Sin Elección Villana

Kristen se acercó y miró por la ventana de la casa, miró cada rincón y cerca de la chimenea vio a la mujer de antes sentada, mientras peinaba a una niña.

Observó como la niña jugueteaba con su muñeca y sonreía adorablemente.

Kristen apretó sus labios y cerró sus ojos para luego suspirar débilmente. «No puedo morir, tengo que matar a esas escorias primero. Y si tengo que sacrificar vidas inocentes en el proceso, no me importa. Aquí lo que cuenta es que esté viva, si muero nada servirá, llegar aquí y haber pasado por todo lo de antes, si muero todos me olvidaran».

Kristen tocó con una piedra la ventana y esto llamó la atención de la mujer, ella se levantó de su asiento y fue a examinar la ventana. Arrugó sus cejas confusas pero, se alarmó al oírla la puerta ser forzada y corrió y tomó su arco, la cual mantenía en el suelo bajo la alfombra.

La niña se tapó los oídos y comenzó a llorar en silencio.

—Mierda, creo que he sido descuidada esta vez. —Ella apuntó su arco a la puerta esperando quien sea que vaya a entrar pero, fue sorprendida por la ventana.

Kristen entró sin importar el daño que podría hacerse con el vidrio. La mujer disparó con desesperación pero, Kristen esquivó dando un salto y vuelta en el aire.

—¿Cómo sigues viva aún? —Ella le cuestionó a Kristen y en respuesta Kristen subió ambos hombros.

—Soy una Russen, tu veneno es una mierda frente a las que antes inyectaron en mi cuerpo. —La mujer abrió los ojos de la sorpresa y volvió a lanzar otra flecha.

Kristen se movió y esquivó hábilmente, sacó un par de navajas de su cintura y las lanzó hacia la mujer, ella no pudo esquivar, ya que, detrás de ella estaba la niña.

Las navajas se clavaron en la piel de la mujer y ella gimió de dolor. La niña vio todo con su rostro asustado y su mirada perdida.

La mujer volvió a intentar preparar una flecha pero, Kristen se acercó y le dio una patada haciéndola chocar contra la silla y cayendo al lado de la niña.

—Hace poco tuve miedo, pensé que eras fuerte... pero, no eres nada. —Kristen le pisó la mano y ella gritó de dolor. La niña corrió y se aferró al pie de Kristen mordiéndolo pero, Kristen sin empatía alguna la alejó de una patada en la cara.

«¿No eres igual a ellos?» De nuevo ese hombre, él se paró a su lado observando los hechos.

—No, no soy igual a ellos. No me compares con esas mierdas. —Kristen comenzó a apuñalar sin cesar el pecho de la mujer y aunque ella se quiso resistir, Kristen poseía una fuerza monstruosa para su edad.

Dejó el cuerpo de la mujer en el suelo y fue donde estaba la niña quien se abrazaba las rodillas y enterraba su cabeza en medio de sus piernas.

«Te vas a arrepentir».

—No me importa. Es mi vida o la de ella, y ya sabes mi decisión. —Agarró del pelo a la niña de la misma forma que Isabela la agarraba a ella, la niña gritó de dolor pero, Kristen la hizo callar al sostener su cuello y apretarlo. La niña pataleaba intentando respirar, sin embargo, luego de unos minutos su cuerpo dejo de moverse y Kristen soltó el cuerpo como si fuese un muñeco de trapo al suelo. —Yo… la maté, maté a dos personas… —Kristen se sentó en el suelo y lloró junto a los cuerpos.

Antes de dejar ese sitio, Kristen enterró a ambos cuerpos, uno al lado del otro. Dejó velas encendidas sobre las tumbas y rezó por las almas. Talvez algún dios podría dirigir la ruta de esas almas, sobretodo la de esa inocente niña.

En el camino de regreso se encontró con su hermana Aine, ella la felicitó por su primer asesinato y por volverse oficialmente una Russen, pero, Kristen la ignoró por completo. No tenía ganas de lidiar con alguien como Aine.

Cuando llegó a su habitación con solo ver su rostro, Anne entendió que había cumplido la misión y simplemente la abrazó en silencio sin decir nada.

—Yo… maté a una niña… era tan chiquita… y yo la maté. —Kristen confesó mientras se refugiaba en los brazos de Anne, ella no comentó nada y simplemente acarició la espalda de Kristen hasta que quedó dormida.

Llevó a la cama a Kristen y la tapó con las sábanas.

Kristen miró a su alrededor, no podía ver nada, ni adelante ni atrás. Todo era negro por completo, pero, divisaba perfectamente a sus manos, las cuales estaban llenas de sangre y una voz en susurros clamaba por su vida.

Los susurros la atormentaron toda la noche y cuando por fin despertó, sintió como si nunca hubiese dormido, se sentía cansada y con miedo.

—Perdóname Dios, ten piedad de mí. —Ella lloraba aún acostada en la cama, sus lágrimas bajaron por los lados hasta mojar sus orejas.

Después de unas horas Kristen se levantó y se puso su uniforme y fue al campo de entrenamiento.

—¿Están todos? —El entrenador Khal preguntó y luego prosiguió. —Felicitaciones a todos los que pasaron la prueba, los demás están eliminados. —El entrenador Khal embozó una sonrisa. —Viendo el desempeño hay tres personas que han destacado en esta prueba y merecen su reconocimiento. La octava de los Russen, ser capaz de matar a su objeto y deshacerse de su guardián y volver completa. Pronto recibirán sus recompensas. —Aclaró antes de seguir. —Adara… oh, alguien de la línea ilegítima. Mató a un grupo ella sola, eso es demasiado increíble. Y por último Mae de la línea indirecta, ha logrado su objetivo y trajo las cabezas de los que ha matado. —El entrenador Khal los miró un momento serio y luego dijo. —Recuerden, es importante traer una muestra de que han cumplido su misión, ¿si no hubiese un supervisor como se sabría? No vuelvan a cometer este error.

Todos respondieron al unísono de acuerdos con lo que había dicho el entrenador Khal.