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En Los Ojos Equivocados

En Los Ojos Equivocados

Status: En proceso
Genre:Romance / Elección equivocada / Dejar escapar al amor / Pareja destinada / Mujer despreciada / Divorcio
Popularitas:13k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Meche

Soy Graciela, una mujer casada y con un matrimonio perfecto a los ojos de la sociedad, un hombre profesional, trabajador y de buenos principios.

Todas las chicas me envidian, deseando tener todo lo que tengo y yo deseando lo de ellas, lo que Pepe muestra fuera de casa, no es lo mismo que vivimos en el interior de nuestras paredes grandes y blancas, a veces siento que vivo en un manicomio.

Todo mi mundo se volverá de cabeza tras conocer al socio de mi esposo, tan diferente a lo que conozco de un hombre, Simon, así se llama el hombre que ha robado mi paz mental.

NovelToon tiene autorización de Meche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Atenciones para ella.

Indignación.

Rostros Bajo la Luz del Escándalo

—Sácame de aquí por favor— suplico Abril.

Pepe no lo dudo, la sacó por la puerta trasera del lugar y la subió a su auto.

—Todo estará bien— le aseguro.

El auto de lujo de Pepe se deslizaba por la avenida como una sombra elegante, cruzando la ciudad bajo el fulgor de los faroles, mientras a su lado, una figura temblorosa sollozaba con el rostro vuelto hacia la ventana. Abril no podía controlar las lágrimas que le recorrían las mejillas con la misma rapidez con la que se deshacía su dignidad.

Pepe la miró de reojo, apretando el volante con una furia apenas contenida. Todavía podía ver en su memoria la marca roja en la mejilla de Abril, ese golpe certero, lleno de rabia y juicio, que Marilú le había propinado sin piedad. Abril se había arrojado a sus brazos sin pensar, suplicando, rogando con voz rota que la sacara de allí.

Y él, sin pensarlo demasiado, lo hizo.

Afuera, tras la discreta salida trasera del lugar, cuatro siluetas femeninas avanzaban con sigilo entre las sombras del estacionamiento. Marilú al frente, con el gesto endurecido, como una matriarca herida. Detrás de ella, las esposas de otros CEO’s, algunas indignadas, otras simplemente deseosas de saber a dónde iría a parar todo aquello. Cada una había enviado un mensaje escueto a sus esposos: "Me ausentaré un momento. Luego te explico." Y nadie se atrevió a cuestionarlas.

Mientras el coche avanzaba, Pepe hablaba por momentos sin mirar a Abril.

—Dime exactamente qué ocurrió ahí dentro, Abril—

Ella tardó en contestar, como si su voz se hubiese quedado aprisionada entre el miedo y la humillación. Al fin, con voz baja y rota, empezó a narrar:

—Entré al baño para retocarme el maquillaje. Una de ellas ya estaba ahí, y luego llegaron las otras dos. Al principio, solo me miraban… susurraban cosas que no entendía. Pero luego... Marilú me habló directamente. Dijo que era una vergüenza que una amante tuviera el descaro de presentarse a una cena de gala. Me llamaron barata, oportunista… una cualquiera—

Pepe la miró de reojo, frunciendo el ceño.

—¿Y luego?—

—Marilú me empujó. Me tomó de la muñeca y me dio una bofetada. Las otras no hicieron nada. Solo miraban. Me sentí… sola—

—¿No dijiste nada?—

Abril negó con la cabeza, encogiéndose en el asiento.

—¿Qué iba a decir? No soy nadie. Solo soy tu asistente—

Pepe apretó el volante con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos. No era precisamente la compasión lo que lo dominaba; era el orgullo herido. Su asistente, su acompañante… y la habían humillado públicamente. Y lo peor era que todo el asunto giraba en torno a un nombre que le quemaba en el alma: Graciela.

Su esposa, siempre su esposa.

Graciela, la mujer que representaba el equilibrio, la sensatez, la moral. La que todos defendían aunque no estuviera presente. La que lo amaba tanto que, aun si se enterase de todo, jamás lo creería. Graciela era inquebrantable, y esa figura inquebrantable lo atormentaba. Porque por más poder que había alcanzado, por más negocios que cerrara, por más que firmara contratos y se codeara con presidentes y ministros, siempre había algo de ella que lo eclipsaba.

Esa noche, su odio no era hacia las mujeres que habían golpeado a Abril. Era hacia Graciela. Por ser, aún sin estar, la protagonista.

Condujo hacia una clínica, quería atención para Abril.

En la clínica privada, el ambiente era limpio, blanco e impersonal. El médico de turno, un hombre joven de bata arrugada, alzó las cejas cuando vio entrar a Pepe con aquella mujer de vestido elegante y rostro hinchado por el llanto.

—¿Qué tenemos aquí? —preguntó con tono despreocupado.

Pepe no contestó. Solo fulminó con la mirada al médico y ordenó:

—Atiéndala. Ya—

La enfermera se movió de inmediato, y aunque el doctor rodó los ojos con fastidio, sabía perfectamente a quién tenía delante. Uno de los hombres más ricos del país no se trataba como a cualquier paciente. Aunque lo que traía fuese una simple contusión.

