derecho?! ¡Y Felipe deberá responder por menoscabar la reputación de Cecilia!, dijo molesto

Madre: —Ay querido, no te preocupes demasiado, estás exagerando. Cecilia es una mujer íntegra y Felipe no es un hombre que vaya a propasarse con una dama, lo sabes... Ella se recostará en el sillón seguramente...

Padre: —¡Ay! ¡Santo Dios!...

Madre: —Ay deja de rogar a Dios y a todos los santos que nada malo acontecerá... Vamos a la cama.

Entretanto, Yasí estuvo preocupada por Felipe y no podía dormir. En su cama dió vueltas y vueltas pensando...

Yasí: ¿Qué habrá ocurrido con Felipe? No sé porqué tengo un mal presentimiento

A la mañana siguiente...

Ema: —Buenos días, señorita

Yasí: —Buenos días. Llévame junto a Felipe por favor...

Ema: —Todos están durmiendo aún, señorita, ¿prefiere esperar en el comedor y esperar mientras se levanta y preparo el desayuno?

Yasí: —No, necesito hablar con él en privado. Si tú no me llevarás entonces iré por mi cuenta...

Yasí entró a la habitación de Felipe y encontró a la mujer acostada a su lado totalmente desnuda. Felipe también estaba desnudo durmiendo con ella...