Maryory Williams es una mujer de 33 años de edad periodista de profesión cuya carrera está a punto de ser destruida por defender a su antiguo amor de la secundaria y se encuentra en un momento muy importante de su vida porque debe enfrentar su mayor reto profesional, Porfirio Ruíz es un hombre de 33 años, un exfutbolista exitoso el cual está enfrentando el peor momento de su vida
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Capítulo XIV: Sin crimen no hay castigo
Ronald estaba muy consternado porque observó en primera fila como la vida de Dalia se iba apagando poco a poco y se preguntaba que había salido mal porque obviamente Dalia no llegó a usar la jeringuilla
-¿Tiene alguna manera de avisarle a sus familiares? – Preguntó el doctor de emergencias
Ronald aún no podía reaccionar ante la noticia de la muerte de Dalia y llevó sus manos a su cabeza porque estaba desesperado y soltó un grito de horror cuando una delicada mano tocó su hombro
-Querido para tratarse de una conocida, estás muy afectado – Dijo Carelia con sarcasmo
Carelia condujo hasta el centro médico luego de encargarse de limpiar cualquier evidencia de lo que hizo porque si no ocurrió un crimen no habrá un castigo
-¿Carelia que haces aquí? – Preguntó Ronald con asombro
Carelia negó con la cabeza y resopló con molestia porque se daba cuenta de que su prometido realmente estaba enamorado de Dalia, así que en cierto modo disfrutaba lastimándolo, así como él lo hizo con ella cada vez que la engañó con esa mujer
-Soy tu prometida, así que es mi lugar estar a tu lado en este momento – Insistió Carelia
Los padres de Dalia llegaron al lugar para encontrarse con la terrible noticia de la muerte de su hija y exigían una explicación, sin embargo, los doctores solo les informaron que sufrió una arritmia cardíaca
-Mi hija era una mujer de 33 años y estaba sana – Dijo el padre de Dalia
-¿Saben si su hija consumía algún tipo de droga? – Preguntó el doctor
Los doctores sospechaban que Dalia esa noche había consumido algún tipo de droga debido a sus síntomas, aunque no podían estar seguro hasta que recibieran
el informe del forense
-Doctor, esta noche yo la observé inhalando algo – Dijo Carelia fingiendo estar muy afectada
Ronald y los padres de Dalia la observaron con enojo porque no creían en sus palabras, el problema es que Dalia siempre mostró una imagen muy angelical y era difícil creer que era una mala persona
-¿Carelia porque dices ese tipo de cosas? – Preguntó Ronald
-Porque es la verdad y tengo pruebas para demostrarlo – Dijo Carelia
Carelia trajo consigo la cartera de Dalia y cuando la abrió frente a las personas encontraron un par de cosas muy comprometedoras, entre ellos una pequeña porción de un polvo blanco, se escucharon los sollozos de la madre de Dalia, la cual casi se desploma mientras Ronald observaba a su prometida con verdadero terror porque sabía que Dalia no era una adicta
-Alguien pudo ponerlo para inculparla – Dijo Ronald
La razón de Carelia para estar en ese lugar era controlar la narrativa y desviar la atención para que no sospecharan de que ocurrió un crimen, debido a que desconocían la razón por la cual murió, debían esperar por los resultados de la autopsia
-¿Quién pudo hacer algo como eso? – Preguntó Carelia
-Pudo ser Porfirio o Maryory – Respondió Ronald
Carelia negó con la cabeza y puso una expresión de asombro porque sabía que su prometido haría esto y no lo iba a permitir porque si Porfirio o Maryory eran acusados de este crimen, sabotearían sus planes de castigar a Ronald por sus malas acciones
-¿Cómo puedes decir algo como eso? – Preguntó Carelia con asombro
-Porque ellos son los únicos interesados en que le pase algo malo a Dalia - Respondió Ronald
Los padres de Dalia escuchaban a Ronald y estuvieron de acuerdo con si afirmación y en medio de su dolor se llenaron de mucha ira y juraron vengarse si Porfirio tuvo algo que ver con la muerte de su hija
-Es absurdo lo que estás diciendo
La madre de Dalia, a pesar de sus sollozos, estaba de acuerdo con las palabras de Ronald
-Si algo le ocurría a mi hija, Porfirio es el mayor beneficiado – Dijo la madre de Dalia
- Dalia le debía una fortuna a Porfirio y ahora que murió nunca va a recibir su dinero\, además durante toda la noche se mantuvieron distanciados – Respondió Carelia
-Porfirio no necesita ese dinero – Respondió el padre de Dalia
-Tiene razón, pero el Porfirio que conozco es un hombre muy inteligente y sabe que sería el primer sospechoso
-Si no fue él, entonces lo hizo Maryory – Insistió Ronald
-Ronald, comprendo cuanto desprecias a tu ex, sin embargo, Maryory no obtiene ningún beneficio con la muerte de Dalia porque después de todo Porfirio está divorciado
