Después de Mientras tu no estabas Dinastía Beaumont, llega la pasión de un Beaumont donde relata la vida de los herederos Beaumont. Olivia Beaumont verá su vida sacudida luego de poner en peligro el imperio financiero familiar en peligro, Christopher contraerá matrimonio con la nieta del peor enemigo de su familia.
NovelToon tiene autorización de Eliza Márquez para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Familia.
Miranda estaba sentada en el sofá con la mirada perdida.
Sander se acercó a ella y le entrego una copa ella solo lo miro— Bébelo te hará bien exclamó él.— Sander maldijo y se lo puso en la boca obligándola a beberlo. — ¿Quién se la llevó?, pregunto.
— Mi padre se la llevó, se llevó a mi bebè exclamó Miranda en un sollozo.
Sander apretó su puño con fuerza, sentía tanta bronca con Miranda y Patros. Hizo acopio de todas sus fuerzas. — ¿Porque se la llevó?.
— Nunca la a querido, si fuese por él, ella hubiera desaparecido hace mucho. — Miranda se puso de pie y las piernas le temblaron— debo buscarla, tengo que encontrarla.
Todo se puso negro a su alrededor y sus piernas flaquearon y se desmayó.
Sander aguardaba que el médico terminara de atender a Miranda. Le hizo señas a uno de sus hombres de confianza y le dio una orden clara.
También le dio la orden a Antony que preparará su equipaje, abandonaría la casa esa misma noche...
...****************...
Él la besó con tal pericia, que la llenó de un impaciente deseo. Sus brazos se deslizaron sobre los hombros de John , al tiempo que con la punta de los dedos acariciaba sus negros cabellos. John gimió. A continuación, la agarró y apretó su pelvis contra su orgullosa virilidad.
Desabrochó el cuello del vestido de Sam y enterró su lengua en el precipicio formado por sus senos. Sam emitió un gemido como respuesta. Una fuerte palpitación de deseo hizo que su pelvis se estremeciera.
—Me excitas mucho -susurró John , dejando que la punta de la lengua se introdujera entre los labios de ella.
La sorpresa inicial de Sam se vio sustituida por una extraña mezcla de satisfacción y repentino triunfo: John la deseaba. la encontraba atractiva. Ningún hombre podía fingir la atracción física por una mujer. Eso la llenó de un sentimiento de satisfacción muy femenino.
John la levantó en sus brazos con tal rudeza, que le produjo un escalofrío. La tumbó en cama. Se desprendió de su chaqueta y la dejó caer a sus pies. Sin apartar los ojos de ella, se soltó la corbata y desabrochó la camisa, dejando al descubierto su bronceado y musculoso pecho sembrado con mechones de vello rizado.
John masajeó los rosados pináculos que coronaban sus pechos y Sam quedó al instante sin aliento. De repente, todas las partes de su cuerpo rebosaban sensibilidad.
Sam dejó escapar un jadeo. Desfallecía bajo el ardor destapando los montículos de sus pechos apenas cubiertos por un sujetador.
—Eres maravillosa -dijo John mientras exploraba sus senos con respetuoso interés y deteniendo las manos de Sam, con las quee ésta intentaba cubrirse el pecho-. —No intentes esconderte.
La figura de John era espectacular: desde la vigorosa curva de sus hombros hasta sus largos y potentes muslos. Poseía el musculoso pecho, el torso de hierro y las estrechas caderas de un atleta. John se desprendió de sus calzoncillos y durante un breve momento la respiración de Sam se detuvo. Estaba sobrecogida, ya que era la primera vez que veía a un hombre adulto en tal estado de excitación.
Ésta tembló, atormentada por el calor húmedo que abrasaba aquella parte de su receptivo cuerpo. El feroz estallido de excitación que vino después superó todas sus expectativas. De repente, era incapaz de seguir pensando. Sus caderas se retorcían al tiempo que John flirteaba con los dedos alrededor del punto más sensible de su cuerpo.
Le latía el corazón como si quisiera salir de su pecho. Ella se estremeció al notar cómo subía la marea de su deseo, haciéndole sentir cada centímetro de su cuerpo John acarició la espalda de Sam y se introdujo poco a poco en lo más profundo de su cuerpo.
Los ojos de Sam se abrieron al notar su palpitante virilidad. Con una única embestida, John rompió la única barrera que podía haberlo rechazado. La punzada de dolor que vino a continuación pilló a Sam por sorpresa.
—Oh, Dios mío... John ...
—Shhh... Ahora te gustará más. Te lo prometo -dijo John , hundiendo las manos bajo sus caderas para poder profundizar con mayor seguridad dentro de ella. -No te muevas -le rogó él, mientras esperaba a que la molestia desapareciese. —Te estoy haciendo daño -se quejó John , rígido por la tensión que le producía el control que estaba ejerciendo sobre su pasión desencadenada
—Por favor... -gimió ella.
