Soy Gabriela y está es mi Historia:
"El nudo en mi garganta se hace cada vez más fuerte. Dejar a mi familia es una herida que nunca sanará por completo, pero la esperanza de un futuro mejor me impulsa hacia adelante. El Nuevo Mundo me ofrece un lienzo en blanco, una oportunidad para reinventarme. Sin embargo, el miedo a lo desconocido me acecha. ¿Podré adaptarme a una nueva cultura, construir una nueva vida? Y ¿qué lugar habrá en mi corazón para el amor cuando Edward, con su mundo de éxito y poder, se cruce en mi camino?"
NovelToon tiene autorización de victoria Farrera para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo XIV Mi historia
Beatriz: Hace 10 años, me vine de mi país con la esperanza de ayudar a mi familia. No conocía a nadie y tuve que dormir en la calle hasta que conocí a una buena señora que me recomendó a la señora Julia. Cuando llegué, Edward y Andrés eran jóvenes como yo. Andrés es dos años menor que yo, y le llevo un año a Edward. Estaba muy agradecida y ayudaba en todo en la casa. Edward era más serio que Andrés. Andrés era más simpático nos hicimos grandes amigos. Con el tiempo, descubrimos que estábamos enamorados. Traté de evitarlo porque no quería violar la confianza que me habían dado, pero no pudimos evitarlo y tuvimos un romance.
Gabriela: ¿Y qué pasó después?
Beatriz: Un día, el padre de Andrés nos encontró besándonos. Estaba apenada, pero la señora Julia nunca se enteró. Andrés se fue del país repentinamente y el señor nunca tocó el tema. Me dijo que siguiera trabajando como si nada hubiera pasado. Sufrí mucho, pero Andrés me decía que me amaba y que saldríamos de esto. Sin embargo, un día dejó de escribirme y llamarme. Luego vino de visita con su novia y se me partió el corazón. Entendí que no era el hombre para mí. A veces he querido irme, pero la señora Julia me ha ayudado mucho y me ha permitido hacer inversiones para mi futuro.
Gabriela: Beatriz, no sabía todo eso. Gracias por compartirlo. Me hace sentir menos sola.
Beatriz: Siempre estaré aquí para ti, Gabriela. No te juzgues tan duramente. Somos humanos y estamos aquí para apoyarnos mutuamente.
Beatriz: Gabriela, he estado pensando mucho. Quizás debería irme de aquí. Este lugar siempre me recuerda a Andrés y a las diferencias entre nosotros.
Gabriela: ¿Por qué dices que no somos iguales? Porque ellos tienen dinero y nosotros no. Gabriela: tú eres una mujer linda y trabajadora. Si tuviéramos la posibilidad de montar nuestro propio negocio… Podría ser de comida. Tú eres una excelente cocinera. Podríamos distribuir los platos típicos de nuestro país. Bueno, soñar no cuesta nada.
Beatriz: Sobre las inversiones, no sé si se pueden retirar o qué se puede hacer. Hace muchos años, la señora Julia me recomendó que invirtiera mi dinero. Como no sé nada de eso, se lo dejé al abogado de ellos para que hiciera todo. Quisiera hablar con él para ver cuánto tengo. De repente tengo buen dinero y eso nos permitiría comenzar el negocio, alquilar un apartamento juntas y una cafeteria. Sería un sueño lograr eso y nos apartaremos de los Thompson. le debo mucho a y los aprecio, pero creo que ya llegó el tiempo de crecer y luchar por mi cuenta.
Gabriela: Estoy de acuerdo. Es hora de que tomemos las riendas de nuestras vidas y persigamos nuestros sueños. Juntas podemos lograrlo.
Beatriz: Lo primero que tenemos que hacer es hablar con el abogado. Si podemos hacerlo y si hay suficiente dinero, te retiras de la cafetería y vamos a buscar un local. Tú lo vas buscando mientras yo espero que venga la señora Julia de viaje. Ya le falta poco, solo un mes. Si todo sale bien, buscamos un apartamento pequeño para nosotras dos que no genere mucho gasto y comenzamos.
Gabriela: ¡Sí, sí, sí! Vamos a hacerlo.
Beatriz: Entonces, mañana a primera hora hablaré con el abogado.
Si es suficiente, lo hacemos.
Gabriela:: ¡Ojalá podamos lograrlo
(Las dos se abrazan emocionadas)
Gabriela: (Preparándose para salir) Beatriz, me voy al trabajo. Recuerda llamar al abogado de los Thompson en un par de horas.
Beatriz: Sí, lo haré. Estoy un poco nerviosa, pero espero que todo salga bien.
Gabriela: Todo saldrá bien. Confío en ti. Nos vemos más tarde.
(Gabriela sale de la casa y Beatriz se queda esperando. Después de dos horas, Beatriz toma el teléfono y marca el número del abogado)
Beatriz: (Hablando por teléfono) Hola, buenos días. Soy Beatriz, la empleada de la señora Julia Thompson. Quisiera hablar con el abogado sobre mis inversiones.
Abogado: Buenos días, Beatriz. Claro, déjame revisar tu expediente. ¿Podrías darme unos minutos?
Beatriz: Por supuesto, espero en línea.
(Después de unos minutos)
Abogado: Beatriz, he revisado tus inversiones. Tienes una cantidad considerable ahorrada generada por la inversión. Podrías retirarla si lo deseas o reinvertirla.
Beatriz: ¡Eso es genial! ¿Podríamos agendar una cita para discutir los detalles y ver cómo proceder?
Abogado: Claro, ¿te parece bien mañana a las 10 de la mañana?
Beatriz: Perfecto, allí estaré. Muchas gracias.
(Beatriz cuelga el teléfono y sonríe emocionada. Más tarde, cuando Gabriela regresa del trabajo)
Gabriela: ¿Y? ¿Hablaste con el abogado?
Beatriz: ¡Sí! Tengo una cita mañana a las 10 de la mañana para discutir los detalles. Parece que tengo suficiente dinero para que podamos empezar nuestro negocio.
Gabriela: ¡Eso es increíble! Entonces, mientras tú hablas con el abogado, yo empezaré a buscar locales y apartamentos pequeños para nosotras.
Beatriz: ¡Sí, sí, sí! Vamos a hacerlo. Ojalá podamos lograr este sueño.
I
