Está es la historia de una joven pastelera que anhela desde el fondo de su corazón tener su propia confitería y deleitar al mundo con sus inigualables sabores; pero su sueño se verá interrumpido cuando en un evento muy importante se entrega a un desconocido. Desde ese momento su vida cambia por completo al descubrir que está embarazada y su hijo se convierte en su única y mayor prioridad. Sin embargo cinco años más tarde, Trevor Hamilton, el padre de Dylan, reaparece en sus vidas intentando reconquistar a su hermosa morena y formar la familia que tanto anhelaba, desestabilizando así la armonía en la vida de Carolina.
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Capítulo N° 14
Karen estaba muy entretenida probando los pastelitos y por supuesto todos los de chocolates fueron sus favoritos y deseaba seguir probando más delicias ya que se le hacía agua la boca con tantos manjar dulce, cuando de repente entró Santiago al comedor, con su semblante serio y con una voz gélida que traspasaba los huesos de cualquiera pregunto
⎯ ¿No vieron a mi abogado?
⎯ No … amor, seguro está en el despacho.⎯ respondió Karen llevando un bombón a su boca y devorándolo de un solo bocado entonces él la miró sorprendido.
⎯ Karen, tienes la cara manchada. ⎯ se acercó y con una servilleta le limpio el rostro.⎯ Así estás mucho mejor. ⎯ dijo y beso sus labios.
⎯ Santiago, ¿quieres probar algo? ⎯ interrogó Carolina intentando hacer su trabajo.
⎯ Lo que ella elija, estará bien.
⎯ De acuerdo.
⎯ Si ven a Trevor, díganle que requiero su presencia en mi despacho.
⎯ Sí amor. ⎯ respondió Karen y siguió con la difícil tarea de decidir qué bocadillo escoger.
Luego de media hora, no había ni rastro de los postres sobre la mesa; entonces Carolina no tuvo más remedios que explicarle de que estaban rellenos cada uno de los pastelitos mostrando las fotos que guardaba en su celular, con gran emoción y dedicación ella terminó su trabajo y le preguntó.
⎯ Bueno ¿por cuál te decides?
⎯ ¡ Por todos!
⎯ Karen, debes escoger el sabor que más te guste.
⎯ No puedo, el chocolate es mi debilidad.
⎯ Ok, yo me encargo de hacer una mesa especial para Eva.
⎯ Gracias.
Carolina comenzó a recoger las cosas de la mesa, ya había finalizado la degustación, cuando se dio cuenta que Dylan no estaba a su lado.
⎯ ¿Y ahora dónde se metió?⎯ preguntó mientras miraba para todos lados. ⎯ Ese pequeño me va a matar.
⎯ Seguramente está con Trevor. ⎯ comentó Karen y vio como su amiga se desplomaba en la silla.
⎯ Tienes razón.⎯ Carolina se sentía frustrada, entonces se dejó caer sobre la mesa ocultando su rostro.⎯ Esto se va a volver complicado.⎯ murmuró.
⎯ Tranquila. ⎯ Karen se levantó de su asiento y fue a su encuentro.⎯ Quizás tener la ayuda de Trevor en la crianza de Dylan no sea tan malo después de todo ⎯ acaricio su cabello. ⎯ Dime, ¿cuándo fue la última vez que fuiste a una degustación sin el niño y la disfrutaste como recién? Sin preocupaciones, sin atender sus necesidades y hablar con un adulto sin interrupciones.
⎯ Cuando estaba embarazada.
⎯ Ves, no es tan malo.
Carolina levantó la vista y al ver la cara llena de golosina de su amiga interrogó con una ceja levantada
⎯ ¿Y a ti cuándo fue la última vez que te vino el periodo?
⎯ ¿De qué hablas?
⎯ No soy especialista, pero tu desesperación por el chocolate y al ver que comiste tú sola la degustación que prepare para cinco personas me hacen sospechar que estás embarazada.
⎯ ¡Eso es imposible! ⎯ caminó por el comedor analizando el punto de vista de su amiga. ⎯ Eva recién va a cumplir un año, yo no…
⎯ Mejor vamos a una farmacia, compramos un test y nos sacamos la duda.
