La Villana Prefiere Al Villano...

La duquesa no pensaba esperar a que Layla hiciera algo en su contra, así que en la madrugada, busco la forma de salir, para que nadie sospechara de ella, se lleva un carruaje viejo, el que suelen usar los empleados cuando deben de ir por mercancía, aunque era horrible para ella, tenía que soportarlo. Pronto se da cuenta que se ha desviado, así que le grita al cochero para que regrese al camino, pero este no responde, solo sigue hasta adentrarse al bosque, la duquesa solo puede sentir como se sacude por el camino inestable, hasta que finalmente se detiene. La puerta se abre y alguien con una capucha, le jala del brazo, ella se intenta defender pero no lo logra y es jalada fuera del carruaje cayendo al suelo.

—¡maldito! ¿Acaso sabes quien soy? Vas a...— observa asombrada.

Quien se ha quitado la capucha, era Layla, la duquesa jamás se imaginó algo así, incluso ve que no muy lejos de ella hay un cuerpo y era el del cochero, un hombre algo viejo, que según la información que consiguió Layla, suele robar cosas de la mansión o incluso acosa a las empleadas, pero al ser cómplice de la duquesa, este no ha sido despedido.

— eres tu, ¿que quieres? Tu padre se enterará de estos.— grita molesta.

—¿como? Si jamás regresarás a casa, al menos no con vida.— levanta la mano mostrando una mazo de madera.— esta noche, sabrás que tu peor error fue darme aquella cachetada.

Una risa hace eco en toda la zona, la duquesa escucha la escalofriante risa de Layla, mientras siente su cuerpo temblar al observar los ojos afilados de la chica. La mujer se levanta, para intentar correr, pero al adentrarse más al bosque, le es difícil encontrar el camino de regreso, pero si logra perder a Layla, estará a salvo. Después de correr por casi media hora, se detiene, respira agitada y se deja caer al suelo.

— mami, necesitas mejorar tu condición física.—

La dulce voz de Layla la hace sobresaltarse, viendo que la joven ya estaba frente a ella. La duquesa intenta correr, pero esta vez Layla logra golpearla con el mazo en la pierna, causando que la mujer caiga y se queje de dolor.

— no, no, no, no me gusta esto de correr e ir tras de ti, es más divertido si empezados el juego de una vez.—

La mujer intenta arrastrarse, pero enseguida siente un fuerte dolor cuando un crujido se escucha, era Layla quien le había pegado en el tobillo. Esa parte estaba ahora rota, aun así quiere intentar huir, pero Layla vuelve a golpear, ahora su brazo, la duquesa jamás en la vida creyó que esa chica ante ella, estaría torturandola en medio de un bosque. Los golpes siguen, su muñecas, su otro tobillo, rodillas, espalda, costillas, cada parte estaba siendo golpeada, mientras que Layla mostraba una sonrisa al hacerlo, la duquesa suplica piedad.

— Felicia y yo nos iremos...por favor, detente.— llora.

— te lo dije, ¿no? Que rompería todos sus huesos, he estado esperando con ansias este momento, ¿por qué te dejaría ir?.—

— perdón...juro que me iré...—

— claro que te vas, bueno, al menos eso se dirá. La flamante duquesa Amary, huye con su amante, llevándose joyas importantes de la familia.—

Layla deja caer una bolsa de joyas, estás eran parte de la colección de su madre, que la propia Celestine le heredo cuando se caso con el duque. Ella le explica el plan, pensarán que la duquesa huyó con su amante, entonces en la siguiente ciudad, durante la búsqueda, encontraran las joyas que fueron venidas por un hombre y una mujer, así, creerán que ella sigue viva, pero feliz con su amante, entonces, las joyas son recuperadas.

— y jamás sabrán que tu putrefacto cadáver, esta siéndo devorado por los gusanos o otros seres carroñeros.— Layla en ningún momento dejo de sonreír.

La duquesa no dejaba de llorar y de pedir ayuda, pero era un bosque solitario, nisiquiera era sitió de cazadores, así que nadie encontrará a esa mujer. Termino de romperle cada parte de su cuerpo, dejando intacta su cabeza y con eso, se aleja de ese lugar, mientras que la mujer, no podía moverse, pero lloraba de impotencia.

