"Y si alguna vez te lastimé, sabes que también me lastimé a mí mismo. No estoy tratando de ser cualquier tipo de hombre, solo intento ser alguien a quien puedas amar, confiar y comprender."
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La soledad tiene un sabor
Después del juicio, las horas habían pasado y el apartamento se sentía más opresivo que nunca. Las paredes, que antes eran un refugio, ahora se cerraban sobre mí, atrapándome en un ciclo interminable de pensamientos y recuerdos dolorosos. Cada rincón parecía susurrar mi fracaso, la distancia entre Summer y yo convirtiéndose en un abismo insalvable.
Con toda la frustración acumulada, golpeé la pared con todas mis fuerzas, sintiendo el dolor irradiar por mi brazo. Me quedé allí, respirando con dificultad, mi mano todavía en la pared, hasta que finalmente la solté.
Terry estaba allí, como siempre, su presencia inmutable y desapegada. Se acercó con esa mirada fría y sin vida, y empezó a hablar en su tono habitual, sin emoción.
—Golpear la pared no cambiará nada. Solo te hará daño a ti mismo.—
Giré para mirarlo, buscando algo en sus ojos, cualquier cosa que indicara que entendía mi dolor. Pero sus ojos eran pozos vacíos, como siempre.
—¿Qué quieres que haga, Terry? ¿Simplemente siga adelante como si nada hubiera pasado?—
Terry inclinó la cabeza ligeramente, como si considerara la pregunta. —Sí. Las emociones son inútiles si no conducen a una solución. No te ayudan. Te debilitan.—
Sus palabras eran como hielo, cortando a través de mi desesperación con una frialdad que casi dolía más que mi propio dolor. Me desplomé en el sofá, sin saber qué más decir o hacer.
—Me siento vacío, Terry. No sé qué más hacer.—
Terry se quedó en silencio por un momento, luego se acercó y se sentó a mi lado. Su proximidad era extraña, casi incómoda, pero no me moví.
—No hay mucho que puedas hacer en este momento. Solo seguir adelante. Las cosas cambiarán eventualmente. Siempre lo hacen.—
Lo miré, buscando alguna chispa de humanidad en él, pero encontré lo mismo de siempre: un vacío insondable. Pero entonces, hizo algo que nunca habría esperado. Se inclinó y me besó. Fue intenso, inesperado, y me dejó sin aliento. Cuando se apartó, sus ojos seguían siendo tan fríos como siempre.
—Nos veremos después, Damien. O tal vez nunca. Nos debemos mutuamente.—
Antes de que pudiera responder, Terry se levantó y se dirigió hacia la puerta. Lo observé irse, mi mente enredada en confusión. El beso, sus palabras, todo era una maraña de emociones que no podía desenredar.
Cuando la puerta se cerró detrás de él, el apartamento se sintió aún más vacío. Me dejé caer en el sofá, mirando al techo, intentando procesar lo que acababa de suceder. La imagen de Terry alejándose, tal vez para siempre, se quedó grabada en mi mente.
¿Nos debemos mutuamente? ¿Qué demonios significaba eso?
Me acerqué lentamente a la ventana, pero Terry ya no estaba. Su desaparición era tan silenciosa y abrupta como siempre, dejando una estela de misterio tras de sí. Tocando mis labios, me sentí extraño, confundido por el gesto inesperado. Terry no me gustaba, y estaba seguro de que yo tampoco le gustaba a él. Ese beso no había significado nada, solo un acto vacío, carente de emociones. Solo esperaba no volver a encontrarme con él.
Desde ese día, mi vida tomó un giro decidido. A los 7 meses Eleanor se marchó con Summer a otro país, y la distancia se convirtió en una barrera infranqueable. Cualquier intento de mantener contacto con Summer fue infructuoso. Eleanor se aseguró de que mi presencia en la vida de nuestra hija fuera tan mínima como posible. Al final, dejé de intentarlo. Dejé de luchar por un vínculo que se desvanecía con cada día que pasaba.
Los meses siguientes se desdibujaron en un patrón repetitivo de trabajo y soledad. Para mí, las relaciones se volvieron irrelevantes, y me centré en lo único que podía controlar: mi carrera. Dejé los trabajos temporales y me mudé a una casa modesta pero funcional. Decidí establecerme en una nueva ciudad, lejos de los fantasmas del pasado.
El cambio de ambiente fue duro, pero necesario. Empecé a trabajar en una empresa, comenzando desde abajo, pero con una determinación que no dejaba lugar a dudas. Cada día era una oportunidad para demostrar mi valía, para avanzar un poco más en el escalafón corporativo. Mis jefes notaron mi ética de trabajo y mi capacidad para mantener la calma bajo presión. No tenía tiempo para distracciones, y mi elocuencia me hacía efectivo en la toma de decisiones difíciles.
Durante muchísimos meses, mi vida se transformó en un ciclo monótono pero productivo. Me levantaba temprano, me dirigía al trabajo y volvía a casa tarde, solo para repetirlo todo al día siguiente. Mis avances en la empresa fueron notables. A los tres meses, me ofrecieron un puesto de mayor responsabilidad. A los seis meses, estaba liderando un equipo. El éxito profesional llenaba el vacío que la pérdida de mi hija y el desmoronamiento de mi matrimonio habían dejado.
Cada noche, al volver a casa, encontraba consuelo en la rutina. Mi apartamento era un reflejo de mi estado emocional: ordenado, eficiente, pero desprovisto de calidez. Me aseguré de mantenerlo impecable, tal vez como una forma de tener control sobre al menos una parte de mi vida.
A veces, me encontraba pensando en Terry, en ese extraño encuentro y sus palabras frías. Pero rápidamente apartaba esos pensamientos. Él era solo una sombra pasajera en una vida que ya tenía suficientes sombras permanentes.
Al final, recibí la noticia de que Eleanor y Summer habían decidido quedarse en el extranjero indefinidamente. No me sorprendió. Sabía que esta era la forma de Eleanor de borrar nuestra historia común y comenzar de nuevo. Acepté la realidad con la misma frialdad que había adoptado en todos los aspectos de mi vida.
Así era mi vida ahora: trabajo y una inquebrantable voluntad de seguir adelante, sin mirar atrás. No tenía espacio para el amor ni para la compasión, solo para el progreso y el éxito. Había aprendido a sobrevivir en un mundo que no dejaba lugar para las debilidades emocionales. Y en esa supervivencia, encontré mi nueva identidad.
w(°o°)w impactada, vida difícil la de Terry :(
pero al final si la encontré, los milagros existen 🙏🏾😭
te trataba como una cucaracha con kk y tú todavía eres dependiente a el
patético