Las palabras de Carelia resultaron muy convincentes para la mayoría de los presentes, además de que era un hecho conocido que existía mucha animosidad hacia Maryory así que no la defendería a menos que ella creyera que realmente era inocente
-Este no es un buen momento para hablar de esas cosas – Dijo el padre de Dalia
-¿Y ahora que va a pasar con los niños? – Preguntó la madre de Dalia
Ronald esperaba el momento en el cual pudiera conversar con Carelia a solas y cuanto esta se presentó la tomó de la muñeca con fuerza y la acercó para reclamarle lo que estaba haciendo
-¿Qué demonios estás haciendo? – preguntó Ronald
Carelia se sonrió con tanta malicia que hizo estremecer a Ronald porque se daba cuenta de que realmente no la conocía
-Salvando tu infiel trasero, así que deja de insistir que ocurrió un crimen o te garantizo que vas a ir a la cárcel – Dijo Carelia con un tono de voz muy frío
Ronald estaba impresionado de sus palabras y la soltó como si se tratase de un objeto radioactivo, observó como se marchaba y cuando tocó su bolsillo se dio cuenta de que la jeringuilla había desaparecido
-Sin crimen no hay castigo – Dijo Carelia mientras se sonreía
Maryory estaba sorprendida cuando sintió la excitación de Porfirio, debido a que siempre la trataba de forma respetuosa como a una amiga, pero dado lo que sentía por él era muy difícil no emocionarse
-Lo siento si te hago sentir incómoda, pero creo que pusieron algo en mi bebida – Dijo Porfirio
Maryory sintió desilusión de inmediato porque supuso que esa era la razón por la cual reaccionaba hacia ella de esa manera e intentó soltarse de su abrazo, lo cual fue imposible debido a que Porfirio la sujetaba con mucha
firmeza
-Debemos llamar a un doctor para que te recete algo, ya que no quiero que hagas cosas de las cuales luego puedas arrepentirte – Dijo Maryory
Porfirio buscó sus labios porque sentía la urgencia de besarla y aunque Maryory quería evitar que esta situación continuara, era difícil resistirse, luego de un apasionado beso los dos casi se quedan sin aliento
-Te aseguro que no me voy a arrepentir, el problema es si realmente quieres hacerlo – Respondió Porfirio
La mente de Maryory era un caos debido a que, por supuesto, que esto era que lo quería, lo que le molestaba es que la única razón por lo cual iba a pasar es porque estaba Porfirio estaba bajo el efecto de una medicina y eso le causaba mucha incomodidad
-Porfirio estás actuando de esta manera debido a la medicina - Respondió Maryory
Porfirio negó con la cabeza porque la medicina lo único que hacía era desinhibirlo, después de todo ella siempre le pareció muy atractiva o de lo contrario la medicina no le habría hecho ningún efecto y lo sabía bien por qué esta no era la primera vez que Dalia jugaba un truco como este y se sentía enojado por caer nuevamente.
-No me voy a arrepentir, aunque se trate de algo de solo una vez – Dijo Porfirio
Porfirio desde la secundaria se sintió muy atraído por Maryory, no obstante, ambos tenían parejas en ese momento y de lo único que se arrepentía era de no haber cruzado esa línea porque tal vez su vida habría sido diferente, realmente no quería aprovecharse de la situación, sin embargo, pensaba en que esto podría ser una experiencia única de la cual nunca volverían a hablar
-¿Exactamente a que te refieres Porfirio? – Preguntó Maryory
Porfirio comenzaba a sentirse un poco desesperado porque su hombría presionaba contra su pantalón, lo cual resultaba un poco doloroso y en silencio maldecía a Dalia por hacerle esto, aunque era estéril, sin embargo, eso no quería decir que era impotente así que no necesitaba usar sidenafilo (viagra) para que pudiera funcionar como hombre
-Solo cierra los ojos y déjate llevar – Le susurró Porfirio al oído
Maryory obedientemente cerró los ojos, y sintió como una de sus manos se deslizaba por su vestido hasta llegar a la abertura, acarició su pierna y continuó su camino hasta llegar a su ropa interior y sentir su humedad, la sintió estremecerse
-No voy a hacerte daño – Le dijo con amabilidad
Maryory estaba sorprendida de que Porfirio resultara tan osado, y el contacto de sus dedos contra su zona íntima la hizo gemir y temblar ligeramente, y ella no podía creer que llegara al clímax en un par de minutos, mientras que sus piernas parecían de gelatina, por suerte Porfirio la sujetaba porque podría caer al suelo fácilmente, él la observaba muy complacido porque esta expresión en su rostro era algo que siempre quiso ver
-¿Vamos a mi habitación? – Preguntó Porfirio
-Sí – Respondió Maryory