¿Cómo inició? como para terminar de este modo. Frente al Archiduque Maximilian yacía la mujer que creyó muerta.
Aquella dama que todo el mundo creyó muerta. Pero ante la conmoción de todos en aquel banquete Imperial, la voz del principe heredero que no ocultaba su molestia frente a la situación resonó en todo el salón.
«¡¿Cómo te atreves?!»
Él era un hombre que estuvo en la guerra desde hace 15 años, pero lo que los sorprendía no era la cara del principe heredero lleno de un aura asesina, sino el niño pequeño que traía en sus brazos, uno que tenía su mismo cabello blanco.
Y para Maximilian la cara de la dama no era lo que él conocía.
Ella no podía ser Jadella, ella no podría ser su difunta esposa, ella no podía serlo, por qué la Jadella que él conocía... jamás lo miraría con tanto desprecio.
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DOS TEMIBLES LÍDERES
Kevin era un capitán del temible ejército llamado por los bárbaros "muerte blanca".
Un nombre que fue dado por el Rey Bárbaro Atlas para aquel que maneja a todo el ejército enemigo, aquel nombre que incluso traspasó su guerra llegando a oídos de los residentes del Imperio Ardama y tal vez otras naciones.
En las frías tierras de los caminos de las montañas nevadas, la guerra predominaba salvajemente entre el Imperio Ardama y los bárbaros que venían de tierras complicadas a la cuál llamaban "Vajsheram".
Al igual que el Imperio Ardama, los bárbaros poseían un poderoso y numeroso ejército, de lo contrario ¿Cómo podrían haber durado tantos años en guerra?
En la mayoría de los enfrentamientos el temible Rey Bárbaro Atlas siempre intercambiaba golpes con el temible príncipe heredero de Ardama.
En cada enfrentamiento era de ese modo debido a al misterioso linaje que ambos grandes personajes poseían. Pero en esta ocasión el Rey Bárbaro no encontró a la muerte blanca siempre rodeado de sus lobos y empuñando si espada ignorando el frío clima.
No lo había visto por semanas y para su felicidad el ejército bárbaro estaba cerca de llegar al gran campamento del Imperio Ardama en las montañas nevadas.
Sólo encontró al capital Kevin junto a siete generales al frente de todo el ejército de la muerte blanca. No verlo una vez era coincidencia, no verlo dos veces era descuido, no verlo por semanas era abandono.
Enojado preguntó gritando a los hombres que lideraban en lugar del príncipe heredero:
«¡¿Dónde está?!, ¡¿Dónde está muerte blanca?!»
Los generales contestaron gritando:
«¡¡A usted no le debería importar dónde se encuentra su majestad!!»
«¡¡No tiene derecho a saberlo!!»
«¡¡Y no se lo diremos!!»
«¡¡Incluso si amenaza nuestra vida, nunca lo sabrá!!»
El Rey Bárbaro Atlas tenía una enorme hacha de doble filo atada en su espalda, como no recibió respuesta con un simple gesto de su mano su ejército detrás de él avanzó corriendo por la nieve blanca y rocosa.
«si no me dicen a las buenas, será a las malas»
El Capitán Kevin levantó alto la voz.
«¡¡Todos contraataquen!!, ¡¡No podemos permitir que lleguen al campamento!!»
Los soldados empuñaron su espada y los arqueros por atrás preparaban las flechas.
Ambos bandos tenían arqueros y la lluvia de flechas empezó al mismo tiempo que ambos bandos chocaron sus armas de forma violenta con intención asesina.
Las montañas resonaban no sólo con las espadas haciendo "¡CLANCK!" o las flechas silbando "¡FLISSSS!", si no los gruñidos...
¡¡ROARR!!
¡¡ROARR!!
Lobos de todo tipo de color por parte del Imperio Ardama y perros lobo por parte de los bárbaros.
El Imperio retrocedía lentamente debido a que nadie más que su príncipe heredero era capaz de retener al Rey Bárbaro.
El Rey Atlas levantó alto su puño para dar el golpe de gracia a Kevin tosiendo sangre a sus pies.
«por última vez, ¿Dónde está muerte blanca?»
Kevin le sonrió con el mentón ensangrentado y sosteniendo con fuerza el mango de su espada rota...
«cof, cof ugh... Pudrete»
«ahora veo por que muerte blanca te considera su mano derecha»
«haha...» [ni siquiera yo se dónde está su majestad, aunque si supiera tampoco te lo diría]
Su puño descendió con fuerza, pero no llegó a tocar a Kevin.
Una sonrisa en la cara del Rey Bárbaro se hizo notar al sentir dolor en su gran mandíbula, un puño más pequeño había llegado a torcer sus huesos lanzandolo a chocar contra algunas rocas de la montaña.
[Llegaste...]
Sus ojos rojos cruzaron miradas con los ojos azabache del príncipe heredero.
[Muerte blanca]
¡PLACK!, ¡CRACK!
Se escuchó como la roca se rompió y el Rey Bárbaro Atlas se volvía a levantar enseguida.
«¡¡Kuajajajajajaja!!»
Su risa sonó tan fuerte que llamó la atención de muchos soldados de ambos bandos.
Kevin en si ya tenía las pupilas dilatadas al ver la espalda de su príncipe.
«su majestad»
Su príncipe desenfundó su espada y las marcas negras como raíces llegaron a sus ojos, todos a su alrededor sintieron una presencia aterradora, el miedo que provocaba con sólo hacer acto de presencia...
