El matrimonio, con el tiempo, irremediablemente, se transforma en rutina, pero cuando una retaila de "M" se unen, se convierte en dinamita pura, que detona en una peligrosa explosión, destruyendo la vida misma de forma Siniestra: Matrimonio de Mierda, Monotonía, Mentiras, Maldad, Misterio... Muerte! ¿Fue realmente el azar? ¿O fueron malas decisiones? ¡Las señales estuvieron siempre a la vista y, no las vimos! ¿O tal vez, no las quisimos ver?.. Este es más un drama, con eventos de suspenso sobrenaturales, espero lo disfruten.
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Capítulo XIII Crimen Siniestro
Advertencia: Este capítulo contiene escenas de violencia, si eres muy sensible, por favor no continúes leyendo.
Carolina en su inconsciencia pide más, y más. Sin percatarse de lo peligrosa de su situación. ¡Pues quien más pide, más le dan... hasta la muerte!
-¡Vamos dame mas! ¿Eso es todo lo que tienes para darme? ¡QUIERO QUE ME FOLLES DURO! ¡Quiero que me hagas ver las estrellas, llevame fuera de este mundo!- le grita completamente drogada.
-¡Si eso es lo que quieres, eso te daré!- Robert, bajo los efectos del alcohol, y recordando las amenazas de esa mujer, aprieta su cuello con el collar metálico, con furia, haciendo que las partes punzantes del metal se claven en su carne, brotando sangre de inmediato, un hilo rojo, corre tiñendo su blanco cuello, mientras le daba por todos lados usando preservativo, con toda la ira desatada en su enferma mente.
- ¡Ya, Ro bert sue el ta me, cin co, cin co!-Carolina se pone morada, repitiendo su palabra de seguridad para el stop. Sin embargo, Robert le hace caso omiso y sigue apretando más y más, mientras ella se debate, entre la vida y la muerte, moviendose hacia todos lados, de forma convulsiva, para intentar soltarse, siendo totalmente en vano, porque se encontraba atada de manos y pies.
Cuando Robert, está en el cenit del placer, aprieta con más fuerza, hasta romper el cuello de su pobre víctima, se escucha el sonido del crack, que anuncia que las vertebras cedieron a la presión del collar, él siente el rigor mortis de la mujer, que presiona su virilidad, alcanzando un placer indescriptible en su degenerado cerebro. Cae vencido, sudoroso, encima del cuerpo sin vida de Carolina. Al poco tiempo, muy consciente de lo que hizo, se incorpora:
-Lo siento querida Caro, fue bueno mientras duró, pero no iba a permitir que destruyeras mi empresa, informando a Samanta de nuestro acuerdo, ya estas calladita y así te ves más bonita, de suerte eres huerfana, nadie te buscará, y viendolo bien, ya me aburría estar contigo, 5 años es demasiado, cin co, ja, ja, ja- se rie a carcajadas, como un desquiciado, mientras dibuja con su dedo el perfil de la mujer y cierra los párpados, de aquellos ojos desorbitados por el terror, ocasionado por la dolorosa muerte, alcanzada esa noche, en el juego siniestro planificado por su amante.
Robert, se pone de pie, la viste y luego la envuelve en la misma sábana manchada de sangre, con cinta de embalaje marrón, en sus brazos carga el cuerpo sin vida, de la que antes había sido su amante sumisa, la lleva hasta la piscina en remodelación, lanzándola sin remordimientos, hasta la profundidad de la fosa de la piscina, la misma que se convertirá en su improvisada tumba.
Robert, él mismo baja hasta el fondo de la fosa, levanta una serie de piedras, caba con una pala en el fondo, y entierra el cadáver de Carolina, cubriendola con las piedras. Luego coloca la malla. Prepara, cemento y lo riega como base, dejándola totalmente cubierta. Quedando satisfecho al cubrir su crimen. Como todo asesino considera que fue la solución perfecta, para callar las amenazas de Carolina. Aunque todos sabemos, que no hay crimen perfecto.
A la mañana siguiente, Robert intenta limpiar la escena del crimen, recoge las pocas pertenencias que quedaban de Carolina, limpia la cama del sótano, coloca nuevas sábanas. No obstante, no se percató de que la pulcera que llevaba Carolina, obsequio de su amiga Patricia, habia rodado hasta quedar debajo de la cama.
Ese sótano era como un departamento tipo estudio, hecho por sus padres, tenía nevera, microondas, televisor y un baño hasta con ducha, cuando lo descubrió, lo convirtió en su sitio secreto para sus encuentros perversos, nunca se imaginó que le serviría para deshacerse de la molesta Carolina. Se lleva el celular de ella y lo lanza en un acantilado hasta la profundidad del mar, junto a los zapatos dentro de la cartera con unas piedras, para que se hundiera en la profundidad del agua azulverdosa. Esa misma mañana, decide buscar a los contratistas, aunque era sábado, sabe que ellos están en la oficina recibiendo clientes.
-Buenos días Don José, intenté rellenar la base de la piscina con cemento, pero es demasiado trabajo, por favor retomen ustedes ese trabajito y terminen la piscina esta misma semana- solicita el descarado hombre, tratando de justificar el cemento fresco que van a encontrar en el fondo de la piscina.
-Don Robert, usted mismo dijo que dejaramos por ahora el trabajo, porque era mucho dinero lo qie debe invertir- habla dirigiendole, cierta mirada de burla, pensando en lo inútil de aquel hombre, para hacer por sí mismo el trabajo pesado.
-¡No, no, eso no es así! Mi mujer me presiona, para que la piscina esté lista para el verano, mi hijo y ella vendran a pasar la temporada de vacaciones para esta casa, y yo no puedo hacerlo solo- Mientras Robert contesta mintiendo sobre sus reales motivos, esta firmando un cheque, luego se lo extiende con el monto completo, sin temblarle ni uno solo de sus músculos.
-También recuerden la ducha externa y el quincho para los asados, siga los planos que le entregué. Creo que con esto es suficiente ¿No es así?- se refiere al monto del cheque entregado.
-¡Claro, es más de lo que hablamos! Siendo así, máximo en dos semanas estará todo listo- con una gran sonrisa el contratista asiente.
-¡Si te doy todo ese dinero, es para que lo hagan en una semana! - replica Robert contrariado.
-Bien, bien, no se altere, esta misma semana terminaremos el trabajo- responde el hombre al ver nuevamente, muy complacido, el monto del cheque.
Robert se marcha, todo quedó listo, literalmente mató dos pájaros de un solo tiro. Ahora va maquinando su próximo movimiento, para evitar futuras sospechas que puedan caer sobre él. Debe irse al hotel cuidandose de no se visto por Samanta, luego comprará un boleto para ir lo más pronto posible a Málaga. Debe quedar constancia de su viaje, de esa manera planifica con frialdad alejarse de la escena de su macabro crimen, creando su supuesta, coartada perfecta.
Es a los diez años es que entra la crisis de pareja, donde se empieza hacer balances, sumas y restas para darse cuenta si valió la pena el sacrificio y el esfuerzo