Sé Mi Emperatriz, Comandante.

Esa mañana, Farkas a acudido a la invitación que le hizo Talia, ya que el divorcio no se ha anunciado, debe de estar seguro que se realice y que Talia no cambie de opinión. Apenas llego a la sala privada, Talia quiso abrazarlo, pero Farkas se lo impide, a lo que ella se muestra triste pero frunce los labios a manera de niña berrinchuda.

— debe entender majestad, que no puede arruinar su reputación, aún sigue casada.— menciona Farkas.

— eso no importa, ¿que tiene de malo un abrazado?— infla las mejillas haciendo un puchero. Ella supone que eso se le hará lindo al emperador.

— ¿acaso es usted una niña inmadura?, creí que usted era toda una dama de sociedad con la suficiente madurez para entender, ¿me he equivocado?— Farkas habla con voz firme y muestra una expresión de molestia.

Al escuchar sus palabras, Talia se pone nerviosa, si hace enojar al emperador y este la considera una niña, podría arrepentirse de aceptarla, así que cambia su expresión y hace una reverencia.

— no majestad, se comprender lo que ha dicho. Lamento el mal entendido.— expresa con seriedad.

Dicho esto, lo invita a sentarse para poder empezar comer. Talia observa la elegancia del emperador a la hora de comer y ella intenta hacer lo mismo, para que el vea, que tiene buena educación, pero aun así, no puede evitar hablar, expresando lo feliz que esta de poder tener su compañía y lo feliz que será cuando por fin sea su esposa, incluso habla de lo bien que se ha educado para poder llevar la gestión de un palacio, pero que el rey siempre la menosprecio, fingiendo tristeza mientras dice eso, ya que, nunca ha sido feliz por verse obligada a un matrimonio sin amor. Farkas solo la escucha, pero era bastante molesto tener que soportar escuchar como se halaga así misma.

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Los dos días pasaron, donde se dio la reunión en la sala del trono, Talia llegó en compañía de sus doncellas y un representante para que este sea quien se aseguré de revisar los documentos del divorcio, después de leer todo, le asegura que todo estaba bien, el divorcio sería definitivo y el rey le hacía entrega de una buena suma de dinero para que pueda vivir bien, algo que Talia sabe no necesitará, pero prefiere tomar ese dinero. Talia deja su firma en el documento y Ezra procede a hacer lo mismo.

— solo quiero que sepa, que una vez esto se acabe, jamás volveré a aceptarla, me ha traicionado y no no perdonaré eso.— murmura solo para que Talia escuche.

— jamás me arrepentiré, seré emperatriz, ¿quien se arrepiente de ello?— sonríe con burla.

Ya que ambos han firmado, el ministro de leyes da por acordado que el matrimonio se ha disuelto y por lo tanto, Talia también pierde su derecho al trono, por lo que deberá abandonar el palacio en un plazo de tres días. Los ministros y otros nobles se sienten confusos, jamás imaginaron que la propia reina fuera a pedir divorciarse, pero los que nunca la han aceptado, estaban felices, ella finalmente se ha quitado de su camino.

Al acabar todo, Talia sale a toda prisa de aquel salón, para ir en busca de Farkas, finalmente es libre y podrán irse a Tyrhan para celebrar su boda. Pero en su camino hacía la residencia donde estaba Farkas, ve salir a Tatiana de ese lugar, así que se detiene y la mira con arrogancia.

— hermana, estoy tan feliz, finalmente obtuve mi divorcio y me casaré con el emperador, que pena por ti.— sonríe con burla.— si quieres puedo llevarte para limpiar mis zapatos.

Tatiana ríe ante sus palabras, causando que Talia se sienta mas enojada.

—¿realmente lo hiciste?, nunca pensé que fueras tan estúpida.— le da una palmada en el hombro.— no te preocupes, podrás limpiar los zapatos de otros nobles.

Se burla. Talia no comprendía como es que Tatiana puede ser tan arrogante hacía ella, pero no importaba, en cuanto sea emperatriz, lo primero que hará es mandar a quitarle todo a su hermana, hará que se hunda en la miseria. Tatiana solo se aleja mientras aún ríe, pero Talia ignora eso y sigue su camino, pero al llegar a la entrada de residencia, los guardias no le permiten el paso porque el emperador estaba descansando.

— sepan que lamentarán esto, no saben a quien le están faltando al respeto.— grita.

— entonces porque no los iluminas con tu sabiduría y les dices.— se escucha la voz de una mujer.

Talia voltea, era Lila en compañía de Bjorn, este, sigue su camino y entra a la residencia.

—¿por qué el pasa?, yo soy la futura emperatriz, no pueden negarme el paso.—

Talia solo puede ver como los dos guardias comienzan a reír, incluso Lila lo hace, pero sin decir nada más, sigue su camino. Pero Talia se sentía tan humillada por como esos simples guardias la han tratado, pero, le hará saber todo al emperador, incluso le dirá que no la dejarán pasar.

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Al día, ya todos sabían que la reino se había divorciado, pero por supuesto, Talia no dudo en presumir que ella se divorcio porque se casará con el emperador de Tyrhan, que él había llegado al palacio para llevarla a su país. Pero Talia aún no ha podido ver al emperador, así que, esperará hasta la noche para ir a buscarlo.

Su doncella se encarga de peinar su cabello para hacerle un lindo peinado y además le escoge un hermoso vestido para su cita, ya que hace unos minutos le llego una nota del emperador, diciendo que la esperaba el salón de té al sur del palacio, pues le tenía una sorpresa y Talia por supuesto imagina que será una propuesta de matrimonio.

