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En Los Ojos Equivocados

En Los Ojos Equivocados

Status: En proceso
Genre:Romance / Elección equivocada / Dejar escapar al amor / Pareja destinada / Mujer despreciada / Divorcio
Popularitas:67.1k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Meche

Soy Graciela, una mujer casada y con un matrimonio perfecto a los ojos de la sociedad, un hombre profesional, trabajador y de buenos principios.

Todas las chicas me envidian, deseando tener todo lo que tengo y yo deseando lo de ellas, lo que Pepe muestra fuera de casa, no es lo mismo que vivimos en el interior de nuestras paredes grandes y blancas, a veces siento que vivo en un manicomio.

Todo mi mundo se volverá de cabeza tras conocer al socio de mi esposo, tan diferente a lo que conozco de un hombre, Simon, así se llama el hombre que ha robado mi paz mental.

NovelToon tiene autorización de Meche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Atenciones para ella.

Indignación.

Rostros Bajo la Luz del Escándalo

—Sácame de aquí por favor— suplico Abril.

Pepe no lo dudo, la sacó por la puerta trasera del lugar y la subió a su auto.

—Todo estará bien— le aseguro.

El auto de lujo de Pepe se deslizaba por la avenida como una sombra elegante, cruzando la ciudad bajo el fulgor de los faroles, mientras a su lado, una figura temblorosa sollozaba con el rostro vuelto hacia la ventana. Abril no podía controlar las lágrimas que le recorrían las mejillas con la misma rapidez con la que se deshacía su dignidad.

Pepe la miró de reojo, apretando el volante con una furia apenas contenida. Todavía podía ver en su memoria la marca roja en la mejilla de Abril, ese golpe certero, lleno de rabia y juicio, que Marilú le había propinado sin piedad. Abril se había arrojado a sus brazos sin pensar, suplicando, rogando con voz rota que la sacara de allí.

Y él, sin pensarlo demasiado, lo hizo.

Afuera, tras la discreta salida trasera del lugar, cuatro siluetas femeninas avanzaban con sigilo entre las sombras del estacionamiento. Marilú al frente, con el gesto endurecido, como una matriarca herida. Detrás de ella, las esposas de otros CEO’s, algunas indignadas, otras simplemente deseosas de saber a dónde iría a parar todo aquello. Cada una había enviado un mensaje escueto a sus esposos: "Me ausentaré un momento. Luego te explico." Y nadie se atrevió a cuestionarlas.

Mientras el coche avanzaba, Pepe hablaba por momentos sin mirar a Abril.

—Dime exactamente qué ocurrió ahí dentro, Abril—

Ella tardó en contestar, como si su voz se hubiese quedado aprisionada entre el miedo y la humillación. Al fin, con voz baja y rota, empezó a narrar:

—Entré al baño para retocarme el maquillaje. Una de ellas ya estaba ahí, y luego llegaron las otras dos. Al principio, solo me miraban… susurraban cosas que no entendía. Pero luego... Marilú me habló directamente. Dijo que era una vergüenza que una amante tuviera el descaro de presentarse a una cena de gala. Me llamaron barata, oportunista… una cualquiera—

Pepe la miró de reojo, frunciendo el ceño.

—¿Y luego?—

—Marilú me empujó. Me tomó de la muñeca y me dio una bofetada. Las otras no hicieron nada. Solo miraban. Me sentí… sola—

—¿No dijiste nada?—

Abril negó con la cabeza, encogiéndose en el asiento.

—¿Qué iba a decir? No soy nadie. Solo soy tu asistente—

Pepe apretó el volante con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos. No era precisamente la compasión lo que lo dominaba; era el orgullo herido. Su asistente, su acompañante… y la habían humillado públicamente. Y lo peor era que todo el asunto giraba en torno a un nombre que le quemaba en el alma: Graciela.

Su esposa, siempre su esposa.

Graciela, la mujer que representaba el equilibrio, la sensatez, la moral. La que todos defendían aunque no estuviera presente. La que lo amaba tanto que, aun si se enterase de todo, jamás lo creería. Graciela era inquebrantable, y esa figura inquebrantable lo atormentaba. Porque por más poder que había alcanzado, por más negocios que cerrara, por más que firmara contratos y se codeara con presidentes y ministros, siempre había algo de ella que lo eclipsaba.

Esa noche, su odio no era hacia las mujeres que habían golpeado a Abril. Era hacia Graciela. Por ser, aún sin estar, la protagonista.

Condujo hacia una clínica, quería atención para Abril.

En la clínica privada, el ambiente era limpio, blanco e impersonal. El médico de turno, un hombre joven de bata arrugada, alzó las cejas cuando vio entrar a Pepe con aquella mujer de vestido elegante y rostro hinchado por el llanto.

—¿Qué tenemos aquí? —preguntó con tono despreocupado.

Pepe no contestó. Solo fulminó con la mirada al médico y ordenó:

—Atiéndala. Ya—

La enfermera se movió de inmediato, y aunque el doctor rodó los ojos con fastidio, sabía perfectamente a quién tenía delante. Uno de los hombres más ricos del país no se trataba como a cualquier paciente. Aunque lo que traía fuese una simple contusión.

—Una pomada, un paracetamol, y listo —murmuró el médico mientras aplicaba el ungüento con precisión.

