Mi Diamante A Pulir

mis padres se fueron, solo quedaba Lola y Dante que estaban por irse.

Amiga! Mañana nos vemos, te paso por mensaje lo que dieron hoy en la universidad- dijo Lola- Derek tratala bien por favor.

En qué te vas amiga?- pregunto Hanna

Voy a pedir un taxi- dijo Lola

Aaaaahhh no, eso no, yo te llevo- dijo Dante- de todas formas vamos para el mismo lado.

¿Cómo sabes dónde vivo?- pregunto Lola preocupada

No lo sé, solo sé que vamos los dos para la ciudad- dijo un Dante sonriente. Le di un golpe en el brazo y solo rio a carcajadas.

Se fueron los dos riendo y apenas la puerta se cerró el pánico se reflejo en la cara de Hanna.

Volvamos a la sala- dije amablemente

Al llegar ella se sentó en el sofá y me miró.

Ahora sí Hanna quiero saber todo- dije firmemente

A qué te refieres con todo- dijo cabizbaja

A ver a ver, primero que nada no tenes porque bajar la cabeza ante mí ni ante nadie. Y quiero saber todo Hanna, como es que terminaste trabajando en un restaurante, te manejas en bus y terminaste siendo una empleada más en tu propia casa - dije

Bueno, todo comenzó cuando mamá murió de un cáncer fulminante, al poco tiempo papá se casó con Linda, quien años después descubrí que siempre fue su amante mientras mamá vivía. Me corrieron de mí habitación al ático, quisieron tirar las cosas de mamá y no las dejé, grave error el mío, ahí empezaron los maltratos. Papá veía y escuchaba todo pero nunca dijo nada, claramente en tu oficina escuchaste que era porque me parecía a mamá. Nunca tuve un auto, por eso lo del Bus y trabajo para mantenerme, papá nunca me dió dinero- dijo tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar.

Espera, espera, vivías en un ático?? ¿Cómo que no te daba dinero si todo eso es tuyo? - dije tratando de analizar todo.

*Esto es más complicado de lo que pensé, cuando levanté mí mirada logré ver a mí nana Marixa llorando a moco tendido, claramente escucho todo lo que contó Hanna, estaba tan o más conmocionada que yo*

Mañana mismo vamos a ver a un abogado amigo, eso si todo queda en tus manos, tu decides que hacer a continuación - dije agarrando sus manos.

Está bien, eso ya pasó, solo quiero vivir tranquila y ser feliz, puedo serlo?- pregunto Hanna como si fuera una niña pequeña.

La abrace fuerte, besé su cabeza y le dije- Claro que puedes, es más yo me voy a encargar que eso sea posible mí diamante, ahora vamos a descansar, ya es tarde y mañana tenés universidad y yo trabajo. No se me olvida lo del abogado.

Subimos a nuestras habitaciones, la dejé en la suya y yo pese directo a la ducha de mí habitación. Me acosté pero no pude dormir mucho, no podía sacar de mí cabeza la historia de Hanna. ¿Como un padre puede hacer eso? Mis padres me dieron todo siempre y ahora entiendo lo afortunado que fui.