**Saga Vannecelli**
Sandra es una joven encantadora y divertida, apasionada por las carreras ilegales de motocicletas. Es hija adoptiva de Santiago Vannecelli, sublíder de la mafia italiana, y de la empresaria María Romero. Desde los 15 años, Sandra se enamoró de su primo Thyler Vannecelli, y juntos hicieron una promesa: informar a su familia sobre su relación cuando ella cumpriera 17 años. Sin embargo, el gran día llegó y nada salió como esperaban. A partir de ese momento, la vida de Sandra se convierte en un caos, repleto de traiciones, lujuria, odio y amor.
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Capítulo 12 Solo nos une la sangre
Thyler Vannecelli
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-Al finalizar la reunión con mi padre y Black, llegamos al acuerdo de que viajaré con mi hermano a varias bodegas de la organización y a otros puntos de interés en dos dias. Esta oportunidad me entusiasma, ya que siempre la había esperado, y representa un cargo de gran relevancia. Sin embargo, no puedo sentirme completamente satisfecho, ya que anhelo el perdón de Sandra. Reconozco que cometí un error y que la decepcioné, pero tengo la confianza de que, una vez que supere su enojo y podamos conversar, ella me comprenderá y me perdonará. Observo a mis hermanos descender por las escaleras. Se acercan a mí; Renzo mantiene una expresión seria, mientras Gian se posiciona a mi lado, coloca su brazo sobre mis hombros y me dice- Felicidades, hermano. Supe que serás el nuevo administrador de armas, un cargo de gran importancia que realmente mereces. ¿Qué te parece si celebramos este momento? Vamos a buscar a Caeli y a Sandra para festejar su cumpleaños, y de paso, celebramos tu nuevo puesto.
- Le sonrío de lado y le digo-Gracias, Gian. Sin embargo, estoy agotado y prefiero descansar. Vayan ustedes y disfruten.
- Gian hace un gesto de resignación y se coloca al lado de Renzo. Le comento- ¿Acaso no piensas felicitarme, Renzo?
- Él hace un gesto de desagrado y responde- Felicidades por tu nuevo cargo. Espero que lo disfrutes.
- Lo observo caminar hacia la puerta. Noto que Gian me mira con tristeza y me dice- Dale tiempo, eventualmente te perdonará.
-Hablo con incomodidad- han transcurrido ocho meses desde lo ocurrido y, a pesar de haberle explicado la situación, sigue mostrándose indiferente conmigo.
-Gian se me acerca y me dice- Pero tú nunca le pediste perdón por lo sucedido, solo te limitaste a excusarte.- Suspira y añade- Te dejaste llevar por el placer del momento, y ahora estás enfrentando las consecuencias. Debo irme ahora.
-Lo observo alejarse hasta que lo pierdo de vista. Subo las escaleras reflexionando sobre sus palabras; es cierto, nunca le pedí perdón. Reconozco que le fallé como hermano, aunque nunca fue mi intención. La frustración que experimenté por no haber tenido una relación con una mujer en más de un año, por respeto a Sandra, me llevó a actuar de esta manera. Lamento profundamente lo sucedido; he fallado a Sandra y ahora, nuevamente, he incurrido en un error en su cumpleaños al permanecer en silencio sobre nuestra relación.
**Flashback**
-Al abrir el ascensor, me dirijo rápidamente hacia su apartamento y golpeo la puerta con fuerza. Cuando se abre, veo a Luisa vestida con una bata de seda. Con desesperación, le pregunto- ¿Dónde está Renzo? ¿Qué ha sucedido?”
-Ella, con una voz tranquila, me invita a entrar y me responde- Por favor, entra. Está en la habitación.
-Al ingresar, corro hacia la habitación, pero no encuentro a nadie. Al dar la vuelta, la veo quitarse la bata, quedando completamente desnuda. No puedo creer lo que estoy presenciando y le digo-¿Qué estás haciendo, Luisa? Por favor, cámbiate. ¿Dónde está mi hermano?
