MI MEJOR VENGANZA

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-¡Jorder!

Espeto el hombre molesto al escuchar la alarma que anunciaba que debía levantarse, por un momento recordó su propósito en esa ciudad así que se levantó de inmediato e ingresó a la ducha, media hora después se encontraba enfundado en un costoso traje color negro, acompañado de una camisa blanca, una corbata y bayetilla de color azul.

-Señor ya todo está preparado.

Le decía su mano derecha mientras abría la puerta de auto.

-Bien Zayn, pasemos por un café y después hacía la empresa, a partir de hoy esa maldita va a pagar todo lo que hizo.

-Bueno señor.

-ANA, VEN A DESAYUNAR YA.

La hermosa chica llego hasta el comedor en donde la esperaba su gran amiga con la mesa puesta para disfrutar de un delicioso desayuno.

-Emma, esto es mucho ¡Por Dios!

Decía con su voz cortada, y no era para menos pues lastimosamente había perdido la voz el día anterior por un fuerte resfriado.

-Nada de eso, es apenas para empezar bien tu día, tu gran y esperado día.

Ambas chicas sonrieron y desayunaron juntas.

-Adiós Emma, te veo en la noche.

-No lo creo cariño, hoy tenemos la fiesta en casa de Ángelo, así que tu vendrás conmigo y para eso nos encontraremos en la tarde, tenemos que escoger unos hermosos vestidos.

-No, no, no, sabes que conmigo no cuentas para eso.

-Amiga, no digas eso, mira que eres hermosa y ya es hora de que abras tu corazón, que salgas conozcas personas nuevas.

-Sabes que eso no pasara.

-Ana, enserio ya han pasado dos años, deja ir tu pasado, tienes que abrirte conocer personas, eres bella, talentosa, cualquier hombre estaría orgulloso de tener una mujer como tú y no lo digo porque eres mi amiga, lo digo porque es verdad. Ven conmigo a la fiesta, Ángelo quiere presentarte a un amigo suyo.

-No Emma, sabes que no soy una buena compañía, y no quiero que tú y tus amigos se aburran por mi culpa.

-Eso no pasara amiga, por favor ven conmigo a la fiesta, ademas usaremos antifaz, por favor.

Le decía mientras juntaba sus manos en señal de súplica.

El hombre llego a la empresa Williams.

-Buen día, tengo una cita con el señor Williams.

-Con gusto caballero, me recuerda su nombre por favor.

-Claro, soy Maikcol Vans.

-Permítame un momento ya lo anuncio señor Vans.

Le decía la chica de manera amable.

Minutos después el hombre se encontraba en la oficina del padre de Ana.

-Mucho gusto señor Williams, es un placer conocerle.

-El gusto es mío muchacho, pero cuénteme que lo trae por este rumbo, pues tengo entendido que su fuerte en los negocios es en el exterior.

-En eso tiene razón, pero un gran amigo mío el señor Walter Russo, me ha dado a conocer que usted esta buscando inversionistas para su compañía debido a que actualmente están pasando por un mal momento financiero, ¿Estoy en lo correcto?

-Así es señor Vans, en estos momentos estamos ampliando la posibilidad de nuevas inversiones, pero no es verdad que estemos pasando por un mal momento financiero.

Respondió el anciano tratando de sonar seguro, aunque la verdad era que se encontraban a un hilo de perder su compañía.

-Como sea señor Williams, en este momento estoy interesado en invertir en ese sector financiero, si esta de acuerdo le dejare una propuesta y espero recibir su respuesta en corto tiempo.

El hombre asintió y después de que Maikcol se marchara, llamo a su hija para comentarle lo sucedido.

Llego la noche y Ana se encontraba con su amiga en casa del novio de ella, pues se daría una gran fiesta.

-Vamos a bailar Ana.

Le decía su amiga bastante animada.

Ambas chicas se movían al compas de la música, sin saber que a lo lejos una mirada lobuna las observaba.

-Vaya Ángelo, tienes una gran mansión aquí.

-Que te puedo decir Maikcol, me agrado esta ciudad y decidí establecerme.

-Hombre me alegra por ti.

-Gracias, pero cuéntame ¿Como van tus planes?

-Muy bien, de hecho, hoy lance mi primer movimiento, pronto mis planes estarán completados.

-Pues me alegra mucho por ti, mi amigo, espero puedas completar tu misión, por ti y por tu hermano.

-Así será.

Decía mientras observaba hacía la pista de baile.

-Cuéntame Ángelo, ¿Quién es la chica que baila allí?

Le decía mientras le señalaba a Ana y a Emma.

-Oh, hablas de Emma, ella es mi novia ahora te la presento.

-Wow, disculpa amigo no quise ver a tú novia.

El hombre se retiró y fue a buscar a la chica.

-Amore mío, ven que quiero presentarte a un amigo.

Emma sonrió y abrazo a su amado.

-Ana, discúlpame un momento voy con Ángelo y ya regreso.

-No te preocupes Emma, igual creo que iré a casa.

-No amiga, por favor lo prometiste, recuerda.

-Lo sé, pero ya te acompañé durante un buen tiempo, ya es hora de ir a casa.

-Emma,  Amore vamos.

-Amiga, no te vallas tan pronto, ya regreso contigo.                                                                                             Abrazo a la chica y se alejó con su novio.

-Mira Maikcol, te presento a mi novia Emma.

El hombre giro y al observar a la chica, noto que no era la mujer que había visto bailando.

-Mucho gusto Maikcol Vans.

Emma sonrió al apuesto caballero.

-Un gusto Maikcol, soy Emma Miller.

Después de algunos minutos de charla Emma decidió que debía darle un empujón a su amiga.

-Maikcol, disculpa ¿Vienes acompañado?

-No, en lo absoluto.

-Bien, te voy a presentar a mi amiga ella también viene sola.

El hombre asintió y minutos después Ana se encontraba frente a el.

-Mira ella es mi amiga A...

No termino sus palabras cuando fue cortada por el hombre, quien de inmediato tomo la mano de la chica dejando un beso en su dorso.

-Mucho gusto, soy Maikcol Vans.

-Mucho gusto.

Respondió Ana con su ronca y escasa voz

-¡Oh! veo que estas enferma, mejor no esfuerces tu voz.

La chica sonrió y minutos después se encontraban en la pista de baile, el hombre se dejo envolver por la exquisita fragancia del perfume que llevaba la chica.

-Hueles delicioso.

Ana sonrió, al terminar la canción la chica se despidió y salio del lugar, Maikcol quien se encontraba en el baño quedo desilusionado al regresar y no hallar a la mujer que lo había cautivado por esa noche, a pesar de que el antifaz cubría parte de su rostro, no podía negar que esos maravillosos ojos lo habían deslumbrado.

La mañana llegó y Emma ingreso al apartamento después de una gran noche de fiesta.

Ana por su parte se encontraba en su habitación, terminando de alistarse para salir rumbo a la oficina.

-Amiga, hoy no estaré en el apartamento en la noche, así que no me esperes.

-Hum, ¿Y eso?

-Me quedare en casa de Ángelo.

-Wow, cambiaste a tu amiga por tu novio esto es increíble.

Le decía la chica tratando de sonar dolida.

-Amiga, sabes que a ti no te cambiaría por nadie eres mi hermana, pero Ángelo viaja mañana y tardará algunas semanas en Italia, por lo que hoy será nuestra despedida.

-Sabes que bromeo, amiga me alegra por ti y por tu novio, así que ve con cuidado y te veré mañana.