El dolor de una traición, arranca de raíz el amor que sientes por alguien especial, pero también te destruye lentamente, pero la determinación con que la enfrentes, será la clave para seguir adelante y no dejarte derrumbar.
Acompáñame a conocer la historia de Feray Yilmaz, su historia de fuerza y resiliencia, te va a enseñar que después de una traición, todo sanará.
NovelToon tiene autorización de Lida Marín para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPITULO 8
Me anunciaron por el intercomunicador, yo me levanté de la silla y fui al consultorio del doctor Aslan, toqué la puerta y una voz gruesa me respondió desde adentro.
Emir Aslan
- ¡Puede pasar!-- yo giré la manija de la puerta e ingresé, quedé estática, es un hombre muy apuesto-- ¿señorita Yilmaz? ¿se encuentra bien?-- sus preguntas me sacaron de mis pensamientos.
- Si, si señor, está todo bien, con permiso -- dije y me senté con rapidez.
- Bueno, la doctora Sarcoglu me envió a mi correo los datos de su primera cita, aquí tengo los datos que necesito, pero tengo una duda-- hizo una breve pausa-- ¿por qué no quiso continuar sus controles médicos con ella? Es una excelente profesional, por eso tengo intriga -- dijo y yo agaché la cabeza.
- No es ella, soy yo, es algo personal, prefiero no tener que hablar sobre eso-- le dije y el asintió.
- Ok, lo comprendo, entonces comencemos, ¿estado civil?-- dijo mirando el anillo en mi dedo, que estúpida, no me quité el anillo.
- Oh, es complicado, pero digamos que soltera, aún no estoy casada, tampoco vivo con el padre de mi bebé -- se le dibujó una sonrisa en sus labios.
- Ok, ¿trajiste los exámenes?-- yo asentí y le entregué la carpeta donde estaban los resultados-- al parecer todo está en orden, ahora vamos a tomar tus medidas y el peso, sígueme -- el se puso de pie y yo lo seguí.
Me subí a la balanza, el registro el dato que se reflejó, luego midió mi estatura y finalmente me hizo subir a la camilla.
- Necesito que te descubras el vientre-- obedecí a su pedido, sacó el Doppler, le aplicó un poco de gel y comenzó a buscar los latidos de mi bebé-- aún es muy pequeño para escuchar sus latidos con fuerza, pero están presentes, todo está muy bien -- luego agarró la cinta métrica y comenzó a medir mi vientre.
Por último me tomó la tensión arterial, cada vez que su mano tenía contacto directo con mi piel, enviaba pequeños corrientazos por todo mi cuerpo, fue una sensación muy extraña pero quería seguirlo sintiendo.
La cita terminó, el me entregó unas nuevas órdenes -- Vamos a recepción, necesito que te den una cita prioritaria para dentro de dos semanas, tu peso está muy bajo y es necesario que te vea el nutricionista -- yo asentí.
Salimos del consultorio y nos dirigimos a sacar la cita, el habló con la recepcionista y rápidamente me asignaron la cita, le entregaron un papel y el me lo pasó.
- Mira, este es el recordatorio, te va a atender el Doctor Kerem Aydin, debes traer tu carp....-- lo tomé de su bata y lo hale pegando mi cuerpo al suyo cubriendome, mientras el hablaba, vi a Khan, junto a su esposa, venían en nuestra dirección, y no estaba preparada para enfrentarlos, todos mis planes se iban a ir por la borda.
Pensé que iban a pasar derecho, pero lejos de mis deseos y súplicas, se detuvieron al ver al doctor Aslan.
- Hola Emir ¿está todo bien?-- era la voz de Irem, el regresó su mirada hacia mi y yo negué rápidamente, luego le hice señas de que no dijera nada.
- Si, está todo bien, es que mi novia me extrañaba mucho, y ahora está avergonzada por sus muestras de cariño en público -- yo reprimi mi asombro, era eso, o dejar que me vieran.
- Wow, pensé que nunca te volverías a dar una oportunidad en el amor, bien por ti, te lo mereces, mucho gusto, novia de Emir-- yo asomé una de mis manos a través de la bata y saludé -- los dejamos, no los vamos a interrumpir más.
Mientras se alejaban escuchaba su conversación -- cariño ¿te has sentido bien estos días? ¿cómo está nuestro bebé?-- le preguntaba Khan a su esposa legítima, mi cabeza se puso caliente por el enojo.
- Ya puedes dejar de esconderte, ya se alejaron lo suficiente -- me dijo, y reaccioné, aún estaba pegada a su cuerpo, lo solté rápidamente, pero enseguida extrañé su cercanía.
- Lo siento, de verdad, discúlpeme -- el sonrió.
- Debiste haberme dicho que querías un abrazo mío, con gusto lo habría hecho -- bromeó, yo lo atravesé con la mirada y el levantó ambas manos-- Lo siento, ahora soy yo quien te ofrece una disculpa y cuando te sientas cómoda, puedes contarme que es lo que sucede, es mi deber como doctor saber todo, si necesitas acompañamiento psicológico, también me puedes decir, tu salud es nuestra prioridad, si la mamá está bien, el bebé también lo estará -- dijo y yo asentí.
- Gracias Doctor -- tomé los documentos y los guarde en mi bolso-- me tengo que ir, ya casi se me acaba el tiempo, debo trabajar -- el me mostró una sonrisa.
- Ok, Pero por favor cuidate mucho y come bien, ah... Y no olvides tu cita -- me recordó.
- No la olvidaré, muchas gracias -- me fui caminando rápido.
Ya iba llegando a la tienda cuando me encontré de frente a Khan, el no sabía si correr, si esconderse, o simplemente pedir un deseo y desaparecer, yo estaba en igualdad de condiciones, pero ya habíamos conectado miradas, no me quedó otra opción que levantar mi mano y saludarlo moviendola de lado a lado, el se acercó mirando para todos lados.
- Hola preciosa, ¿cómo estás? ¿por qué no estás en la tienda?-- me preguntó.
- las personas tienen derecho a almorzar -- miré mi reloj de mano-- y estoy en mi hora de almuerzo, pero ¿que pasa? ¿te están persiguiendo?-- pregunté al verlo mirar en todas las direcciones.
- No, no, es que tengo programada una reunión con unos inversionistas, y no demoran en llegar, estoy pendiente de su llegada -- comentó, debo admitir que es muy rápido para pensar sus mentiras.
- Oh, está bien, ¿y me los...?--- en ese momento ví que Irem se dirigía hacia donde estábamos, así que decidí molestarlo en otro momento -- me tengo que ir, hablamos después, ah, por cierto, tu hijo está bien, estaba en la cita prenatal -- me fui sin esperar a que dijera algo.