-Ella se acerca a mí con una sonrisa y me dice- Tu hermano no está aquí; viajó hace unas horas. Te llamé porque quería verte.
-Mientras me toma de la mejilla y acerca su pecho al mío, la aparto suavemente y le digo- Aléjate de mí. Eres la novia de mi hermano, ¿cómo puedes intentar engañarlo?
-Ella se acerca a mí y, con una voz seductora, me dice- Sé que me has deseado durante más de tres años; recuerdo tus miradas en la escuela. Puedo hacer realidad tus deseos. No tiene que enterarse; será un secreto entre nosotros. Yo también te deseo.
-Entonces, ella me besa mientras acaricia mi pantalón. La empujo suavemente y cae sobre la cama. Ella sonríe, abre las piernas y me dice-Me gusta el sexo duro. Ven, Thyler, no detengas tus ganas. Mira, tu amiguito quiere jugar.
-Ella comienza a tocarse frente a mí, la calentura se apodera de mí. Me coloco encima de ella mientras me quito la correa y comienzo a tener sexo con ella. La escucho gemir. Pasados varios minutos, escucho algunos ruidos hasta que oigo algo caer al suelo. Volteo y noto a Renzo detenido en la puerta, mientras en el suelo está un ramo de flores y una cajita pequeña. Su rostro muestra un intenso enrojecimiento, reflejando una mezcla de ira y desagrado. Sale de la habitación en silencio, mientras yo me cambio rápidamente. Decido seguirlo y lo encuentro caminando por el pasillo. Intento tomarlo del brazo, pero él me empuja y me responde con firmeza-No me toques, no te acerques a mí.
-le respondo- hermano, permíteme explicarte. Ella me llamó y me dijo que estabas grave, que te habías golpeado la cabeza. Por eso vine. Cuando entré a su habitación, me di cuenta de que era un engaño. Ella me sedujo y me dejé llevar. Yo, yo no sabía lo que hacía. Debes creerme, nunca quise traicionarte.
- Él, alzando la voz con molestia, me dice- -Cállate, Thyler, déjame en paz. Piérdete de mi vista. Desde ahora, ya no te considero mi hermano.
-Lo observo caminar hacia el ascensor hasta perderlo de vista. Regreso al apartamento para buscar mi cartera y mis llaves. Al entrar, encuentro a Luisa sentada en el sofá y, al verme, se levanta y me pregunta-¿Qué te dijo Renzo?
-Levanto una ceja, la sujeto firmemente por los hombros y le digo- Maldita mujer, por tu culpa perdí a mi hermano. No quiero volver a ver tu rostro.
-La empujo hacia el suelo, recojo mis pertenencias y salgo del apartamento. Pasadas unas horas, intento llamar a Renzo, pero no obtengo respuesta, así que me comunico con Gian para solicitar su ayuda en localizarlo. A los pocos minutos, Gian me informa que está en la casa de reuniones, así que me dirijo hacia allí. Al llegar a casa, lo encontré sentado en el suelo con una botella de licor. Al percatarse de mi presencia, se levantó y, mientras se secaba las lágrimas, me dijo con incomodidad- ¿Qué haces aquí? ¿Acaso no fui claro al decir que no quería verte?
-Le respondí- Reconozco que cometí un error, pero ella fue la responsable de todo. Yo también fui una víctima, hermano. No quería que sucediera esto; debes creerme, jamás quise fallarte. Por favor, no me odies.
- Él continúa bebiendo de la botella de licor y dice- Eres un cínico. Sabía que la amaba y que planeaba proponerle matrimonio, pero te ganó la calentura del momento. Sonríe con amargura y añade: No te mataré porque llevas mi sangre. Lo mejor es que te vayas, déjame solo.
- Salgo de la casa cuando recibo un mensaje de Sandra.-
**fin de flashbacks**