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Al día siguiente, el duque encontró la carta de su esposa, donde jura que ya no lo soporta más, porque no le da el lugar que merece, pues nisiquiera es capaz de tener el ducado en sus manos. También encuentra la caja fuerte abierta, al revisarla, las joyas de su familia, ya no estaban. El duque furioso manda a todos sus caballeros en busca de la duquesa.

Celestine busca a su hijo para preguntarle por el alboroto y este le explica lo sucedido, así que Celestine le responde que bien merecido se lo tiene, por creer que esa mujer lo amaba con sinceridad y que por lo visto, solo le importa el poder, porque nisiquiera se llevo a su hija. Felicia busca su papá, estaba desconsolada por lo sucedido, pero el duque solo la manda a su habitación, él esta ocupado y no tiene tiempo de lidiar con sus llantos.

— ya no eres una niña y ten por seguro que cuando encuentre a la zorra de tu madre, voy a encerrarla de por de vida.— grita.

— padre, por favor, ella no se iría...deben haberla secuestrado.— suplica Felicia.

El duque camina del estudio hacía la salida de la mansión, pero sin hacerle caso a Felicia y se marcha de la mansión.

— abre los ojos Felicia, tu madre era una prostituta, su único interés es el dinero y se irá con quien más le ofrezca.— menciona Layla.

Felicia molesta por escuchar esas palabras de Layla levanta la mano con la intención de pegarle, pero es Layla quien atina a darle una cachetada.

— ahora ya tienes una razón para ese llanto tuyo.—

Felicia se queda en ese lugar, llorando, son sus doncellas quienes intentan calmarla y llevarla dentro. Layla simplemente se sentó a disfrutar del espectáculo en su jardín, todos iban y venían, sin haber noticias de la duquesa.

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Una semana después, ya todos saben sobre la huida de la duquesa con las joyas de los Amary, de ese modo, se termino revelando que fue una servidora del placer que se hizo amante del duque, mientras este, tenía a su esposa enferma, por supuesto, al saber esto, dicen que Felicia resulta igual, ya que también se metió entre el compromiso de Layla y Denis, aunque el origen de la duquesa ya era sospechoso, nunca imaginaron que en realidad, Layla no era su hija, pero eso explicaba las diferencias que hacia entre ella y Felicia. Finalmente, los caballeros de los Amary, dieron con las joyas, pero estas han sido vendidas, por lo tanto, no pudieron encontrar a la duquesa. Al menos el duque pide detener la búsqueda, porque lo que importaba era encontrar las joyas. Layla supo de esto, sonriéndo porque todo ha salido bien y ahora solo debe centrarse en una cosa, su importante boda con el duque Mondragon.

Como el duque no tenía interés en lo sucedido con su esposa, Celestine y Layla pueden comenzar a preparar su boda, claro que Felicia no tardo en reclamar lo insensibles que eran hacia su madre, en especial al dejar que se diga falsedades de ella. Layla ríe por el comentario de Felicia.

— nada de lo que dicen es mentira, tú madre, no es la mía, mi madre fue la duquesa de esta casa, tu madre solo una ramera que engatuzo al estúpido de mi padre y se caso con ella, solo porque se embarazo de ti.— menciona con cierto tono de burla.

— n-no es cierto, es mentira, eres una mentirosa, no soportas que yo tenga el cariño del príncipe y por eso me tratas así.— grita.

Felicia trata de golpear a Layla, pero ella solo se aparta y le pone el pie causando que caiga.

— ¡señorita Layla!— la voz era del príncipe.— su hogar esta pasando por un momento crítico y usted agrede a su hermana...—

El príncipe mira con enojo a Layla, pero ella solo luce con esa expresión de indiferencia.

— ella me quiso golpear, por qué no soporta saber la verdad de su madre. Buena suerte si es que le dejan casarse con una bastarda.—

Layla, sin intención de escuchar nada del príncipe, lo deja ahí con Felicia, ella seguramente si desea ser consolada en los brazos del príncipe.

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