En el corazón de lo que alguna vez fue una ciudad vibrante, solo quedan sombras y ecos de una humanidad extinguida. Hace meses, un brote inexplicable convirtió a la población en una horda de seres desalmados, impulsados únicamente por un insaciable deseo de cazar a los pocos sobrevivientes.
Las calles, antes llenas de vida, ahora son un laberinto de ruinas, donde los edificios se inclinan bajo el peso del tiempo y del silencio. Los habitantes que quedan luchan por sobrevivir en un mundo donde la esperanza es un lujo y cada día podría ser el último.
Nadie sabe con certeza cómo comenzó el brote. Se rumorea sobre un experimento fallido, una maldición liberada, o un simple error humano que desató el caos. Lo único seguro es que la ciudad, que alguna vez simbolizó el progreso, ahora es un monumento a la desesperación y al fin de los tiempos.
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2 días después de la explosión
La Avenida del Despertar, alguna vez fue la arteria principal de la ciudad, un bullicioso boulevard lleno de vida y actividad. Ahora, sin embargo, se ha transformado en un desolado cementerio de vehículos.
Los coches, antes símbolos de movimiento y libertad, yacen destrozados, corroídos por el óxido y cubiertos de polvo. Muchos de ellos están volcados, con las puertas abiertas de par en par, como si sus ocupantes hubieran sido arrancados de su interior en medio de la desesperación.
^^^El aire está cargado de un hedor a descomposición, mezclado con el aroma rancio del combustible derramado. Algunas carreteras están bloqueadas por montones de escombros, barricadas improvisadas que alguna vez intentaron contener el caos, ahora rotas y abandonadas.^^^
^^^Dos días habían pasado desde que Etham y Lia se habían separado. Lia, en su travesía por sobrevivir, fue rescatada por tres individuos desconocidos mientras estaba en el hospital buscando suministros.^^^
Había estado inconsciente durante esos dos días, y cuando despertó, se encontró esposada a la cama de un cuarto simple, apenas decorado, con paredes grises que parecían absorber toda la luz que se filtraba por una ventana sucia.
^^^Una capa fina de polvo cubría los muebles del cuarto, señalando que el lugar había sido abandonado mucho antes de que ellos llegarán.^^^
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Las motos de estos tres individuos de nombre Clinton y Morgana. Una pareja de motoristas que se unió al grupo unos seis meses atrás y Erick, un chico de 26 años con una expresión difícil de descifrar en su rostro. También se unió según el hace un año atrás.
Su medio de escape y símbolo de su libertad, habían sido escondidas días antes, un recordatorio de la constante amenaza que acechaba fuera de las paredes del edificio.
^^^Mientras Lia comenzaba a recobrar la conciencia, escuchó el murmullo de una conversación en la habitación contigua. Los tres rescatistas discutían en voz baja sobre su siguiente movimiento.^^^
...—Tenemos que llegar pronto al punto de encuentro, o estaremos jodidos —dijo la única mujer del grupo, Morgana a los hombres, su tono lleno de urgencia....
^^^Con el rostro endurecido por la adversidad, se quejaba abiertamente.^^^
^^^—¿Por qué tenemos que ayudar a esta mocosa? —preguntó con amargura—. La gente muere todos los días, no es nuestro problema.^^^
Su pareja, el señor Clinton respondió con un semblante tranquilo, con calma.— amor Nunca viene mal una ayuda extra, no creés? No sabemos lo que pueda pasar más adelante.
...Lia, siempre con su mordaz sentido del humor, no pudo resistirse a intervenir, aún debilitada por su estado....
...—Cariño, el día que repartieron la simpatía, ¿tú llegaste tarde, cierto?. AAH, y no soy una mocosa....
Su comentario fue recibido con una mezcla de sorpresa por Clinton, y sonrisas que le fueron difíciles de ocultar gracias a la mirada de reproche de Morgana. Mientras tanto, el entorno donde se encontraban era un bloque de edificios sombrío y deteriorado.
^^^Las ventanas de los otros apartamentos estaban rotas o selladas con tablones, y los pasillos estaban llenos de escombros y objetos abandonados.^^^
^^^El olor a humedad se mezclaba con el de la sangre seca, una combinación que hacía difícil ignorar el peligro constante.^^^
^^^Lia dirigió su atención a los tres sujetos de la habitación, evaluándolos mientras ellos hacían lo mismo con ella. No era el momento de bajar la guardia, incluso si estos eran sus rescatadores.^^^
^^^La conversación continuó, y poco a poco, las presentaciones fueron hechas, cada uno compartiendo su nombre y un resumen cortito de donde provienen etc.^^^
^^^La única manera de sobrevivir era confiar, aunque solo fuera un poco, en los extraños con los que el destino los había cruzado.^^^
...(Clinton's y Morgana; son algo así como pareja)...
Morgana mantenía a Lia cerca, casi como si fueran viejas amigas charlando, aunque sus preguntas se volvían cada vez más personales. Lia, con el ceño fruncido, contestaba a cada una con una ironía cada vez más afilada.
^^^—¿Siempre has tenido esa chispa tan... encantadora? —preguntó Morgana, su tono dulce como el veneno.^^^
—Oh, claro. Viene de serie, al igual que mi increíble paciencia —respondió Lia, rodando los ojos.
...Mientras tanto, en la habitación contigua, Clinton hablaba en voz baja con Erick, sus palabras cargadas de urgencia....
^^^—Escucha, Erick, tenemos que llevar a esta joven a nuestra base cuanto antes. No hay tiempo que perder —susurró Clinton, lanzando una mirada preocupada hacia la puerta.^^^
—Esta joven se llama Lia. Te entiendo pero no podemos forzarla a quedarse. Lia va a querer largarse por su cuenta en cualquier momento —respondió Erick, con un suspiro.
Clinton chasqueó la lengua, impaciente.
^^^—Mira, Erick, ambos vimos lo mismo. Fue mordida por uno de esos rápidos, esos malditos zombis que parecen tener superpoderes. Y, sin embargo, ahí está, como si nada.^^^
La herida que debería estar infectada está casi curada. Le pusimos una venda, la engañamos para que pensara que tenía una herida seria, pero sabemos que es algo más... —dijo Clinton, apretando los dientes.
^^^—Sí, pero todavía no se ha convertido. Sabes tan bien como yo que algunos tardan en transformarse —apuntó Erick, con cautela.^^^
Clinton lo miró, esbozando una media sonrisa irónica.
—Ah, claro. Dime, ¿cuántos conoces que hayan durado tres días sin volverse unos monstruos carnívoros? —replicó Clinton, cruzándose de brazos.
...Erick iba a responder, pero fueron interrumpidos por la llegada de Morgana y Lia. Las dos mujeres entraron, y de inmediato el tono de la conversación cambió. Morgana seguía con esa sonrisa enigmática, mientras Lia los miraba con una mezcla de sospecha y frustración....
—¿Nos vamos o qué? —dijo Lia, con una ceja levantada.
^^^Clinton asintió, lanzando una última mirada a Erick. Sabían que el tiempo apremiaba, y no podían permitirse errores.^^^
Cuando salieron del bloque, los cuatro se movieron con precaución, sus miradas recorriendo los alrededores en busca del más mínimo movimiento.
^^^Morgana y Clinton mantuvieron a Lia en el centro, entregándole un bate de béisbol. Pero, aunque intentaban disimular, su desconfianza era evidente. Lia aceptó el bate sin decir nada, pero en su interior, las sospechas crecían.^^^
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