ME ENAMORÉ DE UN TIRANO

Los sirvientes entraron a la cocina para llevar los platos a la mesa de los Duques, ellos estaban esperando probar una nueva comida, aún si no la contrataran para cocinera lo harían como la ayudante del nuevo cocinero.

- Se ve delicioso!

- No sólo se ve Cariño, huele exquisito._ Hablo el Duque.

Ambos esposos comenzaron a probar de la comida que preparó Alicia, era algo que nunca habían probado, los gustos de ellos era difícil de complacer y la joven cumplió con sus expectativas.

- Esto es una delicia, incluso la comida que probé del nuevo cocinero no es tan buena como esta!!

- Me encantara tener que probar comida como estas todos los días.

- Y si canceló el contrato?

- No puedes hacer es cariño, ya está firmado y nosotros cumplimos con nuestra palabra, que tal si la joven se turna en preparar la comida con el cocinero?

- Me parece excelente esa idea.

- Duques aquí está el postre que también se preparó._ Dijo Mary colocando en frente de ellos un postre de chocolate.

- Postre? Pensé que sólo sería la comida, pero aún as quiero probarlo._ Hablo el Duque.

- Es un postre sencillo por lo que veo, pero quiero probar como sabe._ Ahora hablo la Duqueza.

Comenzaron a comerlo y saborearlo, se podía sentir el manjar que estaba dentro del postre, no era como los otros, este ya era uno preparado en lugar de uno sellado que venden.

- Esa joven me sorprendió con la comida y el postre Mary.

- Si, definitivamente nos encantaría que sea la encargada de los alimentos.

- Estará muy feliz de esta nueva oportunidad Duques, se los agradezco.

- Ya hemos terminado, puedes traerla para conocerla.

- La traigo ensegui... *Fue interrumpida*

- Duques ha venido de visita la Marqueza cristina._ Hablo un guardia.

- Mi madre? No me dijo que vendría, puedes hacerla pasar._ Dijo la Duqueza.

- Mary creo que por el momento no podremos conocer a la joven, has que le preparen una habitación y que se sienta cómoda.

- Como usted diga Duque.

En la mansión de los Duques Mendes, llegó la Marqueza Cristina, madre de Fiorela, ella no estaba de acuerdo que su hija se casara con el Duque Cesar, ya había arreglado otro matrimonio para ella pero su hija quedó embarazada y no tuvo otra opción que aceptar que se casaran.

- Madre bienvenida, que la trae por acá?

- No puedo venir a visitarte hija? Quería saber cómo estabas.

- Estoy bien.

- Buenas tardes Marquesa.

- No puedes ni cuidar de tu esposa? Porque mi hija tiene que estar pasando por esto?

Cesar era consciente de que no le agradaba a su suegra, quería llevar todo con calma solo por su esposa, pero eso parecía imposible, La Marqueza cada vez que lo veía le decía miles de cosas.

- Marqueza mi esposa ya se encuentra mejor, estoy al pendiente de ella todos los días, es mi deber como su esposo que soy sin necesidad de que me lo digan.

- Por lo menos sabes eso, si mi hija no se hubiera casado contigo, ella estaría disfrutando de una vida más grande que esta!!!

-MADRE!!! suficiente.

- Hija?..

- Madre porque sigue diciendo esas cosas? Cesar y yo nos amamos, porque no acepta mis desiciones?

- Yo las aceptó, pero porque con el?

- Acaso no le gusta verme feliz?

- Si me gusta..

- Entonces no le diga esas cosas a mi esposo, que me siento culpable.