⎯ No, Santiago recién se está acostumbrando a la idea de ser padre, no puedo hacerle esto.
⎯ No le haces nada. ⎯ se puso de pie y con firmeza le ordenó. ⎯ Ve a lavarte la cara, mientras voy a ver a Dylan.
Carolina salió al jardín, entonces mirando para todos lados buscaba a su niño hasta que oyó su voz que provenía detrás de la fuente, Trevor estaba sentado en el césped con las mangas de la camisa dobladas hasta su antebrazos y por debajo de la tela se le marcaban su bíceps trabajado, ella al verlo suspiro, ese hombre no estaba nada mal pero se concentró en su hijo. Dylan estaba con la cabeza apoyada sobre su pecho y de igual manera tenía remangada su camisa como su padre. El pequeño hablaba sin parar, ellos se estaban conociendo y Carolina no se animaba a interrumpir.
⎯ Entonces no tengo abuelos porque viven en el cielo, ¿están en esa nube?
⎯ Así es. ⎯ contestó el abogado y sintió un exquisito perfume mezclado con chocolate y supo que su pastelera estaba cerca.
⎯ Mis otros abuelos viven venosola … venzuela… algo así
⎯ Venezuela.⎯ aclaró Trevor.
⎯ Sí, eso. jajajaja.
⎯ ¿Y cómo son?
⎯ No sé, no los conozco solo hablo por celular y mi abuelo no me habla mucho y mi abuela me dice chocolatito lindo. Jajaja es muy chistosa.
⎯¿Quieres conocerlos?
⎯ ¡Si! Pero hay que ir en avión. ⎯ entonces explicó. ⎯ Vinisola queda muy lejos y es muy caaaroooo. Mi mami está ahorrando pero nos falta mucho dinero.⎯ dijo con tristeza.
⎯ Tengo una idea, voy a pedir unos días libres y si tu madre quiere, yo podré llevarlos de vacaciones.
⎯¿En serio?
⎯ Sí.
⎯ Le diré a mi mami que iremos de vacaciones.⎯ dijo y salió corriendo sin ver que su madre estaba del otro lado de la fuente.
⎯ ¡Espera! ¡Dylan regresa!
⎯ ¡Mamá , mamá …papá me va a llevar de viaje! ⎯ gritaba con todas sus fuerzas. ⎯ ¡Voy a ir en avión!
Trevor se estaba incorporando cuando vio una sombra de mujer que se aproximaba y supo que estaba en graves problemas, por la forma en que movía sus caderas supo que era Carolina así que simplemente se disculpó.
⎯ Lo siento, no pensé que reaccionaría así…
⎯ Descuida aún no lo conoces y es comprensible, solo espero que no sé ilusione ⎯ mira la casa con nostalgia.⎯ Todavía no puedo salir del país y mis padres no tienen los papeles en reglas para viajar.
⎯ Te vuelvo a pedir disculpas, me equivoque no debí ilusionar a Dylan con un viaje sin hablar antes contigo y mucho menos sin saber tu situación; sin embargo soy abogado y puedo agilizar esos trámites.⎯ comentó esperanzado.
⎯ No te preocupes. ⎯ ella se mordió el labio inferior, y busco su celular de su bolsillo. ⎯ Ten, agenda tu número. Estoy segura que ahora querrá hablar contigo todo el tiempo.
⎯ No me importa.⎯ él agarró el celular y agendó su número con un corazón en contactos.
⎯ ¿En serio? ⎯ pregunto y se sonrió.
⎯ Solo quería ver cuantos corazones ya existen en tu agenda.
⎯ ¿Qué edad crees que tengo? ⎯ interrogó de manera coqueta y luego al girarse le murmuró.⎯ A mis contactos para citas, los agendo con nombres de bombones.
Trevor la vio alejarse con una sonrisa en los labios, al final de cuentas no había sido tan malo su día, al contrario, era el mejor día de toda su vida y todo gracias a esa bella morena que se alejaba moviendo sus caderas y con su cabello suelto.