Tal vez por eso el Rey Bárbaro Atlas le había nombrado: la muerte blanca.
«levantate Kevin»»
«... si majestad»
Kevin se volvió a parar algo tambaleante debido a lo herido que estaba y también le afectaba el miedo que provocaba el príncipe.
«ve a la enfermería»
Sin esperar la respuesta de su capitán, la muerte blanca corrió hacía el Rey Bárbaro Atlas y Atlas lo esperó emocionado.
«¡Jajaja!, ¡Ya te habías tardado!»
¡¡CLANCK!!
La hacha y la espada chocaron provocando una onda de choque. Pero la mirada del príncipe solo era de indiferencia.
«luego de que tus hombres me emboscaran me pregunté, ¿El Rey Atlas es de los que juegan sucio?»
¡CLANCK!, ¡CLANCK!, ¡CLANCK!, ¡CLANCK!
«jajaja... No tengo idea de lo que hablas, pero el que hayas vuelto vivo significa que sigues siendo el único digno de enfrentarme»
«... ya disfrutaste bastante mi ausencia, es hora de que dejes de invadir mis tierras»
¡CLANCK!, ¡CLANCK!, ¡CLANCK!
«¡Intental-¡¡Ugh!!» [mierda]
El brazo de Atlas fue cortado con profundidad por la espada de su contrincante y al distraerse tan sólo un segundo su adversario atravesó su abdomen haciendo que escupieron un poco de sangre.
«Cough..»
Atlas retrocedió aún cargando su pesada hacha de doble filo.
«parece que algo te ocurrió ¿Verdad?»
«...»
«Estás más violento y brutal de lo normal. No moriré con este leve corte, pero me preocupa mi gente... si estás de mal humor es malo»
«entonces ¿Qué te parece si lo dejamos por hoy?»
«...bien, arregla tus mierdas para mañana en la mañana»
Atlas dió un agudo silbido y los perros lobo regresaron por su lado. Al mismo tiempo que los silbidos de los generales hicieron que los lobos regresaran a su bando.
Los soldados cayeron aliviados de que por el momento todo terminara gracias a la llegada del príncipe.
Los siete generales se inclinaron ante su majestad.
«¡Bienvenido de vuelta su majestad príncipe Eliot!»
Eliot guardó su espada y dio medía vuelta dando órdenes.
«encarguense de llevar los heridos con los médicos y a los lobos heridos con los veterinarios y traten de dormir bien para mañana, es muy probable que luego no puedan hacerlo»
«¡Si majestad!»
***
Kevin estaba siendo atendido por una linda enfermera que vendaba su brazo.
«estará bien en tres días»
«gracias Zafira»
La enfermera se fue de inmediato a atender a otro paciente, pero se inclinó 90° cuando llegó el príncipe heredero.
«su majestad»
Eliot la ignoró y miró a Kevin, él se asustó instintivamente.
«ven conmigo ahora mismo»
«¡Si!»
Kevin ignoró los moretones que tenía en el cuerpo y caminó detrás de Eliot en completo silencio. Sorprendentemente le abrió la entrada a su tienda de campaña.
Una construida específicamente para el príncipe heredero y la última vez que alguien trató de entrar terminó con la cabeza y cuerpo separado.
«si me quiere matar sólo dígamelo»
«te mataré si no entras»
«ya estoy entran...do»
Kevin entró y se quedó petrificado cuando vio a una hermosa mujer de cabellera rubia durmiendo en la cama del príncipe rodeaba de los 6 lobos blancos que eran exclusividad de su majestad.
«¿Su majestad?»
Eliot entró y se acercó a la cama con cuidado y susurro con suavidad.
«Jadella»
«¿Hmm?»
«ya volví»
Jadella abrió lentamente los ojos sintiéndose tranquila de ver la cara de Eliot.
«volviste»
Eliot sonrió sin ligereza lo que asustó a muerte a Kevin ya que nunca en su vida lo había visto poner aquella expresión.
[¿Qué... qué demonios está pasando?, ¿Acaso tengo una pesadilla?, ya sé, estoy muerto, ¡¡Eso es peor!!]
Con la ayuda de Eliot; Jadella se sentó en la cama y vio a un soldado parado cerca a la entrada.
«él es Kevin, será quién te protegerá y te atenderá mientras yo voy al frente»
Kevin gritaba internamente un...
[¡¡¿Yo qué?!!]
Jadella se sintió un poco mal.
«no tenías que preocuparte por eso, ya te causé muchos problemas»
«es una zona peligrosa, es una zona de guerra»
«... entiendo, esta bien. Eliot»
«¿Si?»
«tú... ¿Crees... que yo... pueda entrenar?»
«si eso quieres puedo conseguirte una maestra»
«¿De verdad?»
«te traje a un lugar peligroso tomaré la responsabilidad»
«gracias»
Eliot se levantó y le dió un beso en la frente a Jadella.
«tengo cosas que atender luego de desaparecer por tanto tiempo, volveré en la noche»
«...¿Cosas como qué?»
«inventario de suministros, lista de heridos y zonas perdidas en mi ausencia»
«ya veo, no te molestaré entonces»
Jadella se sintió más tranquila y Eliot se dirigió a la salida, no sin antes tocar el hombro de Kevin con un aura asesina.
«si le pasa algo tú estas muerto»
«s-si»
«Mantén en secreto su existencia a menos que ella quiera aparecer y si tiene alguna pregunta sólo deberás contestar sin importar el asunto»
«si majestad»