John se situó encima de ella, deslizándose suavemente entre sus muslos.
—Puede que te haga daño -le advirtió John con el cuerpo tenso.
—No importa -balbuceó ella sin aliento.
—Quiero que sea perfecto... -le prometió John , al tiempo que clavaba sus dorados ojos en los de Sam
— Lo es respondió Sam moviendo su cadera para motivarlo.
Y siguió haciéndolo una y otra y otra y otra vez... Un placer adictivo asaltó a Sam. Se le escapó gemido tras gemido de excitación.
Su cuerpo entero pedía a gritos que lo liberaran del tormento al que el frenético ritmo de John le estaba sometiendo. Crecía y crecía la tensión hasta que estalló como una presa reventada por el agua. Con un grito quebrado, Sam tembló y se vio desbordada por una serie de convulsiones provocadas por un terremoto de éxtasis que sobrepasaba todas sus previsiones.
Dulces oleadas de placer bañaban su cuerpo cubriéndolo de alivio y descanso. Mientras se relajaba, Sam se entretuvo estudiando cada uno de los ángulos del moreno y atractivo rostro de su marido. Estrechó a John en sus brazos, sonriendo mientras los labios de éste depositaban un beso en su frente.
La sensación de felicidad era nueva en ella. Los malos pensamientos todavía la amenazaban, acechando desde el fondo de su mente, pero luchó para controlarlos, decidida a disfrutar todo lo que pudiese de su actual felicidad.
Porque ahora John era suyo: su marido, su amante, suyo sólo. ¿Qué importaba si al final resultaba ser una ilusión temporal? ¿Se iba a convertir en una de esas mujeres amargadas que siempre temían que pasara lo peor?
—Ha sido increíble, amor mio-murmuró John desconcertado ante la certeza de que nunca había disfrutado tanto antes con el sexo. Por mucho que intentaba explicarse el porqué, no conseguía hallar la respuesta.
Sam era tan apasionada como él. Y además, era su esposa. Quizá eso era lo que daba una nueva dimensión al sexo. John frunció el ceño, pues no estaba acostumbrado a hacerse ese tipo de preguntas.
Sam sonrió mientras él la abrazaba con torpeza. La atracción que sentía por él era increíble, pensó mientras hundía los dedos en el negro cabello de su esposo.
—Tienes tanta pasión en tu interior -dijo John , disfrutando de la íntima manera con que ella le acariciaba-. Y a la vez eres tan serena. Vamos a tener una luna de miel fantástica, señora Beaumont.
—¿Una luna de miel? -preguntó Sam sintiendo cómo, de repente, su cuerpo se ponía tenso-. Nunca dijiste que...
—Era una sorpresa. ¿Por qué crees que he estado tan ocupado las última semana? -John siguió jugueteando con los cabellos de su esposa-. Quería encontrar el lugar perfecto para pasar unos días juntos.
— Pensé que debías volver a tu casa, exclamó Sam algo confundida.
— Por supuesto luego de nuestra luna miel, aprovecharemos el viaje y te presentaré a mi familia.
— Pensé que tu familia no aprobaba nuestro matrimonio exclamó Sam.
— No lo supieron hasta diez minutos antes de que empezará la ceremonia que fue cuando envié un mensaje y luego apague el teléfono, John sonrió — No es por ti es por mí familia. No quería esperar para hacerte mi esposa. Tienen una agenda muy apretada, mi hermano mayor Henry está en Sudamérica controlando los negocios de la familia, mi hermano Chris esta en Europa controlando sus negocios, mi hermana Nathalie esta en Grecia, mi hermana Madeleyne en París junto a mi cuñada en la semana de la moda y mis padres de viaje, Katherine en su país trabajando de reina y Matt se acaba de ir a Londres. Para reunirlos a todos tendríamos que haber esperado tres meses y no quería. Si hubiera sido por mi me habría casado al dia siguiente que te lo pedí.
— Estás completamente loco dijo Sam besándolo.
—Por ti que no te quede la menor duda respondió John y la besó…
...****************...
Karim sonrió, era la época del año que mas le gustaba, el receso escolar, la época que se llevaba a sus hijos y a su mujer a Burhan. Kat casi no trabajaría y saldrían a acampar al desierto.
Karim vio correr al jefe de la guardia y eso solo podía significar una cosa.
— El príncipe ha escapado, sacó el todo terreno exclamó el guardia. — Iba con el príncipe Jalil Hazbun.
— Deben ir hacia las dunas manda a buscarlos exclamó Karim suspirando.