Diana es una chica muda, que es obligada por su tío a casarse con un hombre muy poderoso, qué le va ayudar a salvar su empresas de la ruina... Al poco tiempo de casados Edwin termina por enamorarse de Diana, aunque la chica no puede hablar, se da cuenta de que es diferente al resto de las otra mujeres, Diana es dulce, amorosa, y respetuosa con los ancianos. Sin embargo, descubre que le queda muy poco tiempo de vida y prefiere alejarla por su bien.
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Un vestido
_ ¿Cómo te atreves a ponerle una mano encima a tu prima?. ¡ Todavía no te das cuenta de que no eres nadie!... Mateo señaló a la chica con su dedo, mientras temblaba de coraje por no poder darle un fuerte escarmiento a Diana.
Diana trató de explicarle a Mateo lo que había sucedido con Susana, a través de señas y gestos, sin embargo, de nada sirvió, Mateo no había aprendido nada en todos esos años.
El hombre pensó que la chica delante de él era una tonta, ya que tantos años y Diana nunca ha podido decir ni una sola palabra.
El hombre cegado por el odio, agarró a Diana de los hombros, y con un fuerte jalón la sacó de la cama...
Al darse cuenta de que la chica estaba mojada, y su cuerpo no dejaba de temblar. Mateo soltó los brazos de su sobrina; volteando a ver a Susana, que tenía una sonrisa dibujada entre sus labios.
Susana levantó los hombros con descaro, porque su padre no era capaz de hacerle nada, por lo que le había hecho a Diana.
Mateo se dio la vuelta dejando caer a Diana de nuevo a la cama. Solamente, faltaban unas cuantas horas, para que la chica se convirtiera en la esposa de Edwin, y su estúpida hija se había atrevido a bañar con agua helada.
Si Diana enferma, sus planes se van a ir a la basura. Sus empresas a la banca rota, y él y cada uno de los miembros de su familia se van a ir a dormir a la calle.
_ Prepara una taza de chocolate, dale una pieza de pan caliente, y llévala a la chimenea para que caliente su cuerpo... Más tarde, ayúdala a arreglarse con el vestido blanco que va a traer uno de los hombres de Edwin Shop...
Esa fue la orden que Mateo dio antes de salir de la habitación. El hombre agarró el brazo de su hija, y la empujó lejos del dormitorio de Diana.
_ ¡¿Cómo te atreves, hacer una tontería como esa?!... ¡Te has vuelto loca!...
Mateo sacudió con fuerza el cuerpo de Susana. La noche anterior recibió una llamada de su contador, las horas, para que su empresa desapareciera, estaban contadas. Si no hacía algo rápido, al día siguiente, estaría durmiendo en la calle.
_ ¡La odio!...
_ ¡La odio!... _ Susana levantó la voz.
_ Me importa poco si odias a Diana. Ahora estamos dependiendo de su matrimonio con Edwin Shop, si eso no pasa, estaremos durmiendo en la calle.
Al terminar de decir eso, Mateo soltó los brazos de su hija. La chica se tambalea a punto de caer al suelo. Eso ocasionó que Susana cayera lentamente de rodillas al piso frío.
Fátima, que estaba a su lado abrazó a Susana, y la ayudó a ponerse de pie... Con la ayuda de Fátima, Susana regreso a la habitación. Su cuerpo fue calentado por su madre, hasta que quedó profundamente dormida.
Después de más de una hora, y el reloj dando las once de la mañana. El vestido blanco que Diana iba a usar para su boda llegó a la mansión Wlop.
Teresa lo recibió y lo llevó de inmediato a la habitación de la chica. Al entrar miró a su pequeña niña, terminando de arreglarse el cabello.
Teresa se acercó dejando la enorme caja encima de la cama... Solo de verla, se podía dar cuenta de que el vestido que estaba a su interior debe ser uno muy cara.
Solo la caja, por fuera, tenía letras escritas en Oro, que decían... "Este es el vestido, es de una de las casas de modas más prestigiosas del mundo, debe ser cuidado y protegido como amor"...
_ ¡Ven, cariño!...
_ Debes ver el vestido, y probarlo. Si no te queda lo pudo solucionar en poco tiempo.
Teresa fue una de las mejores costureras que había, pero, al dar a luz a su hijo. La mujer dejó su carrera y tomó la decisión de trabajar como empleada doméstica, y tener un salario fijo para mantener a su hijo.
Diana dejó a lado la peineta que traía entre sus manos. Volteó a ver a Teresa, que se miraba muy emocionada por el vestido que le enviaron para su boda.
_ ¡Es una caja muy hermosa!... _ Diana le dijo a Teresa a través de señas con sus manos.
_ Sí, mi niña...
_ ¡Ahora imagínate lo hermoso que debe ser el vestido por dentro!... _ Contestó Teresa.
Diana se inclinó delante de la caja, y la abrió. Sus manos se metieron en la caja, para sacar el vestido.
La chica no podía creer lo que sus ojos miraban. El vestido en sus manos era realmente hermoso, sus lágrimas comenzaron a caer suavemente por sus mejillas. Era la primera vez, ella iba a usar algo tan fino, y elegante.
Desde que era niña, Diana tuvo que usar la ropa que Susana no quería, y por su puesto, primero se la daban algunas criadas antes que a ella...
Diana recibía las cosas que nadie más quería, y ahora ella iba a ser la primera en estrenar un vestido tal hermoso y fino...
Diana se abrazó a él, era tan suave y tenía una tela tan suave y tersa que parecía de porcelana...
_ ¡Soy muy feliz!... _ Las manos de Diana no se detenían.
Teresa al igual que la chica, se encontraba muy feliz, ya que por fin, Diana se iba a poder deshacer de esa familia tan cruel que me había tocado tener.
_ Comencemos a vestirte, la boda será al medio día, y solamente, falta una hora.
Diana estaba inmensamente feliz, sus ojos tenían un brillo que jamás se había visto en ellos.
La chica estaba muy emocionada de por fin salir de ese infierno, no importa si solo era por beneficiar a las personas que tanto daño le han hecho a lo largo de los años.
De todas maneras que podía ser peor que continuar viviendo en una casa donde solamente a recibida humillación y maltratos.
Diana se sentó en la silla frente al espejo, mientras que Teresa comenzaba a maquillar su hermoso rostro. Un poco de base de maquillaje, que cubrió cualquier imperfección que Diana pudiera tener en su rostro.
Colocó un poco de máscara de pestañas, una labial suave rosa en los labios de Diana. Teresa hizo su mayor esfuerzo con las pocas cosas que tenía a su alcance...
Teresa terminó de arreglar a Diana, y la ayudó a ponerse el vestido blanco. Diana se miraba como todo un ángel.
Una de las sirvientas llamó a la puerta, para informarle a Diana, qué el chofer de Edwin estaba afuera esperándola.
_ ¡Diana!... El chofer del señor Shop, está afuera esperándote.
Teresa abrió la puerta, para que la chica pudiera salir de su habitación. Al ver a Diana, la empleada quedó que impactada de lo hermosa que la chica se miraba.