La Protegida De La Bratva

Luego de cenar, mi tía se llevó a Selene a dormir, últimamente prefería cantarle canciones y que se durmiera en sus brazos. La conexión entre ellas era tan hermosa que por momentos creía que era mi madre quien la mecía suavemente en sus brazos y debo admitir que mi madre la hubiese amado y cuidado igual que ella lo hacía.

Supongo que tienes preguntas- creo que jamás me acostumbraría al tono de su voz, ya que nuevamente me sobresalte en mi lugar.

Prepararé café- dije sin mirarlo dirigiéndome derecho a la cocina.

Me aferré a la mesada mientras dejaba que el agua se calentara en el fuego, pensaba en como decirle las cosas que por mi mente pasaban, pero tenía miedo. Nunca en mi vida me habían permitido opinar y cuando lo hacía los golpes eran mi castigo, aún conservada ciertas cicatrices en mi cuerpo qué no podía mirar cuando me ponía delante de un espejo. No importaba cuando fuerte me volviera mi tía, esa sensación de que recibiría en cualquier momento una paliza no se iba.

Llene cuatro tazas con café y las puse en una bandeja, llegue al comedor y solamente estaba él esperando en la mesa, mi tía no había bajado aun y el otro hombre se había esfumado.

Supuse que era mejor que habláramos solos- me dijo en cuanto vio como con la mirada buscaba a alguien.

Le entregué su taza y me senté frente a él, quería evitar que me viese temblar, pero era imposible, su sola presencia me estremecía todo el cuerpo.

No temas, solo hablaremos- extendió su mano y tomo la mía apretándola con fuerza para darme valor.

¿Qué deseas saber?- le pregunte aún sin mirarlo.

Todo y también que opinas de mudarse conmigo- sentía sus ojos penetrantes observarme con curiosidad.

Mi padre pertenecía al grupo cercano del jefe de la Mafia Griega, el señor Ian, ellos se conocieron cuando eran jóvenes y formaron una amistad, pero mi padre tenía problemas con el juego y al final termino dándome como pago de sus perdidas. Como el señor Ian no tiene hijos varones, solo mujeres, me obligaron a casarme con su sobrino mayor, Iván. Mi madre sabía por las malas lenguas de lo explosivo que podía ser y me advirtió qué a pesar de que mi padre no aceptara ayudarme ella siempre haría todo lo que pudiese por mi seguridad- si mi madre lo había intentado, las lágrimas por ese recuerdo caían salvajemente por mis mejillas -ella lo intento ¿sabes? Vio unos moretones un día que me estaba cambiando en mi pieza, quiso hablar con mi padre, pero él le dijo que a las mujeres debían amansarnos cuando no éramos dóciles, al igual que a los perros. Ese día Iván vino por mí a la noche, me llevaría a cenar, mi madre lo enfrento y le dijo que si veía un solo golpe en mi cuerpo de nuevo le diría a su tío y cancelaría el matrimonio- un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al recordar la gélida mirada que Iván le dio -a la semana siguiente, mis padres salieron a una junta y en un barranco sus frenos fallaron y cayeron, durante el entierro, mientras yo lloraba en el piso, Iván se agachó a mi altura y sin que nadie lo oyera me aseguro que eso le pasaría a cualquier persona que intentara amenazarlo de nuevo- explote en llanto, mi madre, mi santa madre había muerto por mi culpa y cargaba con eso desde aquel día, al igual que ahora también cargaba con la muerte de Sasha y de su novio -mi padre cambió todas las posesiones a nombre de Iván, asegurándose de que si el día de mañana decidía dejarlo me quedaba en la calle por no tener nada. Soporte cosas que ninguna persona debería soportar, y ahora que puedo vivir una vida tranquila y darle paz a mi hija, usted pretende que nos mudemos a su casa y nos insertemos en su mundo nuevamente ¿por qué?- vi como se tensaba en su silla y se preparaba para contestar pensando bien que palabras eran las adecuadas para decirme.

No puedo decir el porqué quiero protegerlas, creo que aún ni yo mismo lo sé, pero si hay algo que mi padre siempre me dijo es que a las mujeres hay que cuidarlas como si fueran la flor más exótica del desierto. No espero que confíes en mí, más conociendo tu pasado, pero si ten plena seguridad de que jamás alguien se atreverá a tocarte un pelo y quien lo haga, no vivirá para contarlo- la amenaza en su voz me hizo sentir algo que solamente mi madre me hacía sentir.

Ellos sabrán que nos cuidas y vendrán por nosotras, Iván no es el único monstruo, su hermano Ikanor es muchísimo peor- le dije temblando al recordar a mi cuñado.

Conejita, ellos podrán ser monstruos, pero yo soy el diablo- una sonrisa se dibujó en su cara y debería haberme dado miedo; sin embargo, me dio seguridad.

tú no los conoces- le dije agachando la mirada.

Ni tú me conoces a mí y mucho menos a tu tía, nosotros no aceptamos la violencia contra las mujeres y los niños y te puedo asegurar que aún viniendo con toda su tropa, aquí ellos no podrían tocarte- la seguridad que emana de todo su cuerpo me cubre como un manto cálido.

¿Qué quieres decir con que no conozco a mi tía?- pregunte dejando de lado el miedo que tenía a esa respuesta.

Soy la asesina y torturadora número uno de la Bratva, también me especializo en informática y soy Hacker- la voz de mi tía resonó en el comedor.

El otro hombre también había ingresado por la misma puerta que ella y mi mirada saltaba entre los tres esperando que dijeran qué eso era una maldita broma.

Escucha con atención Ali, tu padre te condenó a una vida con ellos y solo se sale de una manera de este mundo y es en un cajón, yo entrene personalmente a estos dos y puedo asegurarte que cuando dice que son las protegidas es porque así lo serán y lo que no pude hacer por tu madre juro por cada gota de sangre qué hay en mi cuerpo qué lo haré por ustedes- me abrazo ni bien se acercó a mi lado, había escuchado aquella parte de la historia que jamás le había contado y sabía que más allá del dolor por perder a su hermana, había también ira en su cuerpo.

Entonces está decidido, mañana mismo se vienen a mi casa- dijo sonriendo Darko.

Espera un momento muchacho ¿qué ocurrirá con Bianca?- mire como esa sonrisa se borraba ¿quién era Bianca? Y la pregunta más importante ¿debía preocuparme por eso?.