Completa
La vida nos da siempre segundas oportunidades y donde hubo fuego cenizas quedan, eso decía mi abuela.
Ari conoce a Álvaro cuando apenas tenían 16 años, ellos se enamoran, Pero por las circunstancias de la vida hace que cada quien tome un camino distinto a lo que ellos pensaron.
El destino los junta reviviendo el pasado amor de adolescente que tuvieron y ahora con mas fuerza.
NovelToon tiene autorización de Luna Azul para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cap. 14: El aniversario
ÁLVARO GRUBSTEIN
Un año pasó desde que me casé con Anne. Ya es diciembre nuevamente. Entre nosotros no ha habido nada. Ella ha hecho tantos intentos por conquistarme y siendo honesto siento cierta repulsión por Anne. En la niñez fuimos los mejores amigos, jugamos juntos, no sé en qué momento ella cambió ese sentimiento de hermandad a algo romántico. No sé si el ser amable con ella influyó, Pero no puedo verla como ella desea.
Empecé la universidad en Negocios Internacionales. Mi padre me mantenía vigilando 24/7, me sentía cansado de eso.
Estaba entrando a la suite cuando Anne se puso de frente.
— Necesito hablar contigo— seguí mi camino al cuarto— En serio necesito hablar contigo — ella me tomó de la mano y yo me solté de su agarre con un poco de brusquedad.
Me detuve.
— Habla rápido que no tengo tiempo para perderlo.
— Se acerca nuestro aniversario y mis padres están preparando una cena para nosotros.
— No quiero ir. Ahora ya soy mayor de edad. No me pueden obligar. Si pudiera me divorcio.
El motivo por qué no puedo divorciarme es porque mi padre hará lo que sea para que la madre de Ari sufra las consecuencias de mis acciones. Pero no todo está perdido. Hay un contrato pre nupcial, que si en 5 años no pasa nada entre nosotros podré separarme de Anne y solo así podré elegir esposa. Ya pasó un año, faltan 4.
— No puedes dejar a mis padres con la cena. Estarán tus padres. Recuerda los términos y condiciones — me molesté.
— Está bien. Haré acto de presencia. Por los momentos deja de molestarme.
Entré a mi cuarto y cerré la puerta con llave. Me acosté en mi cama, cerré mis ojos y lo primero que veo es el rostro de Ari. Los poquísimos momentos que pasamos los llevo clavados en mi mente. Es como repetir una escena de una película una y otra vez. No la he buscado para no comprometerla, ni la he llamado porque sé que mi teléfono puede estar intervenido, igual todas mis cuentas de correo, Instagram, Facebook, mensajería. Así que le pedí a un compañero de clase y amigo de la escuela, Jonathan, que me hiciera el favor de comprarme un celular y que me lo entregara en clase con discreción.
Saqué el celular y compartí el número con Jonathan. Me registré en cuentas nuevas bajo otro nombre y apellido, Mauro Lobo, esa sería mi falsa identidad en redes.
Busqué a Ari. Quería saber de ella. Tal vez en un futuro estemos juntos. Hay un dicho que dice que lo último que se pierde es la esperanza y que la paciencia es una virtud.
Encontré a Ari en Instagram. Tenía muchas fotos junto a un grupo que supongo que son sus compañeros de clases. Empecé a stalkear cada una de sus fotos. En cada foto salía un chico que empezaba a caerme gordo. Ella está fuera del país, había muchos hashtags de Estocolmo y de la universidad en sí.
Las clases del primer año terminó y no me pude librar de la cena de aniversario. En ese momento como iluminado por algún santo, le hice una propuesta a mi padre.
— Me gustaría viajar solo con Anne, nada de chaperrones. Un viaje por Europa. Me gustaría hacer un tour con mi esposa— le sonreí con hipocresía a Anne.
A ella le brillaron los ojos.
— Sería genial, tú y yo solos. Sería como la luna de miel que tanto quiero.
Anne cayó en la trampa, solo necesitaba que se convenciera para que ella fuera ese punto clave para ir en busca de Ari. Verla por lo menos una vez, pedirle tan egoístamente que me espere. Aunque ese chico me daba mala espina.
— ¿Tú quieres ir mi hija hermosa?
— Si papá. Por favor, yo quiero— Anne me tomó la mano. Yo dejé que ella la tomase.
— Lo que desee mi princesa.
— Creo que por su seguridad deberías llevar un guardaespaldas por lo menos— tenía que hablar mi padre.
— Está bien, no hay problema— Anne respondió.
No podía estar del todo contento, ya en el lugar buscaré la forma de escabullirme.
La cena terminó y regresamos a la suite. Ella se abalanzó.
— Espera. No hagas eso. Respeto por favor.
— Pero hace un rato, tú.
— Sí, hace un rato yo dije que quería ir contigo de viaje, sin forzar ni exagerar. Okey
— Está bien. Buenas noches mi esposito. Mañana viajamos— ella sonrió.
que no