Todo tiene su final hasta los sentimientos.
Los hermanos Hayes eran demasiados diferentes, el uno era como un volcán a punto de erupcionar mientras que el otro era tan frío como el hielo.
Emily había estado enamorada toda su vida de Iason Hayes, el chico soleado, un rompecorazones total. Ella creyó que era especial para él, por lo que, cuando le dicen que se debe casar con uno de los dos hermanos ella lo elige a él. Sin embargo, luego de tres años de matrimonio llenos de amargura y malentendidos, Emily se da cuenta de que quizás había tomado la decisión equivocada y solo tal vez había elegido al hermano equivocado.
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Capítulo 14
Emily al final aceptó la oferta de la abuela debido a que sintió que no tenía nada que perder al alejarse por un tiempo de este lugar, además le serviría para sanar todas las heridas que mantenía ocultas dentro de su alma.
— Está bien, abuela, te haré caso por esta vez.
Ante su respuesta, la abuela se mostró feliz debido a que con lo terca que era Emily había supuesto que le tocaría esforzarse un poco más por convencerla.
Platicaron por un momento más mientras bebían algo de té, cuando ya no tenían nada que hablar y el reloj marcaba las diez de la noche, la abuela ordenó que prepararán una habitación para Emily hasta arreglar todo lo necesario para su partida.
Emily se dirigió hacia aquella habitación en la que se había quedado en el pasado que casi era considerada como suya, ella no se molestó en desempacar debido a que no lo creyó necesario, después de todo, ella solo estaba de paso y su destino era otro lugar.
Luego de salir del baño se miró al espejo por algún momento, tal vez demasiado del necesario antes de bajar la mirada y ver aquella fotografía que era similar a la que había destruido en la casa de Iason.
Ella suspiró por un momento antes de desarmar el portarretrato y sacar aquella foto que había guardado como si fuera un tesoro en el pasado.
Emily negó con la cabeza mientras miraba aquella fotografía que contenía la imagen de dos niños, bueno, de una niña gordita de unos siete años y de un joven que estaba entrando en la adolescencia. Eran Iason y ella. Emily lanzó un suspiro antes de arrugar aquella foto para luego tirarla al suelo tal como alguna vez fueron tratados sus sentimientos.
— De ahora en adelante todo estará bien, me esforzaré por ser feliz por mí misma — dijo mirando a la joven de ojos color miel que se reflejaba en el espejo, como si con aquellas palabras que salían de sus labios estuviera decretando algo.
Luego de aquello se acostó sobre la cama que era demasiado grande para una persona, pero que curiosamente la hizo sentir segura, así que durante toda la noche durmió de manera pacífica y ni los espectros o monstruos del pasado aparecieron en sus sueños.
Cuando despertó sintió que el cielo era más brillante de lo normal. Que sintió ganas de cantar, pero como si ella conociera sus virtudes decidió no hacerlo, después de todo no quería que la abuela pensará que había perdido la razón con su canto aterrador.
Por lo que Emily se contuvo y en vez de eso se preparó para partir lo antes posible hacia su nuevo destino.
La villa en la que vivía la abuela era como un bello paraíso escondido, estaba rodeada de árboles y pequeñas flores que la hacían ver cómo una casa encantada, nada comparada a la casa de Luka se encontraba en la que el ruido de los autos e incluso de los vendedores ambulantes era algo normal.
El tiempo pasó volando, que cuando menos lo espero Emily, ya todo estaba listo para su viaje, que casi se alabó las habilidades de la abuela. Sin embargo, antes de partir, ella decidió reinventarse así misma, por lo que el primer paso para lograr su objetivo era hacer un cambio de look.
Así fue como cambio por completo su guardarropa, que estaba repleto de ropas holgadas y demasiado serías para su edad por ropas juveniles y que se encontraban más a la moda. Su largo cabello que casi le llegaba hasta el trasero fue cortado hasta la cintura en forma de capas, lo que le dan un estilo más fresco e incluso se aclaró un poco el tono haciendo que casi parezca otra persona.
Por lo cual, cuando la abuela vio su aparición, no pudo cerrar la mandíbula durante mucho tiempo e incluso los lentes se los había puesto del revés, haciendo que Emily se sienta un poco avergonzada.
Aunque su cambio fue algo extremo, ciertamente su interior no había cambiado tanto, ella seguía siendo aquella chica a la que le faltaba algo de confianza, después de todo, aun sus heridas estaban frescas.
Sin embargo, ella ya había dado el primer paso que siempre era el más difícil de dar.
— Pero, ¿quién es esta belleza? — cuestionó la abuela mientras lanzaba un silbido de camionero, haciendo que Emily soltará una carcajada y empezará a hacer algunas poses ridículas.
La abuela sonrió con los labios apretados mientras pensaba en los tontos que eran sus nietos.
El uno era una escoria total que disfrutaba humillar a los demás mientras se disfrazaba de buena persona.
Mientras que el otro era un tonto que no sabía expresar sus emociones, por lo que todo el mundo lo veía como si fuera el diablo.
Al final, sería la perdida de ellos.
— Mañana te irás mi niña, espero que disfrutes tu estadía y hagas todo lo que alguna vez no hiciste, solo una vez se es joven mi niña, pero eso sí tenga cuidado con esos hombres escorias.
Emily sonrió mientras pensaba para sí misma que no era tan tonta para abrir su corazón al primer vagabundo que se le parara al frente.
— No tienes de que preocuparte, abuela.
Luego la abrazo como hubiese deseado hacerlo con su madre, la abrazo durante mucho tiempo como si quisiera llevarse consigo aquel calor maternal que le había dado esta maravillosa dama sin pedir nada a cambio.
— Te quiero mucho, abuela, te extrañaré — musitó tratando de contener sus emociones.
— Eres tan bonita que luego de unos días ni te acordaras de mí — comentó antes de agregar — Te quiero también mi niña, cuídate mucho.
Los sentimientos que tenía la señora Carla hacia Emily habían nacido del gran parecido que tenía esta con su difunta hija, incluso llegó a pensar que Emily podía ser parte de su familia, por lo que se mostró algo renuente al matrimonio de esta con Iason, sin embargo, el resultado de las pruebas de ADN le había demostrado que entre Emily y ella no había ningún vínculo. Por lo que ella aceptó que se casará con Iason para que así puedan convertirse en familia.
Más que un parecido físico era un parecido interior, por lo que para ella fue algo natural amarla incluso más que a sus propios nietos, sintió que Emily había parecido en vida como una pajita salvadora para calmar la culpa que sentía hacia su difunta hija por no ayudarla cuando está la necesito.