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JUEGOS PICANTES "Volver A La Soltería"

JUEGOS PICANTES "Volver A La Soltería"

Status: Terminada
Genre:Elección equivocada / Traiciones y engaños / Amor-odio / Mujer despreciada / Secretos de la alta sociedad / Venganza de la Esposa / Completas
Popularitas:183.3k
Nilai: 5
nombre de autor: ARIAMTT

🔥 JUEGOS PICANTES: Volver A La Soltería 🔥

Cuatro mujeres.
Un pacto:
Nada de lágrimas por idiotas.
Solo risas, copas en alto…
Y nuevas reglas en la cama.

El juego cambió.
Y ellas están listas para ganar.

JUEGOS PICANTES: Volver a la soltería.
Una novela para reír, gozar y recordar quién manda.

NovelToon tiene autorización de ARIAMTT para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

14. ¡VOLVER A LA SOLTERIA!

NARRADOR OMNIPRESENTE.

La puerta se abre de golpe y Monic baja a toda prisa. Frunce el ceño al ver el caos frente a la casa de su amiga.

—¡¿Pero qué carajos está pasando aquí?! —grita, acercándose a Leticia y Marilyn, ignorando las miradas de los vecinos chismosos.

Leticia aprieta la mandíbula, su cuerpo aún vibrando de rabia contenida.

—El perrø miserable… hijo de puta de Mateo, mandó tirar mis pertenencias como si fueran basura.

Monic parpadea. Mira a su alrededor. La ropa de Leticia tirada en la acera, mientras los trabajadores de la mudanza siguen sacando cosas sin el menor cuidado.

A la señora Andrea sollozando junto al portón.

Luego, sus ojos se estrechan de manera peligrosa.

—Hijo de puta.

Sin decir más, avanza con paso decidido hacia uno de los trabajadores. El hombre, un tipo fornido con cara de fastidio, la mira con desinterés.

—Ustedes —ladra Monic, señalándolo con el dedo—. Entréguenme la orden de desalojo. Ahora mismo.

El trabajador la observa con burla.

—¿Y usted quién es?

Monic saca su credencial del bolso y la levanta en su cara.

—Monic Benavides, abogada de Leticia Casallas. Dame la maldita orden.

El tipo levanta las manos en un gesto de paz y saca un folder arrugado de su bolsillo trasero. Se lo entrega sin mucho interés.

Monic lo agarra con fuerza y lo despliega con rapidez. Su mirada escanea el documento, y en cuanto llega a la firma final, siente cómo el estómago se le revuelve.

Su cara se endurece. Sus ojos lanzan fuego.

—No puede ser…

Aprieta el papel entre los dedos y regresa junto a Leticia y Marilyn con una expresión de incredulidad y furia pura.

—¿Qué dice? —pregunta Leticia, aún tratando de contener las ganas de incendiarlo todo.

Monic suelta una carcajada amarga y agita el documento frente a ella.

—Está firmado por el abogado de Mateo… El mariposón de mi exmarido.

Leticia abre los ojos con sorpresa, pero el enojo es más fuerte que cualquier otro sentimiento.

—Ese maldito…

—No podemos hacer nada —dice Monic, exhalando con frustración—. Mateo lo hizo bien. Legalmente, él tiene el control de la casa… y todo gracias a tu estupidez.

Monic respira hondo y añade:

—Amiga, sé que no es el momento, pero si no lo digo, me ahogo… Te lo dije mil veces: controla tus impulsos. Y mira. —Le enseña el documento—. El micrøp£ne sí que lo supo aprovechar.

Leticia cierra los ojos, sintiendo cómo la ira se le sube hasta las sienes.

—¡Bueno! ¡Un error lo comete cualquiera! —dice exasperada— ¿Me van a decir que ninguna de mandó una cagada estando enojada?

Monic la mira. Suspira y niega con la cabeza.

—Levanta lo que puedas y nos vamos. Ahora.

Sin discutir, Leticia se agacha y recoge lo que puede cargar: una caja con documentos, algunas bolsas de ropa, un par de zapatos de diseñador que se niega a dejar atrás. Marilyn la ayuda en silencio, aún en shock por su propia tragedia.

Justo cuando Leticia está por abrir la puerta de su auto, una voz indeseada la detiene.

—Lo siento, señora —dice uno de los trabajadores, con una sonrisa de superioridad—, pero ese ya no es su auto. Si se lo lleva, consideraremos que se lo robó.

La última gota.

Leticia siente que su visión se nubla de pura rabia. Su cuerpo actúa antes de que su mente lo procese y se lanza contra el hombre con la intención de arrancarle la cabeza.

