Presencia Maligna

Obvio, la policía tachó de loco al doctor. Y él no quiso insistir más por temor de que pudieran encarcelarlo por loco.

"Aunque es domingo, tal vez mañana ya estén aquí", pensó el doctor y se tranquilizó un poco.

El doctor estaba en su casa tratando de encontrar una solución.

De pronto recordó que tenía un amigo que era policía y era muy eficiente él le debía varios favores.

Fue a verlo.

Hola, Moro, ¿y ese milagro que viniste a ver a los amigos olvidados?

Pues necesito que me des una mano, ¿cómo ves?, ¿podrás?

Y, ¿qué es lo que quieres que haga por ti?

El doctor Moro le explicó todo a grandes rasgos.

¿Entonces piensas que la madre de ese niño lo tiene dormido a propósito?

Eso es un decir, yo más bien creo que lo tiene en coma según lo que me platicó Shanan antes de perder comunicación con ella.

¿Hace cuánto de eso?

Bueno, Shanan se fue hace dos meses, pero Irina y Mateo se fueron apenas el viernes en la noche. Aunque no sé si estén en la misma casa que Shanan.

Y tú quieres que vaya a esa casa y busque a la señorita Shanan, al niño y a la señora, ¿verdad?

Y de paso checar si están Irina y Mateo.

¿Tienes fotos de los que me acabas de decir?

Sí, ellos siempre se están tomando fotos y luego me las mandan. Mira, ella es Shanan. Y estos son Irina y Mateo.

Esto que quieres que hagas no va a ser tarea fácil. Según sé, esa casa está llena de misterios. He oído muchos rumores de que en esa casa habitan muchos fantasmas. Incluso la gente ha llegado a asegurar que siempre escuchan ruidos raros en esa casa.

Cosme, no me digas que le tienes miedo a los fantasmas. Para mí, los fantasmas no existen, dijo el doctor Moro.

Ni para mí tampoco, pero acuérdate ese dicho que dice "cuando el río suena es porque agua lleva".

A mí no me vengas con esas estupideces de los malditos refranes. Yo lo único que sé es que tres empleados míos puedan estar en peligro.

Está bien, cálmate, investigaré.

Y, ¿estás seguro que esos empleados tuyos fueron a buscar a Shanan?, así se llama, ¿verdad?

Pues seguro no estoy, pero ellos me mandaron un mensaje muy raro. Según el mensaje que me envió Mateo dice que él se enamoró de Irina y se fueron a vivir juntos, pero yo la verdad no creo es muy raro todo esto. Algo me dice que hay algo malo en todo eso.

¿Se fueron a vivir juntos?

Bueno, no precisamente, en el mensaje dice que se enamoró y que se iban a tomar unos días, pero, pues yo me imagino que se fueron a vivir juntos, así lo interpreté.

¿Y qué tiene de raro todo eso?, preguntó Cosme, que no entendía las palabras del doctor Moro.

Es una historia muy larga de contar. Mateo siempre ha demostrado una atracción hacia Shanan. Aquí lo raro es que de buenas a primeras salga con que está enamorado de Irina, ¿sí me explico? Entonces, lo que yo pienso es que alguien lo obligó a escribir eso.

Bueno pues no se hable más del asunto, inmediatamente iré con mis hombres a investigar esa casa.

.

.

Al parecer la conexión de la luz estaba fallando porque se iba constantemente.

En ese momento alguien entró al cuarto de Shanan y le puso una almohada en la cabeza.

Shanan sintió ahogarse, luchó con todas sus fuerzas para librarse de ese ataque.

Lo que fuera que la estaba asfixiando era más fuerte que ella.

Ella perdía fuerzas cada vez más.

De pronto, cuando sentía que ya no había más que hacer, despertó.

"Creo que fue una pesadilla, pero se veía tan real, ¿me estaré volviendo loca?"

Como era de esperarse la borrachera se le pasó en un instante.

Había una oscuridad reinante y Shanan se desesperaba porque no podía ver más allá de sus ojos.

Sentía una presencia extraña pero no podía descubrir qué era.

No había podido encontrar la llave que pudiera liberarla de esa casa enorme tan llena de misterios.

Y, luego estaba lo de Paquito que no daba señales de vida, después de la última vez que movió los dedos ya no había vuelto a hacerlo.

Shanan se sentía terriblemente mal. De pronto, en una esquina del cuarto apenas perceptible algo brillaba.

Shanan se acercó y tomó con cautela eso que brillaba.

Era un cuaderno de pastas plateadas y gruesas. Eso explicaba que brillara levemente.

Al abrirlo bajo la luz de la linterna descubrió que era un diario, la fecha que venía ahí en la primera línea según las cuentas que hizo Shanan fueron escritas alrededor de 70 años o más.

"¿Cómo llegó esto aquí si ni siquiera lo había visto?", pensó.

Shanan se sentó en la pequeña silla que tenía en su cuarto y empezó a leer.

"Querido diario: Me siento atrapada en esta enorme casa, mi esposo me golpea cada que le da su gana. Y yo, sin poder evitarlo desquito mi coraje con mis pequeños hijos que no tienen la culpa de nada. He tenido pensamientos suicidas hacia mi persona y hacia mis hijos, yo sé que estoy mal, sin embargo, ya no puedo más".

"He sentido que cada que mi esposo llega borracho arremete contra mí, pero yo creo que una fuerza maligna habita en él. Lo veo en sus ojos. Es algo así como un monstruo, no sé como decirlo. Como si estuviera poseído".

Shanan dejó de leer porque sintió que un escalofrío le recorría la espalda.

Al ver hacia la puerta vio a Paquito de pie en el quicio de la puerta.

Shanan alumbró con la linterna, pero no había nadie.

"¡Dios mío!, esto no está pasando, no es real", se dijo no muy convencida.

Luego, corrió al cuarto del niño, él seguía postrado en la cama. Al parecer él seguía sin poder moverse.

Shanan lo fue a ver más de cerca.

"¿Qué misterios se esconden en ti, Paquito? ¿Por qué no quieres despertar, qué es lo que intentas decirme?".

Shanan tenia miedo a lo desconocido. La estancia en esa casa estaba acabando con su cordura. Creía ver cosas. No estaba muy segura de que no fuera real lo que veía.

Sin embargo, el miedo que sentia sí era real.