Ella es Noel, una periodista apasionada y amante por su trabajo, sueña algún día llegar a ser la conductora del noticiero estelar, pero al investigar la historia que la llevaría a un ascenso posible, sin saber que esa misma historia la haría vivir en carne propia el sufrimiento, el maltrato, la venta y el tráfico...
¿Tu que tan dispuesta estarías para salvar tu propia vida?.
¿Estarías dispuesta a hacer lo impensable?.
¿Doblegarte o ser doblegada de las maneras más crueles e inimaginables?.
Dime, ¿Tú, que harías?...
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Capítulo 13.
Noel.
Después de casi dos horas de sentirme como una bacteria siendo observada bajo un microscopio, aquellos hombres se levantaron, vieron a Demetrius y asintieron.
Aquellos hombres de buen porte se fueron y Demetrius se acercó a mi, extendiendo su mano hacia mi y me ayudó a levantarme.
Me llevo de regreso a aquel salón donde había música sutil de fondo, me guio al centro de la pista, poso su mano en mi cintura mientras sostenía mi mano, entendí que bailaríamos, así que pose con delicadeza mi mano sobre su hombro y comenzamos a bailar al ritmo del lento compás.
Él solo me veía y sonreía - eres tan hermosa nena.
Ladee mis labios mostrando una pequeña sonrisa, removí con delicadeza mi mano sobre su hombro hasta llevarla a su cuello.
- gracias Demi, y tu te ves tan guapo con ese traje - sonrió mientras me atraía más a él, subió un poco su mano que estaba situada en mi espalda, sus dedos acariciaron mi piel desnuda y su toque me hizo sentir un horrible escalofrío.
La música estaba por terminar, mientras nosotros seguíamos viéndonos a los ojos, por un momento me perdí en el profundo y vacío oscuro de sus ojos cuando sentí que me movió con fuerza.
Estaba cerca del piso y él seguía sosteniendome, me sonrió y sus labios tocaron los míos sin consideración, siendo un beso profundo, exibisionista y muy deseoso por él.
Nos incorporamos y todos nos veían, Demetrius me tomo de la mano y me jalo fuera del salón, caminamos a prisa hasta atravesar unas enormes puertas que conducía al inmenso campo.
Salimos, ya era de noche y los faroles tenuez ilimunaban un poco el camino.
- Demi, espera, no puedo seguirte el paso con estas zapatillas - giró para verme y sus ojos estaban rojos llenos de lujuria y deseo, lo sabía, por que miles de veces vi esa misma mirada antes de tener relaciones, donde a él le diera la gana.
- eso tiene solución nena - se acercó a mi y me also sobre su hombro, llevándome hacia una especie de cuarto o cabaña, el cual estaba muy alejada de aquel lugar y la reunión con esos hombres.
Entramos por la puerta y habia una mesa y herramienta para mantener las plantas y las cosechas, se acercó a la mesa y con su brazo libre deslizó con fuerza lo que había en ella.
Se escucharon caer al suelo y sin importarle nada, me subió sobre la mesa y comenzó a besarme tan salvajemente, que varias veces me mordió tan fuerte que una lagrima salió hasta mi mejilla.
Sus manos viajaron por todo mi cuerpo hasta terminar en mis piernas, donde las acarició, con fuerza y se abrió paso entre ellas hasta....
Me bajé de la mesa mientras me acomodaba el vestido, Demetrius se estaba abotonando el pantalón cuando me vio y me entregó un pañuelo.
- limpite el labio, estas sangrando - asentí mientras me limpiaba con cuidado, porque me dolía - ¿ya estas lista?.
- si, ¿ya nos vamos? - él simplemente me vio sin contestar mi pregunta, caminó hacia la puerta y salió.
Y yo salí de tras de él a paso apresurado, llegamos de nuevo a la casa, me tomo de la mano, pasamos por aquel salón donde aun había hombres con sus acompañantes, pero en esta ocasión no solo platicaban y bebian.
Ver esa escena daba asco, era tan irreal, pero estaba pasando, Demetrius solo me jalaba, subimos unas escaleras donde había cuatro puertas y de ellas salían sonidos para nada tranquilos.
Abrió una puerta y me empujó, fue tan rápido que él ya había cerrado - ¡Demi, dejame salir, por favor!, ¡Demi!.
Comencé a golpear la puerta con todas mis fuerzas qué no me había dado cuenta que había una persona junto a mi, seguí golpeando hasta que la voz de Demetrius me hizo detenerme.
- espero que aprendas que conmigo no se juega nena, creeme que esto me dolerá más a mi qué a ti.
Cuando dijo eso, mis ojos se abrieron y mi mente intentaba procesar lo que había dicho, pero sobre todo quería intentar entender qué quiso decir con eso.
Estaba aún en shock cuando una mano tocó mi hombro, me gire y retrocedí al ver a aquel hombre de mirada intimidante y sonrisa aterradora.