—¡Desgraciado hijo de...!

Pero antes de que logre su cometido, la abogada, la atrapa por la cintura y la aleja de un tirón.

—¡Suéltame, Monic! ¡Voy a matarlo!

—No! —Monic la sujeta con más fuerza, mientras Leticia patea el aire como una fiera enjaulada—. ¡No le des el gusto! ¡Ya perdiste la casa, no pierdas tu libertad también!

Leticia se resiste un momento más. Al final deja caer los brazos con frustración. Su respiración es agitada, su cara enrojecida por la impotencia.

—Maldito imbécil —escupe entre dientes.

Monic la suelta, asegurándose de que no vuelva a lanzarse contra el trabajador.

—Suban al auto —ordena con cansancio.

Las tres mujeres, agotadas, derrotadas pero aún con rabia latente, se meten al coche de Monic.

—¿Y ahora qué? —pregunta Leticia negándose a mirar atrás.

—Necesito pensar... —le responde Monic.

Mira a su amiga en el asiento del copiloto y luego a Marylin por el retrovisor.

—Yo necesito un trago —murmura la rubia.

—Apoyo ese comentario... —bufa Marylin.

—Bueno, nadie dijo que no se puede pensar en un bar...

Monic conduce el auto por la ciudad, aunque al mirar el marcador de gasolina, decide que lo mejor es ahorrar.

La verdad, ninguna de las tres tiene mucho dinero, y sabe que, mientras duren los juicios, pasarán una larga temporada de sequía.

Estaciona frente a un bar que muestra en su ventana un cartel que dice "si tuvo un mal día, pida un trago gratis."

"Bueno, veremos cuántos tragos nos dan por el infierno de día que llevamos..." piensa mientras se baja del auto.

Para ser temprano en la tarde, el lugar está abarrotado de gente. Pero hay una persona en particular que no pasa desapercibida para las tres mujeres.

—¿¡Tú!? —grita Leticia al ver a la morena en la barra, cómodamente sentada y con un trago en las manos.

—Pero mira nada más... —responde Lola levantando la voz—. Nada más ni nada menos que las chicas superpoderosas...

Marylin se frota las manos nerviosa, mirando al suelo. Monic pone los ojos en blanco y se acerca a la barra a pedir unos tragos.

Leticia... bueno, ella está decidiendo si saltarle a la yugular a la zørra de la amante de su ex marido antes o después de tomarse unos tragos. Ya saben, para culpar al alcohol de sus actos violentos.

—¡Oye! No me mires así... —gruñe Lola dándose cuenta de la intención de la rubia—. Tuve un día de mierda y no tengo ganas de pelear.

—¿Ah... sí? —Leti se cruza de brazos frente a ella—. ¿Acaso tú firmaste tu propia sentencia de muerte? ¿O te corrieron de tu casa y te sacaron a tu hija? ¿O... Lo que sea que le hayan hecho a Monic...?

Pregunta Leti sin detenerse, enumerando las preguntas con los dedos.

—Pues... mi ex incendió mi casa, ¿sirve?

Leticia la mira de arriba abajo y lo entiende. Ya no importa si Lola fue amante del inútil y pito corto de Mateo. Lo único relevante ahora es que son cuatro mujeres desamparadas.

—Sí, sirve —dice, sentándose en el taburete junto a Lola.

El teléfono de la morena resuena insistentemente. Lo toma con una mezcla de miedo y rabia, suspirando. Por el tono, sabe que es su ex.

—Ahora, ¿qué querrá el imbécil? —bufa.

—Aló.

📱—Mira el correo, bruja... Solo firma y dile a tu papito que, si no quiere verte en la cárcel, quite sus cláusulas y me ceda la casa —dice Milton antes de colgar.

Su tono sarcástico hace que Lola tiemble de rabia.

Con los dedos temblorosos, desliza la pantalla del teléfono, abre el correo y lo lee con rapidez.

Leticia le hace una seña a Marilyn para que se acerque. Monic llega con los tragos.

—Hijo de puta... Ahora estoy peor que ustedes. El perro me quitó la custodia de mis hijos, quiere mi casa... y encima una pensión de por vida.

—¿¡Quéee!? —gritan todas al unísono.

Lola les muestra el correo.

Monic toma el teléfono, observa la firma al final del documento y chasquea la lengua.

—¡Maldito homosexual, sí que salió rencoroso!

Lola bebe de un solo sorbo el trago que tiene.

—Bienvenida al club de las desafortunadas... —dice Leti, mirándola con compasión.

