Melanie fue llevada a la guillotina, junto con su familia, gracias al descubrimiento de sus crímenes. Sin embargo, se arrepentía del ser que fue, ¿tendrá una segunda oportunidad para cambiar sus decisiones?....
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Capítulo 14
Cuando llegamos a mi casa, le pido que espere fuera unos segundos que ahora mandaba a alguien con medicina, Lila hace caso, espera a un costado de la puerta.
Cuando llego a mi habitación, toda transpirada, ya que trepe el árbol que justo da a mi habitación. Definitivamente, tengo que hacer más ejercicio.
Al tirarme por la ventana de mi habitación, veo que mi hermana sale corriendo
-Estás viva-
-Oye, ¿qué creías?-
-Nada, ¿lograste llevar lo que querías?-
-Sí, le gustaron mucho y mira-
Le mostré la insignia que me dio el emperador
-¿A quién se la robaste?-
-Confía en mi hermana, a nadie, sé lo que hago-
-Bien, te dejaré ser, pero debes contarme todo-
-Está bien, lo prometo, te contaré todo-
-No sé qué te paso este último mes, pero me agradas ahora… Apúrate a cambiarte que en cualquier momento llegan nuestros padres-
Asentí, poco a poco la relación con mi hermana va mejorando, se nota que es algo que ella quería hace tiempo, cuando se retira llamo a Doris, le pido que lleve un poco de medicina a la chica que está fuera, si alguien la ve, que diga que es su amiga, ella asiente, mientras me cambio la ropa sudada, antes de cambiarme saco mis vendas ya casi estaba curada, los moretones casi no eran visibles…
Me pongo ropa de entrenamiento, pues los vestidos no me gustaban y eran muy pesados, esta ropa ha sido mi aliada en este mes.
Cuando termino de cambiarme bajo, justo cuando llegaban mis padres. Mi hermana me manda a llamar, para recibir a mis progenitores, ambas salimos
-Hermana, ¿qué haces con la ropa de entrenamiento?-
-No tengo dinero para vestidos más cómodos-
-¿Tu mesada?-
-¿Qué mesada?-
-Luego hablamos-
Ya plante la duda en mi hermana, se vio como echo una mirada a la doncella que antes me servía.
Ante la llegada de los duques, estaba todo el personal en la entrada para saludarlos, menos Doris, quien venía por detrás del carruaje.
Al bajar mis padres, solo la miran, pero Paula quiso ir contra Doris, debía ser que buscaba alejarla de mí. Sin pudor, comenzó a gritarle.
-Tu mocosa, dónde estabas, tenías que estar aquí para recibir a los amos-
La mira a mi madre y le dice
-No se preocupe señora, ya la educaré mejor, para que cumpla con sus responsabilidades-
Todos se quedaron helados, ante la situación, nunca se castigó a nadie de esa forma en esta casa, Paula debería estar desesperada por actuar sin pensar. Sin embargo, no iba a dejar que toque a esa chica, más cuando lo que estaba haciendo era un recado para mí.
Por lo que me acerco antes que le propine el primer golpe, y le sostengo la mano
-¿Quién eres para disciplinar a mi doncella?-
-No bromee señorita, soy yo su doncella-
-Dejé en claro que ya no lo eras-
Todos se quedaron sin entender que pasaba, el cocinero quiso intervenir, pero solamente le di una mirada y el hombre se quedó en su sitio. El que habla fue mi padre
-Bueno, hogar dulce hogar, llegamos y ya problemas-
Paula hace una leve sonrisa, pero paso algo inesperado, mi hermana me defiende
-Padre, creo que deberías escuchar qué está pasando antes de dar un veredicto, mi hermana nada más está defendiendo a su doncella-
-Está bien, vamos a mi oficina y veamos qué pasa aquí-
Nos dirigimos al estudio de mis padres, ambos iban al frente, lo seguíamos con mi hermana quien me sonreía y por último ambas doncellas.
Entramos los seis a la oficina, mi padre se sienta en el sofá de dos plazas junto a mi madre, en el otro sofá nos indica que nos sentemos con mi hermana.
-Bien Pequeña ¿qué está pasando?-
-Padre, no quería llegar a esto, pero tengo quejas sobre Paula-
-Ella te ha servido fielmente durante tanto tiempo, dime ¿qué pasa?-
Mis ojos se tornaron llorosos, esto de llorar cada día me sale mejor, este es el momento de dejar mi posición clara, Paula abuso no únicamente robando mi dinero, sino que mal alimentándome, el agua que usaba conmigo siempre era helada, decía que así lo deseaba mi familia, me despertaba a la madrugada, sin necesidad, no me dejaba dormir durante días, para que estudie, es decir, abusaba de mí y yo solo creía que mi familia la mandaba a realizar esas viles tareas.
Así que llegó el momento de mi venganza.
Me levanté del sofá y elevé mi camisa, si bien ya me había curado, el moretón seguía allí. La cara de mi familia fue de sorpresa, al igual que la de Paula, menos Doris, el resto estaban estupefactos. La primera en reaccionar fue mi madre.
-¿Qué te sucedió hija?-
Con lágrimas en mis ojos comencé a hablar
-Perdón Paula, pero esto ya fue muy lejos-
Le conté de todos sus abusos y como ella decía que eran mis padres, si bien ese golpe no fue proporcionado por Paula, no faltaba mucho para que comience con los castigos de este estilo.
Cuando finalicé, Paula no sabía dónde correr, mi padre la mira y le pregunta