La dulce y amable Mia ve su vida trastocada luego una tragedia familiar, la adolescente tendrá que encontrar la manera de convivir con los hijos de su tutora. Y tendrá que tomar una difícil decisión.
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Capítulo 14
MÁS TARDE ESE MISMO DÍA:
Después de unos largos minutos, decidí entrar y me encontré con casi todo el mundo en la cocina, hasta Armando ya estaba allí.
Diana- ¡Buenos días, querida!
Dice sonriendo al verme.
Mia- ¡Buenos días, Di! ¡Buenos días, Max!
Max- ¡Buenos días, Mi! ¿Cómo estás en esta mañana increíble?
Mia- Estoy bien, me siento estupendamente, gracias por preguntar, ¿y tú?
Max- ¡Estoy bien, querida!
Dice con una sonrisa amable y gentil.
Armando- ¿Dónde están Simon y Jhony? ¿Por qué no han bajado todavía?
Le pregunta a su madre mientras mira la tableta que tiene en las manos.
Diana- Están arriba, probablemente arreglándose para bajar, vamos a esperarlos, ¿vale?
Armando- ¡Vale, tanto como eso!
Max- ¡Armando, dime una cosa!
Dice Max en voz alta y con un tono desconfiado.
Armando- ¿Eh?
Dice sin apartar la vista de la pantalla.
Max- ¿Y tu apartamento?
Armando deja de repente lo que estaba haciendo y levanta la cabeza rápidamente.
Armando- ¿Qué pasa con él?
Dice con frialdad.
Max- ¿Cómo van las obras?
Armando- Bien, papá.
Responde cada vez con frases más cortas.
Max- ¡Bien!
Armando- ¿Por qué? ¿Quieres que me vaya ya, papá?
Dice en tono de broma mirando a su padre.
Antes de responder, Max se ríe.
Max- No, tonto, ¡sólo por curiosidad!
Diana- Sí, yo también tenía curiosidad por eso, ¿dos meses y medio y todavía nada?
Armando- Esas cosas llevan tiempo, mamá, ahora, dejen de interrogarme. Deberían interrogar a Simon y a Jhony que no bajan de una vez.
Dice en un intento de cambiar de tema por esta vez.
Diana parece estar de acuerdo, tanto que grita muy fuerte para llamar la atención de los dos de arriba.
Diana- ¡¡¡JHONYYYYYY, SIMOOOOONNN, BAJAD YA!!!
Jhony- ¡Voy, mamá!
Unos minutos después, los dos bajan y todos tomamos café juntos, hablamos del día a día, de sueños, me divertía simplemente escuchando las respuestas, pero la timidez me invadió justo después de la pregunta de Simon.
Simon- ¿Y tú, Mia? ¿Cuál es tu mayor sueño? Pero tiene que ser el más grande, ¿eh?
Pienso durante unos segundos, buscando en las carpetas de archivos de mi cerebro si hay algún documento con ese contexto. Hasta que lo encuentro.
Mia- Bueno, ¿mi mayor sueño de todos?
Pienso durante unos breves segundos más, y mirando a la pared, sigo.
Mia- Ha cambiado recientemente, hoy, mi mayor sueño es tener mi propia familia, quiero poder tener un hijo o una hija y cuidarlo muy bien, muy bien, darle mucho amor, enseñarle cosas buenas, valores y principios como mis padres hicieron conmigo. No quiero muchas cosas, creo que en el fondo sólo quiero ser feliz, feliz de verdad.
En cuanto termino de hablar, me encuentro con rostros emocionados y comprensivos, echo un vistazo rápido a Armando y él me mira fijamente, pero no consigo descifrar lo que quiere decir.
Diana- ¡Ay, querida, es realmente precioso, sólo tú eres capaz de hacerme llorar a estas horas de la mañana!
Mia- La culpa es de Simon, él ha empezado con estas preguntas.
Le doy un puñetazo de broma a Simon, lo que nos hace reír.
Después de este desayuno tan diferente, hacemos lo de siempre, todos se dispersan por la casa, Fernando y Simon se van al jardín a jugar al béisbol, mientras que Diana, Max y Armando están en el porche y Jhony y yo estamos en el salón.
Jhony- ¿Has hecho los deberes de matemáticas?
