Oliver Harris, tuvo una infancia complicada, su familia fue atacada cuando el apenas tenía cuatro años en su casa, pero su padre y hermano menor sobrevivieron, pero con el tiempo Oliver juró venganza, en una noche de celebración en un club tiene intimidad con una desconocida, pasados los años se vuelven a encontrar, pero ella guarda un secreto qué a él lo lleva a tomar una improvisada decisión.
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Pertenecen a la mafia
Mirna esperaba a Katia para desayunar, la nueva señora que habían contratado para la cocina era una enminencia haciendo cualquier tipo de comida deliciosa, además tenía un carácter muy agradable, el personal que tenía la fortuna de estar trabajando en la Mansión gozaba de buen sueldo pero bajo estrictas reglas, no debían divulgar nada sobre lo que sucediera durante su estancia.
Tenían que firmar un contrato, era la primera regla y muchas domésticas hacían filas para pertenecer a la Mansión, por los privilegios que también recibían, los que lograban ser contratados tales como jardineros, domésticas y cocineros se daban cuenta que sus jefes eran mafiosos, pero firmaban un documento de confidencialidad, no porque ellos anunciaran que lo eran.
Eran respetuosos con todo el personal, pero algunos vieron los castigos que implementaban entre los que querían pasarse de lanzas.
Esa era una duda que Mirna quería saber y por eso quería hablar con Katia, —¡Suéltalo!— le preguntó al ver que su amiga estaba queriendo hablar de algo, —¡Tengo una duda!— Yo sé que te va a sonar extraña mi pregunta, le contesto Mirna echando un pequeño bocado en su boca de fruta con yogur, —¿Te has dado cuenta que Oliver pertenece a la mafia? — ¡Si lo somos!—contestó Trevol alcanzado a escuchar la pregunta de la amiga de su cuñada.
Lo sabía contestó como si estuviese en un concurso compitiendo, Trevol pensaba que con la revelación iba a poner el grito en el cielo, pero contrario parecía complacida haberlo descubierto ella. Katia se reía — ¡Eres lenta cariño! — ¡A ahora resulta que ya lo sabías! ¡No hay que ser inteligente para no darte cuenta! le contestó con una sonrisa.
—¿Y no le temes a Oliver?— Preguntó Trevol con un gesto de interrogación — ¡No, el es tierno! Trevol soltó una carcajada, ¡Conque tierno he! De qué hablan tan elocuentes? Oliver llegó escuchando la última frase, —¡Te equivocas cuñada!mi hermano es metódico, nada tiene de ser tierno, siguió sonriendo, Oliver lo acribilló con la mirada —¡Retiró lo dicho cuñada! —contigo asumo que si lo es y con su hijo por supuesto ¿verdad ternurita? Oliver blanqueó los ojos, las bromas de su hermano veces lo fastidiaban.
Mirna se retiró debía ordenar su habitación, pero un minuto después Trevol la siguió ante la mirada renuente de Oliver, Katia lo miró callada, Oliver, desayuno en silencio, Katia se levantó tomando a su hijo para llevarlo un rato al jardín, Oliver tenía que estar en la empresa, estaban instalando un nuevo equipo de monitoreo después de los acontecimientos y de las declaraciones de la mujer y Alonso.
Llegó un poco tarde, su hijo estaba apunto de dormir, pero Katia agradeció ya que no había podido ducharse debido a que no quería dejarlo solo hasta que se durmiere, Oliver se quedó un rato con el pero el niño no tardó en dormirse, también tenía que ducharse, cuando Katia salió el tomó su ducha, Oliver salió solo con una toalla enredada en la cadera, Katia sintió que su boca salivaba era como ejemplar de una revista pero estaba ahí en vivo y directo, se volteó para no seguir mirando tan exquisito bombón.
Oliver sonrió, quitando la toalla para acercarse a ella, le tocó la espalda subiendo con un dedo hasta el nacimiento del pelo de la chica, Katia sintió derretirse, pero cuando se acercó a su oído
Sintió escalofrío al sentir rosando su lóbulo con sus labios, hizo que diera la vuelta Katia se sorprendió verle completamente desnudo, las veces que ha estado con el no se había detenido haberle desnudo,— ¿Así que te parezco tierno? le dijo susurrándole al oído, te voy a follar tiernamente, le volvió a decir cerca, Katia no pudo evitar que un gemido saliera de su garganta.
Oliver aprovechó eso para empezar a besar y mordisquear su piel, Katia estaba ardiendo sintiendo que subía la temperatura, pero la agilidad del mafioso, rápidamente la despojó del blusón que tenía, metiendo sus manos por debajo del sostén acariciando y masajeando lo que ya lo hacía salivar, desabrochó el sostén para dejar libres los deliciosos montes, que deleitó mientras la chica se removía sin poder evitarlo, bajo una de sus manos, para tocar el motivo al delirio,—¡Estás tan húmeda! Tan lista para mi!—Pronunció en un susurro, Mira como me tienes le tomó la mano haciendo que tamara el tamaño de su erección.
—¡Intentaré hacértelo como cres que soy, ¡Tierno!¡Pero si no lo soporto, no me culpes! Porque esto que tienes aquí, le dijo tocando su intimidad, Me vuelve completamente loco, le quitó lo que le quedaba de ropa, separando sus piernas con las propias, hasta que su erección tocó su c**o se introdujo lentamente con una tortuosa y deliciosa sensación, hasta llegar hasta el tope, lentamente salía y entraba hasta que acérelo porque no soportaría más, sintiendo como los dos llegaron al extasis, así pasaron parte de la noche, hasta que el cansancio los venció.
Otro día Katia despertó antes que Oliver o eso pensó ella, lo observó callada, removió un mechón de su pelo con cuidado de no despertarlo, lo observaba con una sonrisa — Me estoy enamorando de ti, dijo con voz lo más baja que pudo, se levantó para ducharse, cuando Oliver escuchó el agua de la regadera sonrió, no sabía porque esas palabras lo ancharon, se sintió pleno sintiendo que su corazón estaba latiendo a una velocidad diferente.
Cuando Katia regresó, encontró a Oliver haciendo reír a su hijo, nadie podría negar qué eran padre he hijo eran tan parecidos, Oliver tenía una reunión, pero decidió aplazarla unas horas, había decidido dedicarles un poco más de tiempo, y con las palabras que había escuchado de su esposa el mafioso se sentía embobado.
Edward recibió la noticia de Trevol de lo que declaró el hombre, — ¡Entonces es un hecho que son ellos! — Trevol asintió, porque Alonso dijo claramente que Albert Parker quería desaparecer totalmente a los Harris.
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