Él solo se acercaba con cautela mientras yo solo retrocedia más y más - Calmati, bellissimo, ci divertiremo, rilassati, (calma preciosa, la pasaremos bien, solo relajate).
No entendia lo que aquel hombre me decía, pero no quería saber sus intenciones, y de tanto retroceder mi espalda había llegado a una pared, el hombre seguía acercándose cuando tomé lo primero que vi cerca de mis manos y lo amenace.
- ¡si das un paso más, no dudaré en hacerte daño imbecil!.
Lo escuche reír y negó mientras seguía acercándose, yo solo alse aquel objeto entre mis manos.
- Adoro il fatto che tu sia una bella bestia. (me encanta que seas una fiera, preciosa).
Tenía temor por lo que intentará hacerme, pero estaba segura de que me defendería y no me dejaría invadir por el terror de estar en la misma habitación con ese hombre de intenciones retorcidas.
El hombre se me echo encima y lo golpee con todas mis fuerzas con un insensario, aquel asqueroso hombre se alejo, sonrió y volvió a acorralarme.
Forcejee contra él y su inmensa fuerza, lo rasguñé y lo mordí cada que podía, pero él parecía no importarle.
De un movimiento me aventó a aquella inmensa cama, de inmediato me di vuelta y gateé para bajarme y salvar mi vida y mi integridad, pero aquel hombre me agarro de mi pie y me jalo, fui rápida y lo pateé provocando qué cayera al suelo.
Seguí gateando hasta el otro extremo de la cama donde estaban sus pertenencias y una de ellas era un arma, de inmediato la tome y quite el seguro.
Agradecía qué el buen Kalisto me halla enseñado a usar una cosa de estas, apunte hacia aquel hombre.
Quien al verme esa sonrisa sarcástica y burlona se le había borrado, - ¡eres un enfermo y hoy te irás al maldito infierno imbécil!.
Aquel asqueroso hombre siguió hablando y quizás suplicando, no lo sé y no me importaba, puse mi dedo sobre el gatillo y accione en dos ocasiones, escuchandose el ensordecedor disparo.
El hombre había caído al suelo con dos disparos en su cabeza, en eso la puerta se abrió y era Demetrius quien tenía sus ojos de sorpresa, pero en segundos su mirada se oscureció.
- ¿qué has hecho?, ¡Noel!. - no conteste y apunte hacia su pecho - no te atreverías.
- ¡claro que lo haría!, ¿te lo demuestro?.
Él comenzó a reír pensando que no tendría el valor de dispararle, así que volví a posicionar mi dedo en el gatillo y accione.
El disparo fue dirigido a un costado de Demetrius quien guardo silencio al ver que estaba segura.
Se acercó intentando intimidarme y lo estaba logrando, pero esa pizca de valor que aún me quedaba hizo su rebelión y accione el arma, disparando contra Demetrius en tres ocasiones.
Lo vi caer al suelo y solo salí de aquella habitación, bajé las escaleras con miedo, pase aquel salón donde aún estaban en actos indecentes, corrí hasta la puerta.
Y al salir, corrí hasta aquella cabaña, donde solo me quite aquellas horribles zapatillas, salí de nuevo y corrí sin descanso, pero no iba tan lejos cuando disparos se escucharon provenientes de ese rancho y sabía que me comenzarían a buscar.
Brinque una cerca que dividía las tierras y seguí corriendo, estaba por brincar la siguiente cuando sentí un dolor agudo en mi espalda, dolor qué provocó que cayera.
Volteé para todos lados, pero no había rastro de esos hombres, intente levantarme, pero el dolor me impedía concentrarmerme.
Hasta que otro disparo levantó el pasto de unos cuantos centímetros de mi, sabía que era un francotirador el que me estaba cazando, nuevamente reuini la fuerza y el valor y me levanté.
Y comencé a correr sin detenerme, cuando sentí otro impacto en mi pierna, el dolor era horrible, pero aun así no me detuve hasta llegar a la siguiente cerca, al brincarla caí en el pasto, y no se porque, pero sentí la necesidad de pedir ayuda.
- ¡ayuda, auxilio! - al ver que nadie me escuchaba seguí gritando - ¡Help me, help me please!.
Me levanté con la poca energía que aún tenía mi cuerpo y caminé, hasta que dos camionetas llegaron cercando mi andar, y hombres descendieron de ellas.
Retrocedí con terror, porque sabía que sería mi final, cuando aquellos hombres pasaron por mis costados y comenzaron a disparar hacia la dirección de donde venia, haciendo barrera para cubrirme.
No entendía que estaba pasando, pero lo que si sabía es que me sentía muy cansada, me deje caer en el pasto y cerré mis ojos, suspiré porque ya estaba cansada y si hoy moría ya no haría nada para salvarme.
Pero al sentir una mano muy cálida tocar mi hombro simplemente mi cuerpo no resistió y me desmaye.