Matrimonio Imperfecto

Gael

Después de algunos días, August comenzó a ceder su atención hacia mí. No parecía tan frío como antes. Daba más espacio para que conversáramos, e incluso sintió curiosidad por saber desde cuándo me asumí gay y cuándo descubrí que me gustaban los hombres.

Estábamos sentados en una de las sillas que estaba en el área de la casa frente al césped.

—Bueno, para ser exacto, nunca sentí atracción por chicas. Llegué a estar con una y vi que no era para mí, así que desde ahí me descubrí. Para mis padres fue una sorpresa, pero me aceptaron como era.

Pareció hallarle interesante mirándome fijamente, incluso sin demostrar expresiones.

—Entiendo.

—¿Pero por qué tuviste curiosidad de saber sobre mi sexualidad?

Él mira hacia adelante.

—Nada importante, solo me pareció interesante saber un poco, ya que ahora parece que disfruto no solo de mujeres.

—En mi concepción, todo indica que eres BI.

—Tal vez sea eso mismo, de lo contrario ya te habría tirado por un barranco en cuanto me besaste.

Intenté dejar de pensar, mi rostro estaba casi enrojecido de recordar la noche en que lo ataqué.

—¿Qué te parece si continuamos como estamos?

Con una pizca de coraje conseguí hablar. Quería garantizar que continuáramos con este contacto. Hasta el punto en que él comenzara a gustar de mí. Estaba dispuesto a tener mis últimos intentos. Acabé enamorándome de August, pero temo cuál será su respuesta sobre esto.

—No veo problemas en continuar de esa manera.

Dijo de forma firme, y eso me hacía quedar aún más encantado. Me levanté de mi silla y me acerqué por detrás de él. Mis manos se deslizaron sobre su pecho firme hecho de acero, distribuí besos lentos por la extensión de su cuello, oloroso y suave.

—¡Estás queriendo hacerme perder la calma con esta provocación!

August me jaló hacia su colo. Abrí mis piernas y me senté en él. No conseguí resistirme a su rostro y lo besé en los labios. Con movimientos calmos, encargados de emoción y deseo. Las dos manos de él apretaron mi cintura. Casi gemí con su toque.

—Gael, ¿eres sensible?

—Sí.

Confirmé volviendo a donde paramos. El clima estaba bueno al punto en que sentí su pene endurecerse por debajo de mí. La sensación era buena, me hacía imaginar cómo sería tenerlo dentro de mí.

Por tener un muro que protegiera la casa, teníamos privacidad para estar de este modo por el lado de afuera.

—Creo que es mejor que paremos.

August dice haciéndome levantarme.

—Pero estás excitado ahora, tiene que hacerse algo.

—No solo yo como tú también estás excitado, Gael. Mejor parar por aquí porque no sé qué puede suceder después. No quiero lastimarte.

Percibí que estaba hablando en serio. Era como si fuera un alfa al punto de dejar que su cordura lo dominara y acabar lastimando a su pareja. Comprendí. Salí de encima de él.

—Quería poder continuar pero aún no estoy listo.

—Está bien, no te forzaré a nada. Bueno, iré a arreglar unas cosas para el viaje de negocios.

Me interesé cuando él habló eso.

—¿Y dónde será?

—En Londres. ¿Pretendes acompañarme ya que eres mi compañero de matrimonio?

Me impresioné cuando él mencionó compañero. Pensaba que ni siquiera querría que yo fuera junto.

—¿¡En serio?! —Me animé— ¿No te arrepentirás y querrás tirarme del avión?

August no aguantó y acabó riendo.

—Claro que no, puedes ir junto.

Por impulso acabé abrazándolo. La reacción de él fue de espanto, pero no me alejó ni nada. Incluso sin abrazarme de vuelta, me dejó allí, pegado en su cuerpo. Su olor era muy agradable, parecía una fragancia única e importada. Me hacía quedar aún más encantado por ese hombre que nunca imaginaría quedar de esta forma. Matthew ni siquiera lo creerá.