Al caer la noche, ella se apresura para ir a dicho salón, al entrar, este se veía oscuro, apenas se ve el lugar solo gracias a la luz de la luna, pero en el fondo puede ver una sombra, ella sonríe y entra rápidamente corriendo hacía aquella sombra.

— majestad, finalmente podemos vernos sin restricciones.— habla emocionada.

— si, finalmente puedo deshacerme de la futura emperatriz.— se escucha una voz la cual sin duda no es el emperador.

Talia al escucharlo, da un par de pasos hacía atrás y cuando aquella sombra camina hacía ella, puede ver que no es el emperador, era un hombre de piel oscura y escamosa, este levanta la mano dejando ver sus garras y sus manos llenas de escamas, Talia grita y corre hacía la salida, al escuchar su grito, una doncella abre, mientras que la otra llama a los guardias. Talia logra salir en compañía de su doncella, pero se ven rodeadas de varios lagartos humanoides, hasta que llegan los guardias para pelear contra ellos.

Tatiana también llega, atacando a los lagartos que se van adentrando al palacio, el líder de estos, solo busca acercarse a Talia, así que ella, al ver que iba llegando Farkas corre hacía él, logrando llegar, pero cuando intenta abrazarlo, él se aparta y solo va directo al que la intentaba acabar.

— así que finalmente das la cara sucia lagartija.— menciona Farkas.

Este no responde, solo se lanza al ataque contra Farkas, mientras que Talia se ha quedado contra un rincón totalmente asustada, siendo consolada por su doncella. Tatiana peleaba también contra esos lagartos.

Ezra llegó con sus guardias y tuvieron que unirse a la pelea, pero Ezra al ver a Tatiana, se asegura de estar cerca de ella, aunque puede ver que no sería necesario protegerla, después de todo, el fue testigo de su gran poder durante la guerra. Aunque claro, pelear contra esas cosas era muy diferente, sus garras eran afiladas y eran el doble de altos que ellos, aún así la rubia tenía bastante agilidad.

Farkas por su parte, no dejaba de atacar al líder de los lagartos, quien ataca a Farkas con magia, pero este sabe contraatacar usando sus descargas de energía, hasta que finalmente usa su espada para cortarle la cabeza y para evitar que se regenere, usa magia quemando el cuerpo en cenizas, al ver lo que Fakeas hizo, Tatiana ataca creando varias flamas azules y las lanza contra los lagartos que aún quedan, quemando a todos por completo.

Talia al ver que todo acabo, se pone de pie y corre hacía Farkas con la intensión de que este la consuele, pero al estar cerca, el emperador solo la empuja para apartarla, causando que se caiga, mientras que Farkas llega hacía Tatiana rozando su mano en la mejilla de la rubia.

— ¿Estás bien pequeña ninfa?— pregunta preocupado.

— esas cosas no eran tan fuertes.— responde Tatiana.

Ezra quien estaba cerca, frunce los labios, no puede creer que el emperador este jugando con ambas hermanas.

— lady Tatiana, se que no es el momento, pero ese hombre esta jugando con ambas, le ha prometido a Talia ser emperatriz, ¿acaso le has prometido lo mismo a lady Tatiana?— pregunta molesto.

Talia quien también había visto lo que Farkas hizo, estaba molesta y confundida, ya que la había ignorado.

— hermana, deja de insinuarte a mi prometido, acepta que él me ha preferido.— grita Talia.

Pero cuando intenta sostener el brazo de Farkas este se aparta y observa con molestia a Talia.

— ¿no es lo contrario?, es usted quien no deja de insinuarse. Mi prometida es Tatiana Evergarden, que quede eso claro.— responde Farkas.

— n-no...no es cierto, usted me dijo que me llevaría consigo...— Talia reclama.

— si, porque usted dijo que el rey la trata mal, así que puedo llevarla a Tyrhan y podría servir como doncella de alguna dama noble del palacio.— responde Farkas y ríe.— ¿en serio se hizo la idea de que la haría emperatriz?

Talia puede escuchar como todos los presentes se ríen de ella y murmuran lo estúpida que es.

— no puede hacerme eso...yo me he divorciado por usted...usted dijo que no se casaría con Tatiana...— sus lágrimas comienzan a salir.

— si el rey la trataba mal, hizo bien, pero se divorcio porque así lo quiso, no por mi, además yo sabía que era mentira lo que dijo de mi prometida, ella nunca fue infiel al rey Ezra, ella jamás tuvo amantes como usted quería hacerme creer..—

— hermana, no puedo creer que dijeras esas mentiras sobre mi, eres tan cruel.— agrega Tatiana fingiendo sentirse dolida.

Ezra quien observa todo, solo puede mantenerse callado, pero, nunca hubiera imaginado que Talia dijera que él la trataba mal y menos que dijera esas cosas tan denigrantes en contra de su hermana. Talia por su parte, veía como todos la miran con desaprobación y lo peor de todo, es que el emperador nisiquiera acepta que él le prometió hacerla su esposa.

— lady Talia, espero no vuelva a levantar falsos sobre mi prometida y si antes dije que la ayudaría, ahora eso jamás pasará.—

Dicho esto, se dio la vuelta, siendo seguido por Tatiana y sus subordinados, mientras que Talia gritaba que no la dejara, que sería una mejor emperatriz que Tatiana. Ezra por su parte, hizo que los guardias se retiren, al igual que él.

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