Mia- Sí, ¡eran muy fáciles!
Jhony- ¡Eso será para ti! Yo me rompí mucho la cabeza para intentar resolver esas locas ecuaciones y, ¿adivina qué? ¡Todavía no lo he conseguido!
Mia- ¿Qué? ¡Pero el plazo es hasta mañana, Jhony!
Digo sorprendida.
Jhony- Lo sé, lo sé, por eso quería pedirte ayuda, ¿se puede?
Dice haciendo un puchero y juntando las manos, lo que me hace reír sinceramente.
Mia- ¡Claro que te ayudo!
Jhony- ¡¡¡Eso!!!
Dice empezando a comer.
Jhony- Voy a coger mis cosas, ¿vamos a sentarnos a la mesa de la cocina o prefieres ir a mi cuarto?
¿A tu cuarto, Jhony?
Mia- Prefiero aquí abajo, el ambiente es tan agradable aquí...
Jhony- ¡Tienes razón! Ahora vuelvo.
Sube las escaleras corriendo y en unos minutos vuelve.
Jhony- ¿Y bien, vamos?
Mia- ¡Vamos allá!
Caminamos hasta la mesa y al sentarnos él saca enseguida sus cosas de la mochila.
Mia- Entonces, ¿cuál es tu duda?
Jhony- ¡Ay, son tantas!
Dice dejándose caer de broma sobre la mesa haciéndome reír otra vez.
Mia- Deja el drama, ¡no hay ningún secreto ahí, Jhony!
Jhony- Para ti, que eres un genio de las matemáticas.
Dice con sinceridad y me mira con una sonrisita en la cara.
Coge su cuaderno y enseguida señala sus dificultades. Que son bastante sencillas de resolver, así que no pierdo tiempo e intento explicárselas todo con el mínimo detalle y él parece entender enseguida.
Jhony- ¿Pero qué? ¡No puedo creer que fuera tan sencillo! La culpa de que me confunda tanto la tiene el que inventó poner letras en las ecuaciones matemáticas.
Mia- Eso, ¡insulta a François!
Digo en tono de broma, él sonríe y enseguida se pone serio.
Jhony- Me sorprendes cada día más, ¡cada día demuestras un nuevo talento!
Seguro que ahora parezco un tomate.
Jhony- En serio, ¿tienes algún defecto, Mia?
Mia- ¡Por supuesto!
Jhony- ¿En serio? ¿Como cuál? Porque hasta ahora no he visto ninguno.
Pienso antes de hablar lo que le hace "confirmar las sospechas".
Jhony- ¿Lo ves? Tardas en contestar porque debes de estar inventándote alguno.
Sonrío antes de responderle.
Mia- No seas tonto, por ejemplo, soy malísima en los juegos de mesa.
Jhony- ¡Ah, eso no cuenta!
Dice poniendo los ojos en blanco.
Mia- ¿Soy demasiado baja?
Jhony- Defecto descartado.
Mia- ¿Hablo mucho?
Jhony- No, ¡yo soy el que habla mucho! Descartado.
Armando- ¡Es demasiado entrometida!
Armando entra en la conversación de repente asustándonos, ya que no sabíamos que estaba cerca y mucho menos que estaba escuchando nuestra conversación.
¿Entrometida? ¿Yo? Aaaaah, creo que se refiere al día en que lo dejé sin café, pero ¿quién está siendo entrometido ahora?
Mia- Ah, no, no, no, ese defecto es tuyo, un ejemplo de ello nos lo acabas de dar ahora.
Armando- ¡Ah, ni lo intentes!
Levanto la ceja izquierda y cruzo los brazos y lo miro con cara de burla, o al menos lo intento.
Armando- Entonces está bien, ¡puedo citar otro defecto tuyo! Podría hacerlo durante horas.
Dice mordiendo una manzana y apoyando los brazos en la encimera y me guiña un ojo.
Hago una bola con un trozo de papel y se lo tiro, él me lo vuelve a tirar inmediatamente.
Jhony- Entonces está bien, Mia, gracias por ayudarme, ¡me voy!
Habla con voz muy fría y baja y guarda rápidamente sus cosas de encima de la mesa y sube aún más rápido las escaleras. ¿Qué le pasa?