{Publicaciones los LUNES/MIÉRCOLES/VIERNES}
Elizabeth era una mujer adulta que vivía sola y gozaba a pleno de su sexualidad, cuando muere por un accidente de tránsito, reencarna en un libro de época antigua que leyó antes de morir. Ella al saber cómo se darán las cosas, comienza a preparar y claro, a formar su propio harén, porque ¿para que conformarse solo con uno cuando se puede tener a seis?. Elizabeth tendrá que enfrentar muchas cosas y personas para lograr sus objetivos, además de enfrentarse a la diferencia de época y creencias sociales...
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Capítulo 5
Cuando Harriet salió del baño, Elizabeth ya la estaba esperando con la ropa preparada y la comida calentita.
La ayudo a vestir con paciencia para luego sentarse a comer juntas en la cama.
-Muchas gracias señorita Elizabeth por todo lo que ha hecho por mí, no estaba obligada a nada y aun así me está tratando como a la realeza - agradeció ahora más tranquila y de corazón
-No hay de qué señorita Harriet - le sonrió ella - ahora dígame, ¿qué hacía usted sin sus guardias y una dama de compañía? Porque me he dado cuenta de que es usted una señorita noble
Harriet se sonrojó y agachó la cabeza
-Me escapé de mi casa - confesó en un susurro
-¿podría saber el motivo? - preguntó curiosa Elizabeth. Harriet asintió suavemente
-Mis padres, los condes Miller me querían casar con un vizconde - hizo una breve pausa para sonarse la nariz - pero ese señor me triplica la edad, yo no quiero casarme con ese viejo, por eso huí de casa - contaba sollozando Harriet
-Oh Harriet, de verdad que siento escuchar mucho eso, debería ser ilegal casar a los hijos a la fuerza - comentó molesta Elizabeth maquinado un plan en su cabeza
-Así que ahora no sé que hacer, no quiero volver para que me usen de moneda de cambio - lloraba ella
-Tengo una idea Harriet - exclamó contenta Elizabeth mirando a su nueva amiga - sé mí dama de compañía, al menos de momento, hasta que encuentres a alguien que de verdad ames y puedas casarte con él, ¿qué opinas? - preguntó ansiosa
-¿Qué que opino?, ¡por Dios Elizabeth!, me salvarías la vida nuevamente - exclamó sorprendida y fascinada -¿pero qué dirán tus padres?
-No te preocupes por eso, si vos aceptas, yo voy ahora mismo a hablar con mi padre - se levantó de cama, acercándose a la puerta
-Por supuesto que quiero hacerlo, espero que tus padres no estén en contra - respondió entusiasmada Harriet, cruzando los dedos en forma de oración
Elizabeth le dedico una última sonrisa llena de esperanza antes de salir de cuarto, para dirigirse al despacho de su padre. Una vez la dejaron pasar, le contó a él la situación, relatando en la forma en que la encontró y lo que los condes pretendían hacerle. El duque era un hombre bueno, que despreciaba a las familias que usaban a sus hijos como monedas de cambio, él no haría eso con sus hijos jamás y si había alguna posibilidad de salvar a esa jovencita de un destino así de horrible, lo haría, por lo que sin dudarlo, la aceptó de inmediato como dama de compañía de Elizabeth. Además, también la felicito por su enorme corazón.
Elizabeth volvió al cuarto y le comentó a Harriet y Nina lo que había hablado con su padre. Las tres chicas se abrazaron contentas.
-Hay unas cosas que debes saber - dijo de pronto Elizabeth mirando seriamente a Harriet - esta casa no es como el resto, y mi familia tampoco es como el resto - y así, le contó todo lo que sucedía en el ducado con respecto a la duquesa, su hermana y la indiferencia de su hermano. Le contó como la habían tratado antes y como eran las cosas ahora, era importante que estuviera al tanto de todo.
-Entiendo Elizabeth, gracias por contármelo, te prometo que tendré mucho cuidado y te voy a ayudar en todo lo que me pidas - respondió feliz Harriet, haría hasta lo imposible por complacer a su nueva amiga
Más tarde, ambas jóvenes tomaban el té en el jardín, cuando los sirvientes anunciaron que tenían visita. Elizabeth se extrañó, pero dio el permiso de que lo hicieran pasar.
Un joven de cabello azabache y ojos azules pasó al jardín frente a ellas, era muy atractivo, de porte elegante.
Caleb Miller
-¡Caleb! - exclamó Harriet entre sorprendida y feliz - ¡hermano!, ¿cómo me encontraste? - preguntó ella abrazándolo, y él le devolvía el abrazo
-Me acabo de enterar de lo que nuestros padres intentaron hacerte Harriet, y de que huiste de casa - comentó él preocupado - dime, ¿estás bien?
-Estoy bien hermano, la señorita Elizabeth me ha salvado, es una joven de gran corazón que no dudo en ayudarme cuando estaba en peligro - presentó a Elizabeth con su hermano Caleb, que desde que entró no pudo apartar la vista de ella.
Caleb soltó a su hermana y se dirigió a Elizabeth. Le tomó una mano y muy galante se la besó.
-Señorita, le voy a estar eternamente agradecido por el apoyo que le ha dado a mi adorada hermana menor - agradeció él muy coqueto
-No ha sido nada joven Miller, he actuado como lo haría cualquier persona decente - respondió Elizabeth humilde mientras se sonrojaba por las atenciones del bello joven
Él le dedico un par de miradas más, que ella correspondía también coqueta. Luego él se volteó hacía su hermana, que era su viva imagen, excepto por el color de los ojos, ella tenía el pelo negro azabache y ojos cafés, como su padre.
-Harriet, ahora debemos preparar las cosas para huir, empezaremos de cero, muy lejos de nuestros padres, dónde no puedan obligarte a casar con nadie que vos no quieras - anuncio él resignado
-Hermano, eso ya no será necesario - explicó ella contenta - la señorita Elizabeth me ha ofrecido ser su dama de compañía y su padre, el duque lo ha aceptado. Además me ha dicho Elizabeth que cuando encuentre a la persona indicada para mí, me podré casar con él sin ningún problema
Caleb se sorprendió muchísimo, era demasiado lo que aquella joven estaba haciendo por su hermana y también por él, ya que estaba dispuesto a abandonar todo para huir con su hermana a una vida incierta.
-¡Oh señorita Elizabeth!, ahora de verdad que no tengo como agradecerle, es usted un ángel y ahora mi hermana y yo le estamos en deuda - la alababa él en serio - quiero que sepa que usted cuenta conmigo para lo que sea, cuando sea