Emperatriz Tirana

Ella misma sabía que Anet no era esa doncella que aparentaba. Aunque en todos los recuerdos de la verdadera Alise, no apareció nada sospechoso sobre esa doncella que parecía leal a ella; Sin embargo, pocos días después de reencarnar en ese cuerpo, fue dándose cuenta de que esa doncella no era más que alguien que fue enviada por la primera concubina, y eso lo confirmo, cuando esas doncellas se atrevieron a traerla aquella comida, Anet no era en alguien que se podía confiar y sin duda no lo haría.

En muchas ocasiones pensó que sería desaparecer aquella doncella, pero después llegó a pensar que no podría darle una muerte así tan fácil, quería que ella pagara por todas esas humillaciones que sufrió Alise, que en muchos de ellos Anet los tenía preparados, pero fingió hacerse pasar por la doncella leal que ayuda a su ama.

— Bien. — Noah sonríe. — Acepto, seré tu guardia espaldas, no sé exactamente para qué me necesitas, pero está bien, con el tiempo lo puedo ir confirmando.

Ahora está seguro de que ha confirmado que Alise no es una tonta como decían los rumores, está seguro de que no arrepentirá por esto luego.

— Entonces Noah. ¿A partir de ahora eres mi guardia personal? — Este asiente ante la pregunta de la chica. — Entonces, como tu ama, tengo una tarea para ti.

— ¿Qué es? — Alise sonríe, causando curiosidad en el chico.

— Luego lo sabrás.

Por fin ya era hora de desaparecer de esa concubina, se desearía del problema de raíz de una, y estaba segura de que también esa víbora de Rhea estaba planeando algo. Así que no puede quedarse con los brazos cruzados... Ya es hora de moverse y lo hará antes que esa mujer.

Tal como había planeado, esa noche Anet recibió una carta secreta por parte de la concubina, o eso creyó la doncella.

Mientras que, por otro lado, la concubina igual recibió aquella carta de la doncella, y lo único que decía es que tenía información para ella y que fueran encontrarse en el bosque que está atrás del palacio principal.

La concubina de solo pensar que la doncella tenía informaciones de Alise, no dudo ni un segundo en dirigirse por el lugar a la hora indicada, evitando la vista de todos los guardias.

— La concubina se dirige al lugar. — Avisa Noah mientras que Alise termina de ponerse su capa negra.

— ¿Anet también? — El chico asiente y Alise Aprieta los labios en algún punto llegó a pensar que Anet realmente era una persona confiable.

Su error fue volver a creer en las personas y por segunda vez recibió otra traición, una segunda apuñalada, supone que en este mundo nadie es de confiar y no volverá a cometer mismo error por una tercera vez, confiando en Noah después de todo ambos estaban actuando juntos por un motivo, ella quería algo de él, y él quería algo de ella, solo era una relación que beneficiaba a ambos.

— Creo que ahora podrían estar llegando, es hora de irnos, es más seguro que la concubina haya caído en la trampa— La voz de Noah le hace reaccionar a sintiendo para poner su plan en marcha.

Sale de su palacio junto a Noah, en esa hora ya el palacio estaba completamente vacío y para su buena suerte no había ninguna guardia en su palacio haciendo guardia en el palacio.

Logro llegar en el bosque con éxito, y tal como se imaginaba era un lugar oscuro, que ninguna persona en el reino tenía permitido entrar solo el emperador, solo este podía entrar en ese bosque, nadie en excepción.

— Anet maldita sirvienta como te atreves. — Escucho un grito por parte de la concubina insultando a la Anet.

Alise al acercarse atrás de los árboles, escondiéndose de Noah, justo como había planeado, la concubina había caído en la trampa que había puesto en el medio del bosque, trampa que logro hacer gracia a Noah en tan solo unos segundos.

Rhea se encontraba en el suelo, sangrando en la pierna, debido a una daga que se había clavado justo en el lugar.

Y aunque la concubina pedía ayuda, no lo encontró en manos de la doncella, que no hacía nada.

«Lo esperaba, sabía que Anet aprovecharía esa oportunidad». Tal como esperaba, Anet no estaba ayudando a Rhea, sino que en lugar de eso parecía satisfecha. Después de todo, esperaba deshacerse de su hermana con ansias.

Si, Anet y la concubina eran hermanas, con la simple diferencia que Anet fue la hija ilegítima del marqués, y como se esperaba una hija ilegítima no estaba hecha para tener el mismo trato que toda la familia, y más por la chica tenía sangre de plebeyo, y fue menospreciado por todo su familia y cuando pensó que podía escapar de esa vida convirtiéndose en la concubina del emperador, su hermana mayor también le robó ese esperanza. Y desde en ese entonces odio a su hermana, solo esperaba una oportunidad para deshacerse de ella para recuperar el puesto que era suyo, todavía no había abandonado ese sueño de convertirse en la concubina del emperador, incluso llegó a codiciar el trono, así que haría lo que sea para conseguirlo incluso si eso significa deshacerse de Rhea o de Alise, nadie la detendrá hasta llegar a ese lugar que le pertenece.

— Porque tendría que ayudarte. — Saca una sonrisa siniestra inclinándose hacia la mujer. — Esa posición te queda perfecta, hermanita. — Sonríe de lado tomando a Rhea bruscamente del mentón.

— ¡Maldita perra! — La concubina grita furiosa e intenta lanzarse hacia la chica, sin embargo, un segundo daga clavada en su pierna le hizo sacar un grito de dolor. — ¡AHHH! — El grito hizo eco en el bosque espantando a todas las aves.

Anet no sabía por qué todo eso estaba pasando, pero creía que era una oportunidad para deshacerse de su hermana, de su tonta hermana, y lo iba a aprovechar con gusto.

— ¿Perra? — Se acerca y retira la daga con fuerza, en la pierna de la concubina. Y sin dudarlo se lanzó encima de ella apuñalándola múltiples veces en el pecho, por más que forcejeó la concubina, no pudo escaparse de su destino.

Alise que miraba toda la escena sonríe.

«Vaya, valió la pena poner mi confianza en ella».

 Alise sonríe satisfecha después de todo, Anet no le había decepcionado.