—Una pomada, un paracetamol, y listo —murmuró el médico mientras aplicaba el ungüento con precisión.

Pepe apenas escuchaba. Su mirada estaba fija en el rostro de Abril, en cómo apretaba los labios para no llorar de nuevo. Fuera del consultorio, en el estacionamiento, Marilú y las demás mujeres no tardaron en llegar. Una de ellas, indignada, dijo:

—¿Lo puedes creer? ¡Una bofetada y la lleva a la clínica como si la hubieran acuchillado!—

—Y a escondidas de todos. Como si estuviera cuidando a una princesa —añadió otra, sarcástica.

—Graciela no merece esto —espetó Marilú con los ojos húmedos, sin saber si era de rabia o de vergüenza.

Pero ninguna se atrevió a entrar. Simplemente observaron desde lejos, sus opiniones colgadas entre la rabia y la incredulidad.

Al salir de la clínica, Abril ya se sentía más calmada, aunque todavía avergonzada. Sus ojos estaban hinchados, y la marca de la bofetada comenzaba a volverse violácea.

—¿Dónde vives? —preguntó Pepe con voz seca.

Ella dudó. Su voz apenas fue un murmullo.

—No… no es necesario que me lleves. Puedes dejarme en la parada de taxis— temerosa y avergonzada de la zona y en la casa donde vive, algo humilde y alquilada.

—¿Parada de taxis? —repitió él, como si fuera una blasfemia.

—Es tarde… y no quiero que vayas hasta allá. Es muy lejos… y no es una zona bonita— por dentro estaba rezando para que Pepe aceptará no llevarla.

Pepe se detuvo frente a un semáforo. Se volvió hacia ella, molesto.

—Dame la dirección. Ya— empezó a dudar de Abril, sintió que ella puede ser una mujer comprometida.

Ella no tuvo opción. Le dictó una dirección que lo hizo fruncir el ceño, la cuidad es grande, pero las noticias hacen virales los lugares más peligrosos, esos en donde siempre hay muertos, robos y secuestros a diario, además de la falta de educación, Abril era alguien desconocida para él.

—¿Vives en ese sector?—

—Sí—

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Micaela Noemi Romero
hola Meche te leo de buenos Aires, Argentina❤.. amo tus novelas....
Emperatriz Reales
Me fascina su novela, desde Maracay, Venezuela
Emperatriz Reales
Vieja pendeja, crio a su hija para prostituirla y lo peor q con un limpio, q no tiene donde caerse muerto, ahota seran 4 los desposeidos, jajajajaja
🇲🇽Lety 💞🌛🌹
hola amig te leeo desde México 🇲🇽🇲🇽
🇲🇽Lety 💞🌛🌹
creo que va a perder a su hijito por otra mamá más astuta jajajjajaja osea la proxeneta de Montserrat por que abril no ase nada sin que ella lo ordene
🇲🇽Lety 💞🌛🌹
gracias señora por metíche nos dará la oportunidad de que simón llegue a graciela
Yuleima Lucena
sii está súper emocionante y buenísima te leo desde Aragua - Venezuela
Yuleima Lucena
ojalá puedan ayudar a Graciela pronto
Emperatriz Reales: Eso queremos toda, q haga pagar al desgraciado
total 1 replies
Yuleima Lucena
por favor que ya Simón rescate a la pobre Graciela
Yuleima Lucena
ese desgraciado como le hace eso a la pobre Graciela
mariela
Que comience el juego Diego por orden de Simón el tal Noel será infiltrado en la casa de Graciela y se enterará de que la tienen encerrada sin poder salir.
mariela
Monserrat tiene sus planes bien hecho el problema será que Pepe la hora del divorcio se quedará con una mano adelante y otra atrás porque todo le quedará a Graciela puesto que está embarazada y si piensa reclamar algo primero está el hijo y él está en la obligación de mantenerlo y con que dinero
Fabiola Miranda
excelente
Nubia rosa Córdova gajardo
me encanta y Leo desde Chile felicitaciones es buenísima tu novela /Rose//Rose//Rose/
Claudia Marcela Casas
merlo bs as esta super atrapante esta historia
mariela
Pepe Benítez tan astuto que te la das y caiste en una trampa caza bobos ahora te sientes el rey porque Graciela te opaca es la dueña de todo y tú eres un mantenido sin estatus social un pobre que se arrimo al árbol que mejor sombra le daba pero eso se acaba en lo que Graciela vuelva a tomar el poder de la empresa.
Mayvi Sequera
Meche te felicito está novela está súper buena 👏👏👏👏😘😘😘
mariela
Monserrat es es una serpiente disfrazada de cordero que tanto tendrá escondido hay que saber su pasado como fue que quedó en silla de ruedas donde está el padre de Abril 🤔🤔🤔🤔❓❓❓❓.
Pepe ahora se siente en las nubes con tanto halago que lo compara con el comportamiento de su madre y Graciela.
Merci franzua
❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
Dioselyn Rodriguez
Muy interesante una historia cautivadora
Dioselyn Rodriguez: Felicidades a la autora la verdad una historia que cautiva
Dioselyn Rodriguez: Felicidades a la autora la verdad una historia que cautiva
total 2 replies
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