Por la noche, acordé encontrarlo para salir un poco, August había salido a comer fuera y a mí no me gustaba quedar solo en casa.

Me arreglé más de lo normal, era difícil contener mi emoción. Nunca sentí por nadie ese sentimiento que estoy teniendo por August. Salí en el carro junto con Matthew que había ido a buscarme en casa.

—Por un momento pensé que estabas yendo a una fiesta.

Él comenta al volante.

—Pero estamos saliendo para un lugar de cualquier manera. No puedo andar de cualquier forma.

No pareció muy convencido.

—¿O será que sucedió algo para haberte dejado animado?

Acabo riendo.

—Iré a contar así que lleguemos.

—Creo que sé hasta lo que puede ser en razón de esa tu sonrisa tonta.

Matthew tenía el poder de conseguir descifrarme. Al menos él me conocía bien. Nos sentamos a la mesa reservada. Pedimos primero un coctel para iniciar. Creé coraje y conté.

—Estoy realmente enamorado de August. ¡Me está gustando mucho él! ¡La química que tenemos es increíble!

A mi amigo le faltó escupir todo lo que había tragado en el momento en que se atragantó. Pensé que él iría a quedar feliz, pero muy por el contrario.

—Gael, ¿tienes consciencia de dónde te estás metiendo? ¿Justo él que es un hombre difícil de saber lo que se piensa? ¿De verdad crees que él va a admitir también gustar de ti por más que estén en un clima de estar?

Él está reflejando a Adrian, pero lo contrario es que Matthew es mi amigo.

—¡¿Hasta tú?! ¡Pensé que quedarías de mi lado!

Alteré un poco mi voz, ya estaba quedando estresado. Nadie concordaba conmigo.

—Sabes lo que sucedió en el pasado. Solo no quiero que tropieces de nuevo y quedes más lastimado de lo que ya estuviste.

—Pero será diferente —Rebatí la situación— Siento que él está poco a poco gustando de mí.

Este asunto estaba casi para entrar en una discusión. Ya había personas asistiéndonos de palco.

—¿Él ya dijo eso "Creo que estoy gustando de ti"? ¡Con certeza no! Conozco cuando alguien quiere solo divertirse y jugar. Estás cometiendo el mismo error, siempre intentando hacer que a los otros les gustes. ¡Importando más con eso que contigo propio!

Hice mención de golpear el rostro de Matthew cuando volví a mi consciencia de lo que estaba por suceder si esto continuaba.

—Basta —Tomé un último trago— No quiero más tener este asunto. Lléveme para casa ahora.

Me levanté, por unos minutos aún sentí las palabras de Matthew atacarme.

—Disculpa Gael, como tu amigo solo no quiero que sufras nuevamente. Puedes estar cierto, solo me precipité.

Balanceé la cabeza de arriba abajo intentando comprenderlo.

—Entonces vámonos. Estoy cansado.

Así que llegué, noté la luz encendida de la sala y August sentado al sofá moviendo en ciertos papeles. Notó mi presencia y me encaró.

—¿Dónde estuviste?

—Salí con Matthew.

Él analizó mis ropas.

—Pensé que hubieses ido a una fiesta.

Me aproximé en pasos lentos, solo conseguía pensar en besarlo para mandar todos los pensamientos mierdas irse. August tiene que gustar de mí, por qué yo no sé más qué hacer.

—Bésame.

Pedí con gesto cariñoso y suave sentando en las piernas de él.

—Pareces abatido —Él comenta analizando mi rostro— no iré a preguntar el motivo porque no es de mi cuenta.

Él apenas aceptó mi pedido y comenzó un beso calmo intensificando poco a poco. Era solo eso que yo necesitaba hasta el momento. Sentir el calor de su cuerpo y el gusto de su toque.