—Quita esa puta cara de lástima si no quieres que te la parta en dos —gruñe la Morena.

La Rubia levanta las manos en son de paz.

—Sonrían... debemos brindar por !VOLVER A LA SOLTERÍA! —añade Monic, intentando bajar los ánimos.

—Cierto... —responde Leticia, alzando su copa.

—¿Así que todas sin techo? —pregunta Lola.

Marilyn se encoge de hombros y responde:

—Sí. Ahora todas somos indigentes.

Lola sonríe y levanta entre sus dedos la llave de la propiedad que su hermano le entregó esa mañana.

—Bueno, si me ayudan a limpiar... podrían tener un lugar para dormir esta noche.

1
Ninoska Puertas
Así que Eduardo dejó a Mónic porque su tío enfermó, pero él le pidió al desgraciado de su hermano que la protegiera, pero el muy desgraciado se aprovecho de que estaba sola y le propuso que se casaran, traicionando así a su hermano, robandole el amor de su vida
Ninoska Puertas
Si Mónic, con todo este enredo de esas dos autoras locas al escribir su historia, la que se ganando eres tú, ya que tus hijos tienen un excelente padre, y no un mariposón corrupto, o un drogadicto, o un parásito mantenido
Ninoska Puertas
Qué verdad tan grande a dicho el señor Arístides, ellos las aman, ya las perdieron una vez por lentos, ahora andan desesperados y no las dejarán ir
Ninoska Puertas
Eso es verdad, es muy fácil decirlo, pero hacerlo, hacerlo es lo complicado
Ninoska Puertas
Mónic, Eduardo no se prestó para eso, él no sabía que estuvo contigo hasta hace poco, a él al igual que a ti lo drogaron para que estuvieran juntos
Ninoska Puertas
Si, ellos intimidaron, porque el mariposón de Miguel los drogó, y así Mónic quedara embarazada
Ninoska Puertas
Lo que es la genética. Mónic cada uno de tus hijos saco características de Eduardo, como para que te des cuenta que es él el padre y no el mariposón de Miguel
Ninoska Puertas
Con la mandíbula en el piso te quedaras tú y todas cuando Eduardo te confirme que él si es el padre de tus hijos
Ninoska Puertas
Menos mal que el señor Arístides, no es de esos señores machistas que ve con mala cara que las mujeres estén con hombres antes de casarse, y las echan a calle
Ninoska Puertas
Si Lola, tienes esos niños sin de Eduardo, pero no son producto de una infidelidad que tuvo Mónic, sino por culpa del mariposón de Miguel, que los drogaba para que estuvieran juntos, y así él no tocaba a Monic
Ninoska Puertas
Qué pasó Mónic, por qué te pones tan roja, así sería lo que hiciste con Eduardo, que te da tanta pena. Ay picarona que deja vu tienes desde que tuviste con Eduardo?
Ninoska Puertas
Dios, la competencia entre Lola y Lety por ser la más imprudente y ocurrente con comentarios cargados, está difícil, ya que las dos son peligrosas con lo que dicen.
Lola le dice a Mónic que ya está en el horno, ya que está en sus genes quedar embarazada de una
Ninoska Puertas
Lety, te pasas como vas a decir eso delante del señor Arístides, que pena. Pero es la verdad, Mónic no podía oler calzones porque salía embarazada
Ninoska Puertas
Qué raro Mónic y Lety cuchicheando, y Mary encerrada en su mundo
Ninoska Puertas
Eso es Lola, es muy inteligente, decidida y sobretodo rebelde, así que no tienes porqué estar celosa
Ninoska Puertas
Lola está celosa de Lety, pues, según Lola, Lety tiene todo lo que él señor Arístides ver en su hija.
Lo que ella no sabe es que su papá la ama con locura así como es
Ninoska Puertas
Lety siempre con una Diva, siempre impone
Ninoska Puertas
Chicos por qué no le dicen que la vaya a buscar, que no se aleje
Ninoska Puertas
Bairon, tú no estás escuchando que ella se siente así es porque tú no la ves como mujer, que lo que ella quiere es que tú estés a su lado, que la hagas sentir mujer, no que te alejes, eso le destruiría completamente, así que no seas tonto, y ve a buscarla y hazla tuya de una vez, pero antes le das el anillo, para que no tengas problemas con tu padre 🤭
Ninoska Puertas
Ay Bairon, ella se siente así desde que las chicas comenzaron a tener intimidad con los chicos y tú ni te le insinuabas, haciendole creer que ella no valía nada
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