Pepe apenas escuchaba. Su mirada estaba fija en el rostro de Abril, en cómo apretaba los labios para no llorar de nuevo. Fuera del consultorio, en el estacionamiento, Marilú y las demás mujeres no tardaron en llegar. Una de ellas, indignada, dijo:

—¿Lo puedes creer? ¡Una bofetada y la lleva a la clínica como si la hubieran acuchillado!—

—Y a escondidas de todos. Como si estuviera cuidando a una princesa —añadió otra, sarcástica.

—Graciela no merece esto —espetó Marilú con los ojos húmedos, sin saber si era de rabia o de vergüenza.

Pero ninguna se atrevió a entrar. Simplemente observaron desde lejos, sus opiniones colgadas entre la rabia y la incredulidad.

Al salir de la clínica, Abril ya se sentía más calmada, aunque todavía avergonzada. Sus ojos estaban hinchados, y la marca de la bofetada comenzaba a volverse violácea.

—¿Dónde vives? —preguntó Pepe con voz seca.

Ella dudó. Su voz apenas fue un murmullo.

—No… no es necesario que me lleves. Puedes dejarme en la parada de taxis— temerosa y avergonzada de la zona y en la casa donde vive, algo humilde y alquilada.

—¿Parada de taxis? —repitió él, como si fuera una blasfemia.

—Es tarde… y no quiero que vayas hasta allá. Es muy lejos… y no es una zona bonita— por dentro estaba rezando para que Pepe aceptará no llevarla.

Pepe se detuvo frente a un semáforo. Se volvió hacia ella, molesto.

—Dame la dirección. Ya— empezó a dudar de Abril, sintió que ella puede ser una mujer comprometida.

Ella no tuvo opción. Le dictó una dirección que lo hizo fruncir el ceño, la cuidad es grande, pero las noticias hacen virales los lugares más peligrosos, esos en donde siempre hay muertos, robos y secuestros a diario, además de la falta de educación, Abril era alguien desconocida para él.

—¿Vives en ese sector?—

—Sí—

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Yesica Palacio
esta buenisima la novela
Jessica Martinez
muy interesante felicidades vas bien 😉😜🤗👋🇵🇦
🇻🇪Mary Arrietas🇻🇪
muy buen tema 👌 me gusta mucho cómo se está desarrollando la historia siga escribiendo
🇻🇪Mary Arrietas🇻🇪
es una excelente novela tiene muchas cosas de la vida cotidiana cuántas mujeres todavía no viven a esa sujeción de machismo y soledad
Susana Palacios
Excelente historia, felicidades a la escritora Meche, me encanta tu trabajo 😍
Susana Palacios
A mí me encanta, gracias tu excelente trabajo 😍, sigue adelante, tu historia es muy buena, felicidades 👌, un abrazo
Mayvi Sequera
Todo es espectacular Meche
Jessica Gonzalez
que ganas de seguir leyendo mi querida Meche hay Camila desborda amor asto por los poros Diego también muere por ella gracias autora de verdad estoy atrapada en tu novela
Adelina Garaicoa
ella tambn kmo chiquilla debe d portar kmo Graciela ser más inteligente no dejarse llevar no mas x el sino kmo mujer solo ha d ir perro esa Gina solo lo kiere llegar a Simón el tonto disque sabioo no se a dado cuenta
Adelina Garaicoa
quemensen jajajajja
Sisx Yessi
A qué se refiere con esto Graciela, que intriga. gracias por escribir
Sisx Yessi
Me alegra que Graciela no se haya dejado
Adelina Garaicoa
kmo k no es coincidencia mal o para bien disgustó cn su mma
Adelina Garaicoa
d el lanjbiera mantenido cerca si no podía llevarla la deja en un hotel fiel a los instintos
Adelina Garaicoa
este hombre es tontoo es más k seguro k esa Gina esté interesada en Somos d tontoo no se da cuenta los hombres se le ni la la visión x unos calzones no tiene lealtad tomtote d nad le sirvió tanto entrenamiento Sofía encuentre una persona k la valore le guste todo d ella no una persona vil k le guste el bolsillo más k sea leal Asus convivio es cn el mejor postor tontoo lo tenía en otro nivel se me cayo
Jessica Martinez
buenísima gracias 😉😜🤗👋👍🇵🇦
Jessica Martinez
hay Gina no menosprecie a Graciela 😉😜🤗👋🇵🇦👍
Jessica Gonzalez
Gina es una víbora seguro quiere algo con Simón pero se encontró con Graciela, gracias Meche por los capítulos
mariela
Gina es una arribista que está envidiosa y curiosa por saber de Simón Ferrero pero no contaba con Graciela que parece tonta pero aprendió a leer entre líneas lo que debe decir y lo que no así de simple.
Que pasará con Camila cuando Diego la busque para que se quede con Graciela.
mariela
Algo trama Gina y hasta Graciela presiente algo raro y el pendejo de Diego no se da cuenta que lo están enamorando para ser el chivo expiatorio de lo que suceda.
Quien es Gina realmente que quiere o qué planes tiene 🤔🤔🤔❓❓❓ ❓ ❓ ❓ ❓ ❓ ❓

Si la contrataron quien lo hizo y porque 🤔🤔🤔🤔❓❓❓❓
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